Reseña de THOMPSON, I. A. A., (2019). A Buddenbrooks Effect in 17th-century Spain. The Secretary Juan Delgado and his successors: an inter-generational biography, c. 1515-1658, Valladolid: Universidad de Valladolid. 225 pp. ISBN: 9788413200507.
Universidad Nacional de Mar del Plata/Real Academia de la Historia-España (AC), Argentina.
Recibido: 21/04/2022
Aceptado: 03/05/2022
Palabras clave: “Efecto Buddenbrooks”; siglo XVII; España; biografía inter-generacional.
Keywords: “Buddenbrooks Effect”; 17th-century; Spain; inter-generational biography.
En un momento en el que se manifiesta gran interés por las biografías (BURDIEL; FOSTER, 2015) y autobiografías, este libro realiza un análisis que excede la trayectoria de un individuo para transitar un enfoque original que el autor define como una biografía inter-generacional. En cuanto al autor, no parece necesaria una presentación, precedido, como está, de una destacada producción que incluye un título señero en los temas que se abordan, Guerra y decadencia, (1981 [1976]).
El título es no sólo apropiado sino atractivo. Remite a la obra de Thomas Mann (1901) en la que se describe el proceso de ascenso y declinación de la familia (Buddenbrooks) en la ciudad de Lübeck durante cuatro generaciones en el siglo XIX. El interés por el tema de las interacciones entre éxito y fracaso llamó la atención de numerosos historiadores desde finales del siglo XX (PARKER, 2001) en conexión con su incidencia en las trayectorias individuales y colectivas y sigue siendo revisado en la actualidad.
La obra se organiza en seis capítulos acompañados por un conjunto de tablas, un apartado de bibliografía, ilustraciones y un valioso apéndice documental. La investigación se centra en Juan Delgado, su hijo y su nieto, con la intención de descubrir sus personalidades y relaciones personales, sus actitudes y creencias. Cómo se transmiten o no, conductas y comportamientos a través de generaciones, condicionadas no sólo por factores externos sino también por su historia de vida. El profesor Thompson se encarga de aclarar, desde el principio, que no se trata de estudiar desde el punto de vista institucional la Secretaría de Guerra de Felipe II ni de sus secretarios a través de uno de ellos, sino de examinar las trayectorias vitales de tres generaciones consecutivas en la familia Delgado. De esta manera, se relaciona con el interés despertado por los estudios sobre las identidades, el servicio, el ejército y la oligarquía en los siglos XVI y XVII. También es una contribución a la historiografía sobre la familia (CHACÓN JIMÉNEZ, 1990, 2014) y sus actuales líneas de investigación (IRIGOYEN LÓPEZ; HERNÁNDEZ FRANCO, 2020). La familia de un oficial real de la talla de Delgado tiene características particulares, poco frecuentadas, en tanto muestran procesos de movilidad social descendente en cuanto a su riqueza y reconocimiento social.
Lejos de teorizar sin una fundamentación consecuente, se preocupa por las causas de los cambios en las estructuras, funciones e ideologías, abordando planos sincrónicos y diacrónicos sin ánimo de generalización, reconociendo los límites del objeto de estudio propuesto. Esta tendencia también se ha manifestado en los análisis de diferentes aspectos de una comunidad a través del tiempo destacando el interés por el “cómo” más que sobre el “por qué” con la ambición de que los resultados obtenidos se puedan confrontar con otros casos.
La mayoría de los estudios sobre familias han sido realizados con preferencia sobre el fin del siglo XVII y el XVIII, mientras escasean los referidos al período precedente, en particular, en cuanto al interés que inspira este planteamiento intra-familiar sobre las trayectorias individuales, la profesión, los negocios, el oficio y sus relaciones con una dinastía así como las transferencias entre sucesivas generaciones, a través de los planteos teóricos y su relación con los actores individuales y colectivos en contextos específicos.
Los Delgado eran outsiders, newcomers, déracinés, su “patriotismo” podría entenderse como una respuesta a su necesidad de pertenecer. Sus raíces en Palencia eran poco profundas ya que el padre de Juan Delgado, Francisco Fernández, era un inmigrante. Además, a causa de sus ocupaciones en la Corte, en la Iglesia y en el ejército no tenían posibilidades de establecer vínculos debido a su itinerancia. En este sentido, no poseían vínculos que pudieran beneficiarlos a través de la pertenencia a clanes o clientelas, relaciones importantes para la preservación del linaje y por el apoyo que podían brindar a sus integrantes, algo que los Delgado no tenían y se puso de manifiesto en la falta de capital relacional de sus herederos.
En el primer capítulo, se analiza la trayectoria de Juan Delgado (1515-1585). Nacido en Paredes de Nava (Palencia), hijo de Francisco Fernández o Hernández, natural de Córdoba, notario principal del obispo de Palencia, Juan Rodríguez de Fonseca. Tenía dos hermanos y dos hermanas, uno de ellos fue jesuita y el otro sirvió en la flota real. Utilizó el apellido de su madre, Ana Delgado hija de un hidalgo, vecino de Palencia. Su calidad de noble se deduce de las pruebas realizadas ante el pedido para ingresar a la Orden de Santiago por parte de su nieto en 1602 que encierran algunas dudas. Don Francisco había sido objeto de sospechas por sus orígenes y por la profesión de notario que se vinculaba a los descendientes de judíos.
Juan Delgado trabajó bajo la guía de su padre en la secretaría del obispado y las relaciones que pudo establecer, le permitieron en 1531 o 1532, llegar a la Corte como paje de la casa de Francisco de los Cobos, verdadero “seminario de secretarios”, para comenzar su carrera en ese entorno. En 1571 fue designado secretario del Consejo de Guerra después de haber sido oficial en otros cargos.
Juan se casó dos veces; la primera, con Isabel de Ribas, la hija de un escribano que había llegado de Cantabria y se suponía hidalgo. En 1559 tuvo lugar su segundo matrimonio con doña Mencía de la Vega y Cepeda perteneciente a una familia de las más reconocidas de Valladolid, relacionada con otras similares de Tordesillas. A pesar de no residir en Palencia, mantuvo ciertos contactos en la ciudad, lo cual demostraría que la corte y los territorios no eran en este momento esferas políticas y sociales separadas, sino espacios que se relacionaban e interactuaban.
Entre 1571 y 1585 Delgado se volvió una figura influyente en el gobierno desempeñando los puestos de contador general de la Artillería, secretario de los Descargos, contador de la Razón, secretario de Guerra y sus juntas asociadas y consejero de Hacienda. A pesar de ello, Juan Delgado permaneció casi desconocido para la historia, considerado como el arquetipo de un burócrata anónimo cuyo trabajo pasó inadvertido en cuanto a sus motivaciones estratégicas. Sin embargo, fue uno de los hombres de confianza de Felipe II y del duque de Alba, aunque resulta difícil determinar sus adhesiones personales en el fluctuante mundo de las “facciones” de la corte. Esto se debe, tal vez, a que no actuaba directamente en diplomacia o en la alta política de la Corte y carecemos, por lo tanto, de los detalles que podrían aportar -entre otros- los embajadores de potencias extranjeras en Madrid. Parece haber estado más vinculado a personas eficientes y seleccionadas con sentido pragmático. Sus lazos no pueden definirse sólo con un sentido clientelar o de alineamiento político. Su actividad preferente fue transmitir las opiniones del Consejo al rey y sus respuestas al Consejo, aunque esto no implica que, en algunas oportunidades, no aprovechara la oportunidad de su cercanía al monarca para solicitar favores, en particular para su familia, actuando como algo más que un go-between. Debido a su experiencia, pudo en ocasiones, opinar en asuntos de importancia que lo llevaron a enfrentamientos con individuos y con integrantes de los consejos protagonizando conflictos a consecuencia de la superposición de las funciones administrativas y judiciales. Ente 1580 y 1583 ocupó un lugar significativo acompañando al rey en Portugal ya que se trataba de tiempos de guerra y de que su actuación se beneficiaba por la lejanía de Madrid.
Cuando Juan estuvo próximo a cumplir setenta años, era evidente su declinación física y política. A su regreso a Madrid, enfrentó la actuación de nuevos actores que influían en la opinión del rey y actuaban mediando su relación con él (Mateo Vázquez, Juan de Idiáquez), todo lo cual redujo su papel y derivó -entre otras cuestiones- en el bloqueo de sus aspiraciones para promover a su hijo Agustín. Después de cincuenta años de servicio, sobrecargado con diversas ocupaciones y con una salud debilitada, estaba atemorizado por investigaciones sobre su conducta y por las calumnias de sus enemigos. Sentía que sus esfuerzos no habían recibido una recompensa que creía merecida. Es cierto que los oficios destacados tenían un alto costo y su caso no constituye una excepción en cuanto a solicitudes, súplicas y alegatos en torno a la necesidad y endeudamiento de los contemporáneos a causa de sus servicios a la Corona. Lo cierto es, que no siempre las quejas se correspondían con la realidad ya que, a las sumas que percibía como pago a sus funciones, deben agregarse otros ingresos, tales como pensiones o diferentes mercedes.
Ante la licencia que solicitó por razones de salud, su hijo ocupó su lugar en la secretaría de Guerra pero, en el caso de su vástago, la experiencia militar superaba la administrativa y sólo fue considerado como un ocupante pasajero que luego sería marginado del ejercicio de esas funciones.
En el capítulo II, el autor se ocupa de los sucesores de Juan Delgado. Agustín era hijo de su primer matrimonio y sirvió en el ejército desde los 18 años. Luchó -entre otras acciones- en las galeras y en la batalla de Lepanto con Don Juan de Austria. Ocupó diferentes cargos, (gobernador en la ciudad de Aversa en Nápoles) y en 1578 fue alférez mayor de Palencia. Su camino en la corte fue breve y el final de su carrera retornó a su plaza de alférez mayor y regidor, dado que no tenía un patrón en la Corte y lo preocupaban problemas financieros. Más allá de su valorable actuación como militar, su carrera había sido un fracaso, incluyendo prácticas de corrupción y no pudo acrecentar el valor de su casa. Fue caracterizado como avaro, hostil, pendenciero y corrupto. Por otra parte, no pudo conseguir que su hijo (del mismo nombre) fuera admitido en la Orden de Santiago, ni confirmado como paje con Felipe III. “Si Juan Delgado había tenido una prominente carrera como secretario, y su hijo tuvo una carrera -aún con altibajos- al servicio del rey, su nieto Agustín, no tuvo ninguna carrera” (p. 64) El nieto de Juan Delgado, pasó la mayor parte de su vida en Palencia disfrutando de su mayorazgo y sus oficios en el Ayuntamiento. Por falta de descendencia, el mayorazgo fundado por su abuelo pasó a su sobrino, Don Luis Manrique de Lara
En el capítulo III se realiza un análisis de los bienes que integraban la fortuna de los Delgado utilizando documentos de origen fiscal y notarial, que permiten una aproximación al estado general de su riqueza en momentos sucesivos de su trayectoria. Se efectúan ponderaciones sobre el papel de los ingresos por el desempeño en el gobierno y los beneficios que aportaba un matrimonio conveniente. Un inventario de 1559 permite al autor un cuidado examen de los bienes de Juan Delgado en 1559 clasificados como bienes muebles, bienes inmuebles y rentas. La proyección comparativa le permite afirmar que Juan había construido la fortuna de la familia, su hijo la había puesto en riesgo y su nieto había ocasionado su derrumbe.
En el capítulo IV se plantean problemas relacionados con el mundo social de la familia a través del estudio de sus colegas, amistades y parientes. Las trayectorias vitales de los tres integrantes seleccionados de la familia Delgado revelan cómo declinaron en importancia y protagonismo público generación tras generación. Los contactos que estos actores mantuvieron con otros de sus entornos, muestran también un “progresivo estrechamiento y provincialización de su actividad social y sus relaciones personales.” (85p.). Sin embargo, su círculo de relaciones era amplio en cuanto a su proyección internacional debido a las relaciones que, por su oficio, podían establecer con integrantes de la alta nobleza y con otros integrantes de los ámbitos económico, militar y administrativo, aunque sus escasos intereses culturales no contribuyeron a potenciarlos.
El capítulo V aborda aspectos relacionados con la cultura material y espiritual de los Delgado. Se hace hincapié en la forma en que se demuestra el estilo de una casa y su relación con el status social, tomando en cuenta las pertenencias que corresponden a sus integrantes. La información procede de documentos tales como los testamentos, la fundación del mayorazgo en 1577 o inventarios, y dotes. Asimismo, en esta documentación se puede obtener el perfil religioso de la familia a través de sus propiedades, las fundaciones religiosas y otras disposiciones testamentarias. Es importante destacar el valioso estudio comparativo a propósito de la religiosidad de Juan su hijo Agustín y su nieto, realizado a partir de esta documentación.
El último capítulo está dedicado a profundizar las comparaciones entre las tres generaciones consideradas. Así, se observa cómo Juan se veía a sí mismo a través de la descripción del escudo de armas que creó. El estudio a partir de la heráldica, sugiere algunas declaraciones que representan los ideales y las ambiciones en una proyección familiar. Con un agudo análisis conceptual, se demuestra la defensa de un conjunto de principios y valores detectados a través del lenguaje utilizado en las peticiones al rey. Se destaca el tono reivindicatorio pero basado en el servicio, el amor y la reputación por parte de Juan, mientras que, por el contrario, los términos a los que recurre su hijo con un objetivo similar, tienen un acento agresivo, demandante, en defensa de lo que considera sus derechos.
Llegado a este punto, el autor reflexiona sobre la aplicabilidad del paradigma del “efecto Buddenbrooks” entendido como un modelo de tres generaciones en la que el efecto de la tercera, da como resultado un descenso en el campo en que se aplica. Es posible aceptar que son tres los factores que se relacionan para asegurar la longevidad de un negocio familiar: la transmisión de habilidades y valores a través de generaciones, la transferencia exitosa de activos familiares y las respuestas estratégicas a las condiciones cambiantes. El autor propone un interesante juego de conceptos en el que, si identificamos negocio con mayorazgo y familia con la trayectoria de los Delgado, podemos concluir que, en este caso, el proceso no funcionó de manera adecuada.
El enfoque comparativo y los condicionantes sociales permiten al autor concluir que los Delgado tuvieron falta de proyección familiar más allá de actitudes individuales por lo menos, a partir de la segunda generación. Los casamientos, a excepción del primero de Juan, no se realizaron con familias de raíces palentinas. Este patrón de alianzas matrimoniales, sugiere un inevitable distanciamiento de los grupos pares de los Delgado en Palencia. Estos matrimonios exógenos de los contextos profesionales y estamentales, de los que ellos mismos provenían, unido al ascenso del sospechoso status de escribano al de letrado, abogado y oidor tuvo lugar a expensas de una integración más profunda de la familia en la elite cívica palentina.
Una acabada reconstrucción del cursus honorum de Juan Delgado permite al autor un interesante planteo en función de las actuaciones individuales y su relación con sus contextos específicos. Este planteo se traslada a una comparación intra e inter- generacional. Esta biografía promueve un sugestivo enfoque para conocer a través de las trayectorias vitales de los Delgado, las herramientas de promoción personal y las características personales de los protagonistas, a la vez que su inserción en la compleja maquinaría de la Monarquía.
Alternando las miradas micro y macroanalíticas en el estudio de grupos e individuos, accedemos a los cambios generacionales en esta familia, que están acompañados de los que se producen en sus entornos inmediatos y en sus proyecciones globales. Los actores se encuentran entrelazados con las tramas de sospechas por corrupción, las amistades y las enemistades generadas en su servicio al rey.
Cada afirmación en la obra, está fundamentada con la documentación pertinente. Por otra parte, el tratamiento de los temas merece la oportuna confrontación de diferentes opiniones de autores contemporáneos y de la historiografía reciente. Si tenemos en cuenta la dilatada y meritoria trayectoria del autor, resulta ocioso destacar la consulta de bibliografía específica y de numerosos repositorios documentales.
No podemos elegir un campo predominante: economía, sociedad, política y cultura son sólo algunos de los enfoques utilizados para estudiar a los Delgado. Desde el punto de vista metodológico, un conjunto de listas de albaceas y testigos en varios documentos (testamentos, contratos, probanzas, acuerdos o pleitos, entre otros) nos permiten acceder a mucho más que una actuación pública de sus integrantes. Siguiendo las huellas de tres hombres, tres generaciones, sus diferentes habilidades y caracteres, emergen elementos a considerar para entender sus diferentes actitudes. Si agregamos diferentes condiciones contextuales, podremos obtener, un mejor acercamiento a sus complejas trayectorias. No se trata de entender el fracaso de los Delgado como una simple cuestión de personalidades, es necesario considerar una multiplicidad de factores en los que no se deben descartar aquellos que los actores no podían controlar. Esta propuesta sugiere una metodología que podría rescatar del olvido a muchas familias, accediendo no sólo a los grupos, sino teniendo en cuenta a los individuos, sus características personales y la construcción de su self. El desafío del autor, era conseguir una proximidad a los individuos interactuando con las instituciones y con otros individuos, en contextos específicos, con sentido comparativo, y la obra cumple con ese ambicioso objetivo.
Bibliografía
BURDIEL, I.; FOSTER, R., (Eds.) (2015). La historia biográfica en Europa. Nuevas perspectivas, Zaragoza: Institución Fernando el Católico.
CHACÓN JIMÉNEZ, F., (2014). El viaje de las familias en la sociedad española: veinte años de historiografía, Universidad de Murcia: Servicio de Publicaciones.
IRIGOYEN LÓPEZ, A.; HERNÁNDEZ FRANCO, J., (Eds.) (2020). El giro de la familia: Homenaje historiográfico a Francisco Chacón Jiménez, Universidad de Murcia: Servicio de Publicaciones.
MANN, Th., (1901). Buddenbrooks. Verfall einer Familie, Berlín: Fischer.
PARKER, G., (2001). El éxito nunca es definitivo. Imperialismo, guerra y fe en la Europa Moderna, Madrid: Taurus.
THOMPSON, I. A. A., (1981 [1976]). Guerra y decadencia. Gobierno y administración en la España de los Austrias, 1560-1620, Barcelona: Crítica.
* Este trabajo forma parte del Proyecto “Failure: Reversing the Genealogies of Unsuccess, 16th-19th Centuries” (H2020-MSCA-RISE, Grant Agreement: 823998).
* ID ORCID: 0000-0002-6013-7434
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