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Pasado Abierto - Año de inicio: 2015 - Periodicidad: 2 por año
http://fh.mdp.edu.ar/revistas/index.php/pasadoabierto - ISSN 2451-6961 (en línea)

Los límites del desarrollo rebatidos desde el Sur. Circulación, representaciones y olvidos alrededor del Modelo Mundial Latinoamericano

Ana Grondona

Instituto de Investigaciones Gino Germani, Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Universidad de Buenos Aires, Centro Cultural de la Cooperación, Argentina

antrondona@hotmail.com

 

Recibido:        11/03/2020

Aceptado:        29/05/2020

Resumen

Este artículo analiza los modos de divulgación internacional del Modelo Mundial Latinoamericano (MML) en el que trabajó la Fundación Bariloche (FB) entre 1971-1978 con el fin de proponer algunas reflexiones sobre la circulación Sur-Norte de saberes expertos. El MML resulta un caso testigo para el tipo de indagación propuesta, en vistas a la amplia difusión que tuvo en su contexto inmediato y el relativo olvido en el que caería poco después.

En primer lugar, presentamos sucintamente la historia del Modelo Mundial Latinoamericano. Luego, en una segunda sección, describimos, a partir de materiales del Fondo Mallmann del Centro Cultural de la Cooperación, la intensa estrategia de divulgación internacional de la que fue objeto el modelo. A continuación, analizamos el lugar de enunciación de FB en el debate internacional sobre el desarrollo, sus potencialidades y tensiones. Seguidamente, indagamos en los modos del olvido de los que fue objeto el MML.

Palabras clave: circulación Sur/Norte, historia del presente, Fundación Bariloche.

Limits of development refuted from the South. Circulation, representations and oblivion around the Latin American World Model

Abstract

This article examines the international dissemination of the Latin American World Model, (LAWM) in which the Bariloche Foundation (BF) worked between 1971-1978, in order to propose some reflections on the South-North circulation of expert knowledge. The LAWM is a witness case for the type of inquiry proposed, in view of the wide dissemination it had in its immediate context and the relative oblivion that would fall shortly after.

First, we briefly present the history of the Latin American World Model. Then, in a second section, we describe, from the materials of the Mallmann Archive at the Centro Cultural de la Cooperación in Buenos Aires, the intense international dissemination strategy that followed the model. Next, we analyse the place of enunciation of FB in the international debate on development, its potentialities and tensions. Next, we investigate the oblivion that followed.

 

Key words: South/North circulation – history of the present - Bariloche Foundation


Los límites del desarrollo rebatidos desde el Sur. Circulación, representaciones y olvidos alrededor del Modelo Mundial Latinoamericano

Introducción

En este artículo, partiendo del caso del Modelo Mundial Latinoamericano (MML) en el que trabajó la Fundación Bariloche (FB) entre 1971-1978, nos proponemos avanzar algunas reflexiones sobre la circulación Sur-Norte de saberes expertos. Se trata, desde nuestra perspectiva, de un caso testigo por la amplia difusión que tuvo el MML en su contexto inmediato y el relativo olvido en el que cayó poco después. Esta combinación paradójica resulta fecunda para una reflexión como la que aquí proponemos, interesada, al mismo tiempo, en la puesta en valor de aquellos debates desde una perspectiva de la historia del presente[1] y en intentar modos de abordaje que permitan visibilizar formas de la circulación que suelen estar invisibilizadas.

        Si bien, en efecto, las condiciones de dependencia (económica, intelectual, institucional, cultural) propenden a que los modos de circulación de la “palabra autorizada” sigan una dirección Norte-Sur (o Centro-Periferias, Occidente-Oriente, etc.), entendemos que los modos de (re)presentación de diagnósticos, saberes, dispositivos, tecnologías suelen ser engañosos, pues, aunque se (auto)presenten como (auto)producidos en el Norte, están contaminados por discursos y prácticas del Sur (véase, por ejemplo Mitchel, 2000). En este sentido, ciertas maneras en que desde las periferias nos hemos preguntado por estos asuntos también corre el riesgo de asumir el punto de vista de enunciación eurocéntrico y desatender las formas en que las propias periferias hemos intervenido (y muy activamente, en algunos casos) en el ensamblaje de aquellos dispositivos.

        Organizamos el texto en tres apartados. En el primero, presentamos sucintamente la historia del Modelo Mundial Latinoamericano. Luego, en la segunda sección, describimos, a partir de materiales del Fondo Mallmann del Centro Cultural de la Cooperación, la intensa estrategia de divulgación internacional de la que fue objeto el modelo. A continuación, analizamos el lugar de enunciación de FB en el debate internacional sobre el desarrollo, sus potencialidades y tensiones. Seguidamente, indagamos en los modos del olvido de los que fue objeto el MML.

¿Será posible el Sur? Crítica latinoamericana al Modelo Mundial III

Según se refiere en un documento redactado por Fundación Bariloche en 1971, ese mismo año en la ciudad de Río de Janeiro un grupo de especialistas de la institución había sido testigo de la presentación del informe “Limits to Growth” producido por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) a instancias del Club de Roma.[2] Más allá de las múltiples polémicas y críticas que iba a suscitar, se trató de un acontecimiento científico de relevancia con amplio impacto en la agenda pública, pues el informe relataba los resultados de una investigación que mediante el uso de computadoras demostraba que, de continuar con las pautas de crecimiento demográfico y económico, la Tierra iba a llegar a límites físicos objetivos que desatarían un desastre ecológico. La simulación de Denis Meadows (basada en la técnica de system dynamics desplegada por el profesor del MIT Jay Forrester) daba peso científico a las proyecciones más catastrofistas.

        La primera crítica que despuntó Fundación Bariloche fue que el modelo del Club de Roma predecía un “apocalipsis tecnológico” en el futuro sin sopesar que las condiciones de profunda desigualdad vigentes a nivel internacional y entre diversos sectores sociales hacían imposible la persistencia de tal orden.[3] En documentos sucesivos, se insistía en subrayar que, antes que físicos, los límites al desarrollo eran resultado de “factores sociales y políticos que a los hombres compete modificar”.[4] Otro de los énfasis de los y las especialistas de Bariloche apuntaba a la desigual responsabilidad de los países desarrollados y de los subdesarrollados en los fenómenos asociados a la contaminación global y el agotamiento de los recursos. El uso devastador derivaba del consumo de los países ricos y de las minorías privilegiadas de los países pobres. Lejos de reconocer el peso de esta estructura internacional desigual, propuestas como las del Club de Roma “congelaban” la situación vigente en beneficio de los países ricos, pues los sacrificios requeridos a los países subdesarrollados incluían el “imposible precio del genocidio autoinducido”.[5]

        A partir de la crítica esbozada, el MML se construyó centrado alrededor de la satisfacción de las necesidades humanas básicas[6] (privilegiando las que impactaran más directamente en el incremento de la esperanza de vida al nacer), para demostrar que, de adoptar otros criterios de organización social e internacional, era posible satisfacerlas a nivel global hacia principios del siglo XXI. Se trató de un modelo del sistema productivo, en el que se diferenciaban cinco sectores: alimentación, educación, vivienda, bienes de capital, y otros servicios y bienes de consumo. En tanto se trataba de un ejercicio a nivel global, se dividió el mundo en cuatro bloques (los países desarrollados, Asia, África y América Latina) y se procedió a correr diversos escenarios también mediante el uso de computadoras. En lugar de trabajar a partir de proyecciones demográficas (por ejemplo, las de UN), se entendía que la población funcionaba como una variable endógena, vinculada con determinantes socioeconómicas. De esta manera, el submodelo demográfico permitía indagar en una hipótesis nodal del planteo de FB, que, lejos de los sesgos malthusianos, el único modo adecuado de intervenir sobre aquella dimensión era mejorar las condiciones de vida.

        Así, en contrapunto con la perspectiva de las élites de los países desarrollados[7], se proyectaba una voz latinoamericana (y, como veremos, tercermundista) capaz de poner sobre la agenda de discusión la necesidad de una sociedad internacional igualitaria. En este sentido, la afinidad del MML con los debates sobre el Nuevo Orden Económico Internacional (NOEI) merecerá que volvamos sobre este punto más adelante.

Carlos Mallmann networker: estrategias de difusión del MML y su perspectiva

De formación físico, con un paso relevante por el Consejo Nacional de Energía Atómica y el Instituto Balseiro, Carlos Alberto Mallmann fue uno de los organizadores de la singular experiencia transdisciplinaria que significó la Fundación Bariloche y un ferviente promotor internacional del MML, en cuyo diseño conceptual -especialmente alrededor de la definición de la noción de “necesidades humanas”- estuvo particularmente comprometido. La organización y puesta en valor de su archivo personal, bajo la custodia del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, permite un acceso privilegiado a la intensa campaña de difusión del MML que condujo entre 1972 y 1979. Aun cuando ésta no lo tuvo cómo único protagonista, pues tanto Amilcar Herrera[8] como Hugo Scolnik[9] ocuparon lugares destacados en la divulgación del proyecto y de los resultados del modelo, se trata de un material valioso para comprender sus rutas y modos de su circulación.

        Estos documentos muestran que una vez puesto en marcha el proyecto del MML, se sucedieron un sinnúmero de presentaciones. Pudimos encontrar referencias a muchas de ellas ya desde 1972, antes de la presentación oficial de sus resultados, acontencida en octubre de 1974. Así, se expuso en diversas reuniones científicas vinculadas al desarrollo tecnológico (en el Symposium on the scientific and technological gap in Latin América, organizado en 1972 por la Universidad de Nebraska), al crecimiento económico (el encuentro sobre Global problems of the development of Civilization, organizado en 1973 por el Institute of International Relations y el International Institute of Peace de Viena) o al, por entonces, muy vigente campo de los estudios del futuro (Conference on futures, organizada por UNITAR en junio de 1974 en Moscú). En los documentos analizados también hay menciones a presentaciones realizadas en Tokio y en Jouy-en-Josas en 1973, así como frente a los integrantes del Club de Roma en Berlín en 1974.[10]

        Mas allá de estas funciones avant-première, el gran estreno ocurrió en Austria, entre el 7 y el 11 de octubre de 1974, en el marco del Second Symposium on Global Modelling, organizado por el International Institute for Applied Systems Analysis (IIASA). La primera versión del encuentro, unos meses antes, había tenido como centro de interés una continuación del trabajo del MMIII encargado a M. Mesarovic y E. Pestel, y Mallmann había estado entre los asistentes. Tal como se refiere en un memo del 4 de febrero de 1974,[11] en los intercambios durante las instancias preparatorias para aquel primer encuentro, el presidente de FB propuso que el siguiente se dedicara al MML.

        Según los documentos analizados, las prinicpales dificultades asociadas a la preparación del encuentro giraron alrededor de la financiación de los viajes. Como en otras oportunidades, Mallmann apeló a una estrategia de combinación de diversas fuentes, aprovechando viajes previos que ya estaban cubiertos presupuestariamente. De este modo, en aquellos años el equipo de FB organizó verdaderas “giras de presentación”. Por otra parte, también se observa en los documentos vinculados a la organización del evento, por ejemplo en un memo de Amílcar Herrera,[12] ciertos resquemores respecto a quién debía ejercer la representación del MML, si el director del equipo (el propio Herrera) o el presidente de FB. Más allá de estas tensiones e intercambios, el MML pudo ser presentado por un grupo nutrido de quiénes habían participado en su armado.[13] 

        Se trató de un encuentro intensamente programado, que incluso estuvo coronado por una presentación de la Camerata Bariloche (por entonces financiada por FB). Además de la designación del equipo a cargo de “la presentación externa más importante” que iba a realizar la “Fundación Bariloche desde que fue creada”,[14] otra de las cuestiones debatidas fue la lista de invitados.[15] Entre los nombres propuestos por Mallmann y Herrera encontramos los de F. H. Cardoso, el venezolano J. A. Silva Michelena, el chileno M. Garretón, al economista paquistaní Mahbub ul Haq -que luego se destacaría en el campo del desarrollo humano-, al experto en planificación de la India A. Koshla y a S. Amin, a quien Herrera describe como “un economista egipcio y destacado, que dirige el principal centro de estudios económicos de África, y que está muy interesado en el modelo”.[16] Vale la pena, a los fines de este artículo, reparar en la preminencia de figuras del Tercer Mundo entre los invitados sugeridos.

        Entre 1975 y 1979, Mallmann continuó participando de encuentros, conferencias y jornadas internacionales, tanto en Europa, como en América Latina y África. Allí divulgaba los resultados y la perspectiva del MML.[17] Estos eventos no sólo servían para exponer alguna ponencia, sino también para organizar reuniones con colegas de universidades o de organismos estatales, promover nuevos proyectos vinculados con la aplicación del MML[18], intervenir la orientación de los organismos internacionales, reclutar nuevos expertos o expertas dispuestos a trabajar en FB o tomar nota de organizaciones con las que realizar colaboraciones futuras. Mallmann llevó rigurosas bitácoras de viaje, en las que consignaba las sucesivas reuniones y sus resultados, para luego volcar la información en memos de circulación interna de la Fundación. En aquellos pequeños diarios podemos encontrar, en algunos casos, verdaderos ejercicios de una sociología de los intelectuales “espontánea”, sagaz para desmenuzar posiciones en el campo, interlocutores o rivales posibles.[19] A esta estrategia se sumaba una prolífera correspondencia con instituciones académicas y técnicas de todo el mundo, a las que enviaba trabajos vinculados al MML y su perspectiva, al tiempo que solicitaba información sobre otros modelos o proyectos semejantes.

        El material estudiado revela el modo en que el presidente de FB desplegaba su rol de networker y es un valioso testimonio del denodado esfuerzo que por aquellos años implicaba una política de circulación Sur-Norte. Este esfuerzo rindió frutos, pues, por ejemplo, junto a los nombres de los y las especialistas de la Fundación vemos los de muchas figuras internacionales de reconocido prestigio en distintos campos (I. Sachs, J. Galtung, G. Rist, A. Heller, S. Amin, por nombrar algunas). Incluso más allá de la divulgación del MML, la circulación de Mallmann en las discusiones de los organismos internacionales alrededor de las mediciones y definiciones sobre el problema de las “necesidades” y la “calidad de vida” se consolidaba.[20] Distintos documentos de 1977 muestran a Mallmann participando en iniciativas como la de UNESCO de construir una red de expertos en necesidades humanas, así como en los debates del programa de John Galtung y Gilbert Rist en la Universidad de las Naciones Unidas (Goals Processes and Indicators), que reunía especialistas internacionales en torno de los problemas del desarrollo. Este último programa tuvo un capítulo específico latinoamericano del que participaría la FB junto con el Centro Latinoamericano de Economía Humana del Uruguay, mientras el capítulo africano quedaba bajo responsabilidad del ya mencionado Samir Amin. Este punto será relevante al recuperar, más adelante, la huella (invisibilizada por las narrativas del campo) de las definiciones del MML en los modos de medición de la pobreza en el continente.

        En el apartado que sigue, nos proponemos analizar el lugar particular que ocupó la intervención del MML en esa discusión internacional del desarrollo, pues entendemos que allí reside una pista importante para comprender el olvido que siguió a tanto reconocimiento.[21]

Third World Ideology: el lugar de enunciación de FB, potencialidades, límites y tensiones

Los documentos del Fondo Mallmann, así como otras fuentes, muestran que el MML tuvo una extensa circulación internacional. También nos permiten hacernos algunas ideas respecto de su recepción. En lo que hace a las críticas, quizás uno de los señalamientos más replicados remita a la sobresimplificación de algunas de sus variables.[22] Otro aspecto cuestionado se vinculaba a aquello que no tomaba en cuenta. Fundamentalmente, las determinaciones y funcionamiento del comercio internacional y la interrelación o interdependencia sistémica entre las necesidades que buscaban satisfacerse.[23] Por otro lado, si bien diversos colegas destacaron el valor del MML como un modelo alternativo de desarrollo, se señalaban sus falencias como herramienta de planificación integral. Se insistía en cierto “idealismo político” de una propuesta que parecía asumir la existencia de una comunidad global compasiva que sería moralmente interpelada por las advertencias del modelo.[24] El MML era interpretado como una intervención para crear conciencia alrededor de ciertas temáticas, antes que un aporte a la construcción de diagnósticos o metodologías operativos.[25]

        En relación con este último punto, Hopkins subrayaba que la intervención de FB había ayudado significativamente a que la cuestión de las necesidades humanas básicas deviniera un eje central en los modos en que el sistema de las Naciones Unidas pensaba el desarrollo.[26] Asimismo, en una reseña del modelo, Cole señalaba que, mientras el modelo de Meadows había tenido una amplia repercusión en la opinión pública, el MML había tenido una recepción particularmente positiva en el seno de las Naciones Unidas, pues había sido acogido como un plan “del Tercer Mundo” en consonancia con la declaración adoptada por el organismo sobre de la necesidad de generar un Nuevo Orden Internacional en mayo de 1974.[27] El MML, participaba, pues, de una “ideología del Tercer Mundo”, en la que incluso resonaba la perspectiva de la dependencia, lo que lo volvía una propuesta “radicalmente alternativa”.[28]

        Encontramos una caracterización afín a estas descripciones en dos cartas de los organizadores de la presentación de Austria (en octubre de 1974) destinadas a conseguir fondos de ONUD (Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial) y de PNUMA (Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente) para financiar algunos de los pasajes de los expertos. Es decir, esta presentación se transformaba en un argumento para presentar la singularidad y el atractivo del MML:

“Mientras que la mayoría de los otros modelos desarrollados hasta ahora pueden tener una cierta tendencia a ver la problemática con demasiada fuerza desde el ángulo de las naciones industrializadas, el modelo argentino se centró principalmente en las necesidades y problemas de las naciones en desarrollo (...) La posibilidad de estudiar los requisitos previos y las implicaciones de las diferentes “funciones de objetivos” debería ser de particular valor para las naciones en desarrollo. Corresponde de manera directa a la declaración sobre el establecimiento de un Nuevo Orden Internacional, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas.”[29]

La referida resolución de las Naciones Unidas establecía el imperativo de reformular las condiciones de un orden social desigual en el marco de las transformaciones mundiales recientes, desde los procesos de descolonización hasta las crisis económicas que desde 1970 mostraban, al mismo tiempo y paradójicamente, la creciente relevancia de algunos países en vías de desarrollo (en particular los que se habían asociado en la OPEP) y la vulnerabilidad de muchos otros. Frente a los riesgos de una creciente interdependencia, se instaba a crear mecanismos que mejoraran el bienestar de los países pobres, único modo de garantizar también el bienestar común global (Fiuza y Viedma, 2016: 167). Según rezaba la declaración, de lo que se trataba era de “eliminar las disparidades crecientes (…) y garantizar a las generaciones presentes y futuras un desarrollo económico y social que vaya acelerándose, en la paz y la justicia”.[30] El balance crítico del denominado “primer decenio del desarrollo” estuvo, pues, teñido por una intensa inquietud por el Tercer Mundo y cristalizó en propuesta relativas a “otro desarrollo” (en los términos de Dag Hammarskjöld) o de un “nuevo desarrollo” (en términos el 24vo Simposio de Pugwash),[31] en las que circulaban términos como “autodependencia” y que hacían de la satisfacción de las necesidades humanas un eje central.

        En esta coyuntura, FB, a través del MML, asumía, en primera persona, la voz del Tercer Mundo.[32] Así, por ejemplo, ante una invitación del International Federation of Institutes for Advanced Studies (IFIAS), Mallmann anotaba:

“IFIAS desea aumentar participación de instituciones del Tercer Mundo en su seno y sugiere que la Fundación Bariloche se incorpore (…) Yo considero que sería conveniente para la Fundación Bariloche formar parte de esta organización. Aparte de entrar en contacto muy directo con algunos de los mejores centros de investigación de todo el mundo y lograr apoyo para trabajos que deseamos llevar a cabo, contribuiríamos a defender los puntos de vista del Tercer Mundo en ella”.[33]

Ahora bien, ese lugar de enunciación no estaba exento de paradojas y tensiones. En este sentido, la barrera lingüística es una dimensión relevante para tener en cuenta: en el marco de los preparativos de aquella importante primera reunión de presentación de los resultados del MML en octubre de 1974, a la que nos hemos referido, Mallmann solicitó servicios de traducción simultánea dado que algunos miembros del equipo, explicaba, no hablaban suficientemente bien el inglés como para desplegar una discusión de la envergadura que podían suscitar algunas de las osadas apuestas del modelo.[34] La respuesta, lacónica y con la firma de la secretaría de la institución organizadora (y no de sus directores, a quiénes se había dirigido la solicitud) sólo indicaba que “desafortunadamente, no podían proveer ese servicio”. Curiosamente, en ese mismo intercambio epistolar se adjuntaban las cartas enviadas a PNUMA y ONUD en las que, entre los argumentos para solicitar financiamiento parcial del encuentro, estaba la valoración positiva de que el MML asumía el punto de vista del Tercer Mundo (ver la cita textual un poco más arriba).[35] Este intercambio, aunque anecdótico, dice algo sobre las condicionalidades asociadas al lugar que FB ocupaba en las mesas internacionales de discusión sobre desarrollo, los modos en que era posible e imposible asumir aquella voz tercermundista.

        Otra conferencia de ese año, pero en Berlín, nos brinda una interesante marca respecto de cierta asociación de ese lugar de enunciación del “Tercer Mundo” con una expectativa de sobreactuación de “exotismo”. Uno de los aspectos más intrincados de la organización de aquella reunión estuvo vinculado a las gestiones para que la Camerata Bariloche, que estaba de gira por Europa, pudiera ofrecer un concierto como cierre del evento. En la abultada correspondencia dedicada a cuestiones de financiamiento y logística encontramos una carta de Aurelio Peccei, uno de los fundadores del Club de Roma, que señalaba que le resultaba difícil encontrar sponsors para la función dada la abundancia de música clásica “mientras que”, argumentaba (o tal vez proponía) “quizás un repertorio más típicamente argentino o latinoamericano podría correr con mejores posibilidades”.[36] Más allá del carácter también anecdótico de este intercambio, el episodio muestra tensiones alrededor del modo en que imaginariamente se proyectaba el lugar de enunciación de FB en sus potencialidades, pero en ciertos límites, así como de las paradojas que supone intentar un lenguaje “universal” al tiempo que el lugar de validación es el de hablar en nombre de cierta “particularidad” con resonancias “típicas”. Tal vez, esta tensión -presente ya en el nombre del modelo en cuestión (“Mundial”, a la vez que “Latinoamericano”)- resulte un factor relevante para explicar el relativo olvido de los aportes de FB al debate global sobre desarrollo al que nos referiremos en el apartado que sigue.

La recurrencia del olvido: las problematizaciones alrededor de las necesidades básicas y el desarrollo humano

En los últimos años ha habido diversas iniciativas que buscaron poner en valor las memorias del MML, así como el debate latinoamericano alrededor de “estilos de desarrollo” en el que se inscribió (Grondona, 2014, 2016; Aguilar et. al., 2015; Svampa, 2016; Kozel y Patrouilleau, 2016; Domínguez y Caria, 2018). Estas discusiones involucraron, además de a la FB, al Centro de Estudios para el Desarrollo (CENDES) de Venezuela, al Centro de Programación Matemática (CPM) de La Plata, a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y al Instituto Nacional de Planificación Económica (INPE), entre otras instituciones. Entre los nombres a los que estuvo asociado se destacan los de Oscar Varsasvky, Eric Calcagno, Benjamín Hopenhayn y Jorge Graciarena.

        A pesar de estos intentos, las trazas del MML en los debates latinoamericanos contemporáneos, tanto alrededor del desarrollo como de diversas problemáticas sociales, están notablemente invisibilizados. Por una parte, es curioso que las recientes discusiones alrededor de la propuesta del “buen vivir” no hayan echado mano de un debate que podría servirles de antecedente (Aguilar et. al., 2015; Grondona, 2016). Pero resulta aún más notable la ausencia de referencias al MML en los estudios alrededor de dos problematizaciones particularmente relevantes para el campo de las políticas sociales en las últimas décadas: la cuestión de las necesidades básicas y la perspectiva del desarrollo humano. En ambos casos, pareciera que la circulación de las discusiones de FB por el ámbito de diversos organismos internacionales, especialmente la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y los vinculados a las Naciones Unidas, en lugar de visibilizar esas discusiones en tanto que latinoamericanas o tercermundistas, para retomar los términos del apartado anterior. En el mediano plazo, esto generó el bizarro efecto de una recepción alienada de esas mismas tematizaciones como “procedentes del Norte”.

        Tal como indagamos en el caso de la discusión de las necesidades básicas (Grondona, 2014), cuando a comienzos de la década de 1980 se generalizaron en la región la construcción de ese tipo de indicadores para dar cuenta del creciente problema de la pobreza, en las citas de los documentos y manuales locales se remitía preferentemente, como antecedentes, a trabajos elaborados por la OIT o por la CEPAL.[37] Claro que, al seguir la estela de esos textos y sus referencias se llega, sin demasiado demora, a los escritos de FB alrededor del MML. Los vínculos son bastante inmediatos, pues, por ejemplo, en el caso de la OIT, Hugo Scolnik, participó –con un paper especialmente solicitado para el evento- de la reunión que definiría la posición del organismo respecto de centrar los programas de desarrollo en la satisfacción de las necesidades básicas en 1976. La CEPAL, por su parte, fue ámbito de resonancia de las discusiones sobre estilos de desarrollo (de FB y de Oscar Varsavsky) al menos desde comienzos de la década de 1970.[38] 

        Ahora bien, aun cuando sea posible reconducir la lectura hasta las discusiones del MML, la operación a través de la cual median otras referencias no resulta inocua: en la “retraducción” de la cuestión de las necesidades básicas según se presentó a comienzos de la década del ochenta, ésta quedó asimilada a la problemática de la pobreza.[39] En un trabajo publicado por primera vez en 1979 en la Revista de CEPAL, Jorge Graciarena planteaba, por el contrario, un abierto antagonismo entre ambas posiciones: “Dos propuestas antitéticas: pobreza vs. necesidades básicas, es uno de los subtítulos del artículo, que asigna una posición conservadora alrededor del concepto de “pobreza” al Banco Mundial y una perspectiva radical de las necesidades básicas a la Fundación Dag Hammarskjöld y a la Fundación Bariloche.[40] 

        Por cierto, algunas formulaciones de Carlos Mallmann, casi contemporáneas a los documentos de Altimir y Graciarena, parecen advertir la operación que terminaría de sepultar las discusiones sobre estilos de desarrollo anti-consumistas e igualitarios bajo los emergentes discursos sobre la pobreza:

“Destacamos que cuando nos referimos a la satisfacción de necesidades en general, no nos estamos identificando con lo que ha venido en llamarse peligrosamente -y que está muy en boga- “satisfacción de necesidades básicas”. Son conceptos diametralmente distintos. El nuestro es comprehensivo, mientras el otro es excluyente”.[41] (Aguirre y Max-Neef, 1978: 13).

        La operación de recepción retraducida de estas discusiones en la década de los ochenta implicará, pues, un “olvido” sumamente relevante. Por otro lado, detectamos otra operación, mediante la cual se observa que ciertos ejercicios de recuperación de las memorias de aquellas alternativas esbozadas a principios de la década de 1970 tienden a privilegiar los capítulos vinculados con formulaciones realizadas desde el Centro (en detrimento de las memorias latinoamericanas). Las recurrentes referencias al informe ¿Qué hacer?: Otro desarrollo de la Fundación Dag Hammarskjöld (de las que la cita de Graciarena unos párrafos más arriba es un ejemplo) son un buen caso de ello.[42] 

        Esta torsión se vincula más directamente con la denegación de los aportes del MML al paradigma del desarrollo humano. Esta perspectiva, de intensa circulación hace algunos años, suele vincularse a la prédica del PNUD y a las conceptualizaciones del economista indio Amartya Sen. En algunas narrativas más especializadas se retoman otras procedencias, entre ellas, los escritos del economista chileno Manfredo Max-Neef (Leguizamón, 2005) sobre la “economía a escala humana”. En este punto, resulta llamativo cómo, en algunos de estos estudios, si bien se reconoce el paso de Max-Neef por FB, se subestima el peso de esta instancia formativa en las elaboraciones teóricas posteriores del economista chileno. Así, por ejemplo, encontramos un texto que le adjudica a Max-Neef haber introducido en 1978 la distinción fundamental entre necesidades y satisfactores (Domínguez y Caria, 2018:201), cuando esta había sido establecida por Carlos Mallmann en los trabajos preparatorios del MML.[43] Este nuevo “olvido” retoma, sin embargo, el del propio Max-Neef que en la introducción de su libro sobre desarrollo a escala humana había señalado que éste era el resultado de un proyecto “realizado de manera conjunta por el Centro de Alternativas de Desarrollo (CEPAUR) de Chile y por la Fundación Dag Hammarskjöld de Suecia”, atendiendo a “la necesidad de situar en el contexto latinoamericano (y a la luz de los cambios de escenario ocurridos durante el último decenio) la propuesta contenida en el Informe Dag Hammarskjöld de 1975”.[44] La validación de su propio trabajo como traducción de un informe producido desde el Centro opera como un nuevo modo de desconexión con las discusiones latinoamericanas -entre las que se destaca el MML- con las que ese mismo informe de Naciones Unidas había sido simultáneo.

        En este punto, como saldo, la indagación alrededor del caso testigo del MML -su circulación y olvido- nos abre interrogantes acerca de cómo comprender, teorizar e investigar sobre estas operaciones y dispositivos de retraducción mediante los cuales saberes, diagnósticos, tecnologías que han conocido una circulación desde el Sur hacia el Norte regresan sobre las periferias recodificadas con la interpelación de ser, además, oportunamente traducidas a esos mismo contextos periféricos que participaron de su producción. Los mecanismos de retraducción/invisibilización que hemos presentado de un modo exploratorio en este apartado resignifican, también, lo analizado en el apartado anterior, pues la imagen de emprendedor académico exitoso de nuestro laborioso networker se desvanece y a la luz de los últimos párrafos parece más bien condenado al trabajo de Sísifo.

        Por otra parte, quizás las propias condiciones del reconocimiento brindado a la iniciativa del FB como “voz del Tercer Mundo”, a la que nos referimos más arriba, hayan demarcado los límites de su alocución y la legitimidad de su intervención como voz “realmente autorizada”. Por supuesto, vienen a la mente algunos otros factores, como por ejemplo, el hecho de que lejos de seguir el impulso hacia un Nuevo Orden Internacional, la salida de la crisis de la década de 1970 cimentó la alternativa neoliberal como nuevo modo de gobierno de las poblaciones, incluida la gestión de las relaciones internacionales. Del mismo modo, la discontinuidad instiucional en la Argentina, y en la región en general, producto de la interrupción del orden democrático, resulta otra variable que merece ser tomada en cuenta. Sin embargo, la mayor supervivencia de algunas memorias de las discusiones de “alternativas de desarrollo” por sobre otras, tercermundistas, parece ser una cuestión en la que vale la pena continuar indagando.

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Grondona, Ana (2014). Entre los “límites” y las alternativas de “otro” desarrollo: el problema de las necesidades básicas. Un ejercicio genealógico. Perspectivas de Políticas Públicas, de la Universidad Nacional de Lanús, Año 3, Nº 6, pp. 43-76.

Grondona, Ana (coord.) (2016). Estilos de desarrollo y buen vivir. Buenos Aires: Ediciones CCC.        

Kozel, Andrés y Patrouilleau, María Mercedes (2016). La exploración científica del futuro, antes de la última dictadura. En Biagini, Hugo y Oviedo, Gerardo. El pensamiento alternativo en la argentina contemporánea. Tomo III (pp. 103-120). Buenos Aires: Biblos.

Mitchell, Timothy. (2000). The Stage of Modernity. En Questions of Modernity (pp. 1–34). Londres: University of Minnesota Press.

Pêcheux, Michel (2016). La forma-sujeto del discurso. Las verdades evidentes. Lingüística, semántica, filosofía. Buenos Aires: Ediciones del CCC.

Svampa, Maristella (2016). Debates latinoamericanos. Indianismo, desarrollo, dependencia y populismo. Buenos Aires: Edhasa.

Veyne, Paul (1984). Foucault revoluciona la historia. En Cómo se escribe la Historia (pp. 189-225). Madrid: Alianza Editorial.

Walters, William (2012). Reconecting Governmentality and Genealogy. Questions of style. Governmentality. Critical encounters (pp. 110-140). New York: Routledge,.

Ana Grondona. Es Doctora en Ciencias Sociales de la UBA. Es Investigadora Adjunta del CONICET, con sede en el Instituto de Investigaciones Gino Germani. Integra el Centro Cultural de la Cooperación, donde dirige el “Programa Jacques Martin de Estudios en historia, ideología y discurso”. También es docente de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y de la de Psicología. Publicó distintos trabajos sobre problemáticas asociadas al saber experto. Entre ellos se destacan el libro Saber de la pobreza: discursos expertos y subclases en la Argentina entre 1956 y 2006 (2014), Gino Germani: transición, paradojas, sustituciones y heterogeneidades (2017), de los que es autora; Estilos de desarrollo y buen vivir (2016) y Desarrollo y dependencia desde América Latina (2020). Problemas, debates y conceptos, que coordinó y co-coordinó, respectivamente.

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[1] El ejercicio de la historia del presente (Dean, 1994; Garland, 2014; Walters, 2012) parte de una eventualización (Foucault, 1995) o rareficación de ciertas evidencias (Veyne, 1984) para preguntarse por las condiciones y los modos en que determinada práctica, institución, concepto o tecnología (por poner algunos ejemplos) llegaron a ser tal como son.

[2] El Club de Roma es una organización no gubernamental fundada a instancias de Aurelio Peccei, directivo de la Fiat, y de Alexander King -un científico escocés- en Roma en el año 1968. Reunía a un pequeño grupo de científicos y políticos interesados en los problemas del futuro.

[3] Fundación Bariloche (1971). Definición de las hipótesis básicas para construir un modelo alternativo al modelo World 3 del Club de Roma. San Carlos de Bariloche: Fundación Bariloche, p. 4.

[4] Fundación Bariloche (1976). “Modelo mundial latinoamericano”. Revista Nueva Sociedad, N° 22, enero-febrero 1976, 16-29, p. 29.

[5] Fundación Bariloche (1976). “Modelo mundial latinoamericano”. Revista Nueva Sociedad, N° 22, enero-febrero 1976, 16-29, p. 13.

[6] Según la sugerente formulación de Carlos Mallmann: “El objetivo de la humanidad que proponemos es el de lograr que todos y cada uno de los habitantes presentes y futuros de nuestro planeta -nave espacial que compartimos- puedan, mediante sus actividades, satisfacer en forma genuina sus necesidades cuantitativas y comparativas de ser y de acceder”. Mallman, Carlos (1972). Sobre las necesidades del ser humano y su relación con las teorías del mundo. Bariloche: Fundación Bariloche, p. 1.

[7] “Esas posiciones no ponen en duda los valores centrales del ‘modo de vida occidental’. Su principal implicación -a veces expresada claramente- es que las barreras naturales- que se oponen al crecimiento económico- dejan muy pocas esperanzas a los países atrasados de alcanzar los niveles de bien estar que tienen hoy los países adelantados”. Fundación Bariloche (1973). Modelo Mundial Latinoamericano. Informe Preliminar. Bariloche: Fundación Bariloche, p. 2.

[8] Amílcar Herrera, geólogo graduado en la Universidad de Buenos Aires (UBA), fue una figura central en los debates acerca de la formación de un pensamiento latinoamericano en materia de ciencia y tecnología. Luego de renunciar a la UBA tras la Noche de los bastones largos en 1966, se estableció en Santiago, Chile. Volvería a la Argentina en 1971, para trabajar en la Fundación Bariloche.

[9] Hugo Scolnik se graduó en Matemática por la UBA, donde se desempeñó como docente hasta la intervención de 1966. Por entonces comenzó a trabajar en la Fundación Bariloche, aunque por algunos años se trasladó a Zurich, donde completaría su doctorado. La modelización ya se había convertido en uno de sus campos de expertise cuando se radicó en Bariloche para dirigir el departamento de Matemática de la Fundación.

[10] Carta a Carlos Mallmann de Aurelio Peccei desde Roma del 3 de Julio de 1974, Caja S, Carpeta Club of Rome Anual Meeting, 1974. Archivo Personal Carlos Mallmann, Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini. En adelante, salvo que se indique lo contrario, los documentos inéditos citados pertenecen a dicho Fondo.

[11] Memo de Carlos Mallmann a Amílcar Herrera y Hugo Scolnik, carpeta Conferencias varias 1972-1973, en caja ß.

[12] Memo del 19 de julio de 1974 encontrado en la carpeta Viena Conference II, caja ß.

[13]Amílcar Herrera, Hugo Scolnik, Diana Mosovich, Carlos Suárez, Gilberto Gallopin, Graciela Chichilnisky, Gilda Romero Brest, Luis Talavera y el propio C. Mallmann.

[14] Memo de Amílcar Herrera para Carlos Mallmann del 19 de julio de 1974, Carpeta Viena Conference II, caja ß.

[15] Memo carta de Carlos Mallmann al Dr. Andrei Bykov el 15 de agosto de 1974 y al Gerhard Bruckmann en la misma fecha, Carpeta Viena Conference II, caja ß.

[16] Memo de A. Herrera a Carlos Mallmann del 15/8/74, en Carpeta Viena Conference II, caja ß.

[17] El golpe de marzo de 1976 trastocó algunos planes de viaje, al tiempo que impactó directamente en la estructura de FB y del MML, debido a que se eliminó el subsidio estatal que garantizaba buena parte de su funcionamiento, al tiempo que muchos de sus integrantes debieron partir al exilio. Sin embargo, aunque de otro modo, la labor de divulgación de Mallmann persistió.

[18] En los documentos encontramos referencias a una aplicación del MML el caso de Egipto coordinada por el sociólogo y economista egipcio Nader Fergany (en carpeta UNESCO Sussex Meeting on LAMM National Applications 31 octubre al 3 de noviembre 1977, caja Q). Asimismo, en un Currículum Vitae de Ferany publicado online encontramos referencias al trabajo Report on the Latin American World Model with an Application to Egypt, ALRPG memo N°. 11, Institute of National Planning, Cairo, 1976. Asimismo, hubo un proyecto de aplicación del MML exclusivamente a la región (el Modelo para América Latina), que logró financiamiento parcial del PNUD. No podemos extendernos aquí sobre este punto.

[19] Tal es el caso, por ejemplo, de un cuidadoso análisis de abril de 1976 en el que se detallan los perfiles de los integrantes de un equipo dedicado al diseño de modelos de la Universidad Simón Bolívar de Venezuela. Entre los comentarios puede leerse: “el más trabajador y serio del grupo” o “supone que puede dominar cualquier tema sin trabajar, por lo tanto, opina sobre modelos en forma agresiva, sin entender del tema”, etc. En carpeta A.L Conciencia y nación Caracas mayo 1976, caja S.

[20] Carpeta UNESCO RHN com experts oct., 24, 77 y carpeta Experts Meeting- Quality of life- Paris- UNESCO 5-8 July 1977, en caja Q; carpeta Reunion GPID en Dakar Abril 23-30 1979, carpeta Reunion CAHE-UNESCO Junio 1978 Montevideo, carpeta UN Goals Geneva, January 1978, en caja C.

[21] El problema ideológico del reconocimiento y sus trampas ha sido extensamente analizado por L. Althusser (1988) y M. Pêcheux (2016), entre otros.

[22] Hopkins, Michael J. D. (1977). Planning to meet basic needs in poor countries. En UNESCO-Sussex Meeting on LAMM National Applications. UNESCO, Brighton; Ward, Michael (1977). The Bariloche Latin American Model as a tool of analysis and planning in developing countries. En UNESCO-Sussex Meeting on LAMM National Applications. UNESCO, Brighton.

[23] Hopkins, Michael J. D. (1977). Planning to meet basic needs in poor countries. En UNESCO-Sussex Meeting on LAMM National Applications. UNESCO, Brighton.

[24] Ward, Michael (1977). The Bariloche Latin American Model as a tool of analysis and planning in developing countries. En UNESCO-Sussex Meeting on LAMM National Applications. UNESCO, Brighton

[25] Baster, Nancy (1977). Models and indicators. En UNESCO-Sussex Meeting on LAMM National Applications. UNESCO, Brighton; Cole, H. S D. (Sam) (1977). The Latin American world model as a tool of analysis and integrated planning at national and regional level in developing countries. Informe SS.77/CONF 608/3; Hopkins, Michael J. D. (1977). Planning to meet basic needs in poor countries. En UNESCO-Sussex Meeting on LAMM National Applications. UNESCO, Brighton.

[26] Hopkins, Michael J. D. (1977). Planning to meet basic needs in poor countries. En UNESCO-Sussex Meeting on LAMM National Applications. UNESCO, Brighton, p. 3.

[27] Cole, H. S D. (Sam) (1977). The Latin American world model as a tool of analysis and integrated planning at national and regional level in developing countries. Informe SS.77/CONF 608/3, p. 40

[28] Cole, H. S D.  (Sam) (1977). The Latin American world model as a tool of analysis and integrated planning at national and regional level in developing countries. Informe SS.77/CONF 608/3, p. 40; énfasis nuestro. En la sistematización gráfica de los diversos modelos realizada por Cole, Gershuny y Miles, que los ubica en diversos cuadrantes según la variable conservador-revolucionario y optimista tecnólogico-pesimista tecnológico, el MML resulta relativamente optimista e indudablemente radical. Cole, Sam. Gershuny, Jonathan y Miles, Ian (1977). Scenarios of world development. A methodological previwe of Wolrld Futures: The great Debate. En UNESCO-Sussex Meeting on LAMM National Applications, 31 octubre al 3 de noviembre 1977, UNESCO, Birighton.

[29] Documento A / RES / 3201 de 9 de mayo de 1974, carpeta Viena Conference II (october 7-11, 1974), caja β; énfasis nuestro.

[30] Naciones Unidas (1974). Declaración sobre el establecimiento de un Nuevo Orden Económico Internacional. Documento A / RES / 3201 de 9 de mayo de 1974, p. 1.

[31] La Conferencia de Pugwash, inaugurada en 1957, es una organización internacional que reúne científicos y figuras públicas interesadas en el problema de los conflictos armados, la seguridad y paz mundial.

[32] Consignamos cierta promiscuidad en el uso de términos como “Tercer Mundo”, “países subdesarrollados” o “no desarrollados”, etc. Al respecto, en el informe final del MML se aclaraba que tales términos habían sido empleados con diversos significados “y siempre con intenciones puramente descriptivas”. Herrera, Amílcar., Scolnik, Hugo., Chichilnisky, Gabriela.; Gallopin, Gilberto., Hardoy, Jorge; Mosovich, Diana., Oteiza, Enrique., Romero Brest, Gilda., Suárez, Carlos E. y Talavera, Luis, (2004) [1977]. Catástrofe o nueva sociedad: Modelo Mundial Latinoamericano. Buenos Aires: Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo-América Latina, p. 36.

[33] Memo 4/2/76 reunión con Oldham IDRC Londres Otawa, carpeta Gira Europa, USA, America Nov. Dic. 75 Enero ’76, caja S, énfasis nuestro.

[34] Carta de Carlos Mallmann a Gerhard Bruckmann del 15/8/1974 en Carpeta Viena Conference II (october 7-11, 1974), caja β. 

[35]Carta de Ilse Beckey del 30/8/1974 en carpeta Viena Conference II (october 7-11, 1974), caja β. 

[36] Carta de Aurelio Peccei a Carlos Mallmann del 3/7/1974, carpeta Club of Rome Annual Meeting 1974, caja S. En un memo dirigido también al presidente de FB, Oleg Kotzarew se muestra extrañado ante la solicitud; Memo de Oleg Kotzarew 22/7/74 a Carlos Mallmann, carpeta Viena Conference II (october 7-11, 1974), caja β. 

[37] Programa Mundial de Empleo (1976). Empleo, crecimiento y necesidades esenciales: problema mundial. Génova: ILO; Altimir, Oscar (1978). La dimensión de la pobreza en América Latina. Documento de CEPAL E/CEPAL/L.180.

[38] Comisión Económica para América Latina CEPAL (1971). Un modelo para comparar estilos de desarrollo o políticas económicas optativas. Santiago de Chile: CEPAL.

[39] Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (1984). La pobreza en la Argentina. Indicadores de necesidades básicas insatisfechas a partir de los datos del censo nacional de población y vivienda 1980. Buenos Aires: INDEC.

[40] Graciarena, Jorge (1979). La estrategia de las necesidades básicas como estilo alternativo de desarrollo nacional e internacional. Sus posibilidades en el contexto latinoamericano. Revista de la CEPAL 8, 41-55.

[41] Max-Neef, Manfredo A., Mallmann, Carlos y Aguirre, Ramón (1978). La sinergía humana como fundamento etico y estético del desarrollo. Bariloche: Fundación Bariloche.

[42] Fundación Dag Hammarskjöld (1975) ¿Qué hacer?: Otro desarrollo. Development Dialogue, Nº 1 y 2.

[43] Mallmann, Carlos (1975). Anteproyecto para la realización de un modelo matemático de simulación de paradigmas del desarrollo de América Latina. Bariloche: Fundación Bariloche.

[44] Max-Neef, Manfred., Elizalde, Antonio. y Hopenhayn, Martín (1993). Desarrollo a escala humana. Montevideo: Editorial Nordan-Comunidad, p. 18.

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