La vida de las muertas. Brujas y umbrales transtemporales

Resumen

Este trabajo tiene como objetivo analizar las estrategias narrativas a partir de las cuales las novelas Cometierra, de Dolores Reyes, y Chicas muertas, de Selva Almada, narran asesinatos y desapariciones de mujeres desde prácticas sobrenaturales ejecutadas por brujas. Aquí las brujas trascienden el carácter de personaje literario para convertirse en procedimiento: la escritura, en estas novelas, se vuelve bruja también y conjura un más allá del mundo en el que una temporalidad inestable se reordena en función de la búsqueda de una memoria enterrada e irrecuperable: la experiencia de quien sufre un asesinato. La labor brujeril urga en los umbrales transtemporales entre la vida y la muerte y abre un portal en la literatura hacia quienes vivieron el acontecimiento inenarrable de ser víctima de femicidio: la presencia de las brujas hace de la literatura algo más que un archivo hospitalario que recupera la memoria subterránea de la experiencia de las muertas y convierte la dimensión literaria en un más allá del tiempo, capaz de otorgar un plus de existencia a esas vidas arrebatadas.