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Pleamar. Revista del Departamento de Geografía. Facultad de Humanidades. Universidad Nacional de Mar del Plata - Año de inicio: 2021 - Periodicidad: 1 por año
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 ISSN Nº2796-8480

 

https://fh.mdp.edu.ar/revistas/index.php/pleamar

Año 5, Nro. 5, Mar del Plata, Argentina, 2025

                                              

#Artículos

 

Calidad de vida en el Sudeste bonaerense: El caso de Lobería (1991 – 2022)

 

Quality of Life in Southeastern Buenos Aires:

The case of Lobería (1991 – 2022)

 

Recibido: 04/09/2025 - Aceptado: 25/11/2025 – Publicado: 28/11/2025

 

 

 

Romina Erica De Andreotti

rominadeandreotti@gmail.com

Universidad Nacional de Mar del Plata, Argentina

Licenciada en Sociología por la Universidad Nacional de Mar del Plata. Docente en el nivel secundario y terciario en la ciudad de Lobería.

 

 

 

 

 

 

Cita sugerida: De Andreotti, R. E. (2025). Calidad de vida en el Sudeste bonaerense: El caso de Lobería (1991 – 2022). Pleamar. Revista del Departamento de Geografía, (5), 1-27.   http://fh.mdp.edu.ar/revistas/index.php/pleamar/index

 

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Resumen

La presente investigación sociológica tiene como objetivo el análisis de la calidad de vida de Lobería en relación con los estilos de desarrollo entre 1991-2022. Las fuentes de datos corresponden a los Censos Nacionales de Población (1991, 2001, 2010 y 2022). A partir de la consideración de indicadores de las dimensiones: Vivienda, Saneamiento, Educación y Ocupación, se procedió a la construcción de un índice de calidad de vida comparable y de cartografía temática para cada año censal considerado, utilizando técnicas de naturaleza cuantitativa. A partir de este índice se hizo un análisis cuantitativo y espacial, de carácter transversal y comparativo de la calidad de vida en un período de 31 años, entendiendo al partido de Lobería como parte de procesos mayores.

 

Palabras clave: calidad de vida; sociología; partido de Lobería; territorio

 

Abstract

This sociological research aims to analyze the quality of life in Lobería in relation to the development patterns between 1991 and 2022. The data sources correspond to the National Population Censuses (1991, 2001, 2010, and 2022). Based on indicators for the following dimensions: housing, sanitation, education, and employment, a comparable quality of life index and cartography were constructed for each census year using quantitative techniques. From this index and understanding the district of Lobería as part of larger processes, a quantitative and spatial analysis of the quality of life, cross-sectional and comparative in nature, was carried out over a period of 31 years. 

 

Keywords: quality of life; sociology; district of Lobería; territory

 

 

Antecedentes y perspectiva conceptual

Comprender y explicar cómo viven los sujetos individuales y colectivos es una de las principales inquietudes de las Ciencias Sociales en general y de la Sociología en particular. Cada una de estas disciplinas, mediante desarrollos teóricos, debates y categorizaciones contribuye a la comprensión de las configuraciones sociales, como también al entendimiento de la relación de implicancia mutua entre éstas y las formas de vida de los sujetos.

Emprender la tarea de investigar implica la reflexión sobre las posibilidades de explicación de los conceptos e injerencia de los instrumentos metodológicos a utilizar frente a la realidad seleccionada. En este caso, adherir al enfoque metodológico y conceptual de la calidad de vida, conlleva entender su multidimensionalidad y las distancias que tiene con conceptos como los de pobreza, nivel de vida o felicidad, con los que a veces suele confundirse.

La revisión de literatura especializada muestra que la polisemia, la multidimensionalidad y la posibilidad de abordar aspectos objetivos o subjetivos son inherentes al concepto de calidad de vida (Tonon, 2007; 2008; 2016; Tonon y Castro Solano, 2012). Por otra parte, se advierte que hay vacancia de investigaciones sobre calidad de vida desde la Sociología argentina, sobre todo las que son de base cuantitativa y con aplicación en escalas territoriales grandes -como los radios censales-.

En Argentina existe una producción académica numerosa desde el enfoque de la calidad de vida, fundamentalmente emprendida desde otras Ciencias Sociales, como la Geografía, la Ciencia Política, la Arquitectura o las Ciencias de la Salud. En tal sentido, estudios realizados desde el concepto calidad de vida y, especialmente, desde la Geografía, tienen aplicaciones a escala de provincias o departamentos/partidos, algunos de los cuales abarcan al total nacional (Velázquez, 2001; Velázquez et al., 2014). Sin embargo, las investigaciones acotadas al interior de los departamentos o partidos están concentradas en las jurisdicciones más pobladas o donde los problemas sociales tienen mayor visibilidad (Gómez Lende, 2010; Lucero, 2008; Mikkelsen y Velázquez, 2013; Lucero et al., 2016). En este sentido, muchas veces no se trabaja en profundidad con áreas escasamente pobladas, como el partido de Lobería, reconociendo la necesidad de investigar la situación de las pequeñas ciudades, como también la importancia del análisis comparativo, temporal y territorial, en el debate sobre las desigualdades.

El objetivo de este trabajo pretende aportar, por un lado, a la línea de estudios sobre calidad de vida que analiza la situación interna de los partidos del sudeste bonaerense o las ciudades de distinta magnitud (Velázquez et al., 2014) y, por otro, desde la Sociología, contribuir con la tarea de generar conocimiento científico local, actualizado y de calidad sobre la población de Lobería. El punto de partida conceptual es la propuesta de Velázquez, quien entiende la calidad de vida como: “Una medida de logro respecto de un nivel establecido como ‘óptimo’ teniendo en cuenta dimensiones socioeconómicas y ambientales dependientes de la escala de valores prevaleciente en la sociedad y que varían en función de las expectativas de progreso histórico” (2016, p. 106).

Si bien el concepto calidad de vida comprende tanto aspectos objetivos como subjetivos, se optó por indagar únicamente en las dimensiones objetivas, medibles, del bienestar.

En Argentina, la mayoría de las investigaciones que elaboran índices de calidad de vida (ICV) o de bienestar lo hacen a partir de fuentes de información secundaria y de la selección de indicadores para abordar las dimensiones socioeconómicas y ambientales. Las principales fuentes de información son los Censos Nacionales de Población, Hogares y Vivienda (CNPHyV, INDEC) y la Encuesta Permanente de Hogares (EPH, INDEC). En algunas investigaciones, también se han incorporado datos de Estadísticas Vitales (Ministerio de Salud – Dirección de Estadística e Información de Salud), información socioeconómica provista por municipios, datos del Ministerio de Seguridad de la Nación, entre otros.

La utilización de información secundaria en muchas ocasiones implica que la construcción de los índices se deba ajustar en base a la información que se encuentra disponible, como también a las divisiones territoriales que establecen estos organismos: departamentos o partidos, fracciones, radios censales, aglomerados urbanos y rurales (Mikkelsen et al., 2010).

Sin embargo, es importante referir a la potencialidad analítica que brindan para realizar estudios a gran escala desde los cuales buscar diferencias sociales y hacer comparaciones entre sectores del territorio, como también, las posibilidades que proporciona para distinguir entre las dimensiones pública y privada de la calidad de vida. Se reconoce asimismo la importancia de implementar métodos de investigación mixtos, es decir, aquellos que combinan datos estadísticos e indicadores sociales con observaciones de campo y entrevistas (Gordziejczuk y Mikkelsen, 2020).

 

Estructura metodológica

Calidad de vida: una propuesta de operacionalización

Como se mencionó anteriormente, el enfoque conceptual empleado en esta investigación sostiene que la calidad de vida se relaciona con expectativas y valores vigentes en una sociedad, en un tiempo y espacio dados, reconociendo así que las dimensiones a considerar varían entre sociedades. Es decir, se entiende a la calidad de vida como una meta, diferenciándose así de la pobreza. En este trabajo se optó por esta conceptualización porque resulta convincente para pensar en el presente y el futuro esperable de esta sociedad, como también colaborar con la reflexión de ideales de vida superadores.

Las características comentadas del enfoque de calidad de vida, en su perspectiva objetiva, dan cuenta de su utilidad para pensar y estimar la situación de las poblaciones en las sociedades actuales, permitiendo hacer comparaciones entre individuos, grupos y sociedades, resultando en aportes que pueden ser utilizados como insumo para el diseño, planificación o gestión de políticas públicas.

Para esta investigación, la propuesta conceptual se operacionalizó considerando dimensiones y variables que ya se utilizaron en estudios previos, confirmando su validación. Para que el análisis sea comparativo a través del tiempo, se seleccionaron las siguientes dimensiones: Vivienda, Saneamiento, Educación y Ocupación.

En este trabajo se priorizó el recorte 1991-2022 por dos cuestiones. En primer lugar, porque se emplean como fuentes de información estadística los datos recabados en los CNPHyV, operativos estadísticos que se realizan cada diez años. En segundo lugar, porque estos cuatro censos (1991, 2001, 2010, 2022) se realizaron en diferentes contextos políticos y económicos y en algunos aspectos contrapuestos, lo cual permite pensar en la hipótesis de la incidencia diferencial de estos procesos sobre la dinámica demográfica y de la calidad de vida de la población en el partido de Lobería.

 

Fuentes de datos y técnicas: la construcción de indicadores sociales

En la operacionalización del concepto calidad de vida, la selección de los indicadores al interior de cada dimensión se realizó reflexionando sobre la comparabilidad entre zonas urbanas y rurales, tal como se puede observar en el Cuadro 1.

 

 

Cuadro 1. Dimensiones, variables e indicadores del ICV

 

 

Dimensiones

Variables

Indicadores

Vivienda

Vivienda adecuada

% de población en viviendas Tipo A o departamentos

Vivienda con espacio suficiente

% de población en hogares con hasta 2 personas por cuarto

Seguridad en la tenencia

 

% de población propietaria de la vivienda y el terreno

Saneamiento

Agua

% de población en viviendas con conexión de agua dentro de la vivienda

Obra social

% de población que cuenta con obra social o plan médico

Educación

Nivel educativo

% de población de 25 años o más con nivel superior completo (Universitario o Superior no universitario)

Ocupación

Posibilidad de tener ingresos

Tasa de ocupación

 

 

Fuente: Elaboración de la autora

 

A partir de los datos estadísticos se elaboró un índice y se confeccionó digitalmente cartografía temática del partido de Lobería mediante la utilización del Software Qgis 3.20. En el proceso de construir el ICV, primero se diseñó una Matriz de Datos Originales (MDO) para cada uno de los años censales, a partir de la cual se procedió a confeccionar la Matriz de Datos Índice (MDI) y, a continuación, la Matriz de Datos Estandarizados (MDZ) mediante el cálculo del puntaje omega (Ω), para los siete indicadores seleccionados. Esta técnica de estandarización consiste en transformar los datos en puntajes que oscilan entre 0 y 1 como valores extremos, siendo el 1 representativo de la mejor situación. A través de la estandarización se asegura la comparabilidad ya que se obtienen medidas adimensionales. La fórmula utilizada es la siguiente:

 

Ωi = 

Donde: Ωi es el valor estandarizado; Xi es el valor por estandarizar; Xm es el valor mínimo de la serie de datos; XM es el valor máximo de la serie de datos.

A partir de la MDZ, se obtuvo para cada unidad espacial, es decir para cada radio censal, un ICV por promedio simple entre todos los valores estandarizados.

Como refleja el Cuadro 2, para el análisis del ICV se diseñaron cuatro categorías, en base a los cuartiles de la serie de datos correspondiente a 1991. Los intervalos extremos, quedaron con límites disímiles en cada medición ya que difieren los valores máximos y mínimos en los distintos años censales.

 

Cuadro 2. Categorías y valores del ICV

 

 

1991

2001

2010

2022

Muy bajo

0,195 - 0,397

0,178 - 0,397

0,263 - 0,397

-------------

Bajo

0,397 - 0,509

0,397 - 0,509

0,397 - 0,509

0,406 - 0,509

Alto

0,509 - 0,589

0,509 - 0,589

0,509 - 0,589

0,509 - 0,589

Muy alto

0,589 - 0,750

0,589 - 0,763

0,589 - 0,792

0,589 - 0,792

 

 

Fuente: Elaboración de la autora

 

Con el fin de reconocer la dispersión de los valores dentro de cada dimensión y observar cómo contribuyen al valor final del índice, se calculó el índice de brecha absoluta de Kuznets (Organización Panamericana de la Salud [OPS], 2020). Esta técnica permite medir el alcance y variaciones de las distancias sociales. Cada valor obtenido indica el número de veces, en más o en menos, de separación de los grupos en peor situación de los que se encuentran más favorecidos.

 

Partido de Lobería: territorio y población

El partido de Lobería se sitúa en el sudeste bonaerense. Como se puede apreciar en la Figura 1, al norte limita con el partido de Tandil, al noreste con Balcarce, al sudeste con General Alvarado y al oeste con Necochea.

Dentro del partido hay localidades y parajes con escasa población. El principal centro urbano es la ciudad cabecera, Lobería, ubicada sobre la Ruta Provincial N° 227, a 55 kilómetros de la costa atlántica. Le siguen en orden de importancia, de acuerdo a la cantidad de habitantes: San Manuel, 70 kilómetros al norte de la ciudad de Lobería, y Tamangueyú, 10 kilómetros al sur de la ciudad cabecera. Al noreste, a 30 kilómetros de la ciudad de Lobería, se sitúa Licenciado Matienzo; 30 kilómetros al sur Pieres y a 50 kilómetros el balneario Arenas Verdes. También forman parte del partido los parajes: El Lenguaraz, Dos Naciones, Las Nutrias, El Moro y Las Toscas. Asimismo, un sector de la localidad de Napaleofú, la cual tiene dividida su planta urbana entre los partidos de Lobería y Balcarce, es lugar de unión de la Ruta Provincial N° 227 con la Ruta Nacional N° 226.

 

Figura 1. Partido de Lobería: localidades, parajes y partidos aledaños

 

 

Fuente: Elaboración de la autora

 

El cuadro 3 permite observar en detalle la distribución de la población al interior del partido de Lobería y su comportamiento en cada año censal bajo estudio.

 

Cuadro 3. Partido de Lobería: total de población para 1991, 2001, 2010 y 2022

 

Localidad

Tipo

Censo 1991

Censo 2001

Censo 2010

Censo 2022

Lobería

Pueblo grande

10.919

12.199

13.005

14.215

Arenas Verdes

Pueblo chico

-

20

12

26

Pieres

36

35

36

22

Licenciado Matienzo

94

87

76

77

Napaleofú

260

377

374

s/d

Tamangueyú

303

409

438

475

San Manuel

1.266

1.120

1.126

1.266

Zona rural

Población dispersa

5.029

3.138

2.830

s/d

Total de población

17.907

17.385

17.897

18.243

Total de población sin Napaleofú

17.647

17.008

17.523

18.243

Fuente: Elaboración de la autora en base a INDEC, Censo Nacional de Población y Vivienda 1991 y CNPHyV 2001, 2010 y 2022

 

Calidad de vida: análisis del bienestar entre dos siglos (1991-2022)

Para interpretar las diferenciaciones en los niveles de calidad de vida alcanzados por la población y sus variaciones temporales, es ineludible considerar el marco histórico en el que se realizaron las mediciones censales. Se entiende que los procesos políticos y económicos son cruciales en la configuración y distribución de la población, así como en los niveles de calidad de vida obtenidos. Por tanto, el análisis de los niveles de calidad de vida se propone en articulación con las características de cada uno de los modelos de desarrollo desde los años 1980 hasta 2022.

 

Entre el regreso a la democracia y la implantación del modelo neoliberal (1991)

La reestructuración económica iniciada en el último tercio del siglo XX modificó la organización social que se había configurado en los períodos anteriores a partir de desarticular nodos neurálgicos, mediante la intervención estatal sobre distintos ámbitos. Esto trajo diversas consecuencias para la sociedad argentina; advirtiéndose cómo fue menoscabada la calidad de vida de muchos sectores debido a la dificultad creciente para acceder a los bienes y servicios elementales. Específicamente la política de apertura de la economía dominante desde mediados de 1970 incidió en todas las ramas de la actividad económica nacional provocando la progresiva conformación de una significativa masa poblacional desempleada.

En términos demográficos, desde la década de 1970 se observa que Argentina pasó a ser un país de emigración (Otero, 2010), condición en la que confluyen tanto factores económicos como políticos. Así, el deterioro de los salarios y la disminución de las oportunidades de empleo influyeron en la diversificación de la composición ocupacional y educativa de los emigrantes argentinos, colectivo constituido por exiliados políticos -en la década de 1970- y por quienes buscaban mejoras en su situación económica (Torrado, 1992).

Para 1991, el impacto de la temprana apertura económica, que se haría más profunda en la década siguiente, se advierte en Lobería en la configuración de niveles de calidad de vida predominantemente bajos y muy bajos. En la Figura 2 se evidencian los bajos niveles de calidad de vida en el conjunto de los asentamientos rurales y urbanos del partido de Lobería, situación esperable de acuerdo con lo descrito sobre la coyuntura política y económica desarrollada desde la década de 1970.

 

Figura 2. Partido de Lobería: ICV, año 1991

 

 

Observando de manera global el mapa del ICV se puede identificar una división entre la zona norte y sur del territorio. En la zona sur, son notables los niveles bajo y muy bajo de calidad de vida. Hacia el norte del territorio, en cambio, se expresan las situaciones más favorables, con áreas que presentaban niveles alto y muy alto del ICV.

En la Figura 3, se aprecia un fraccionamiento de la ciudad de Lobería, al norte, con niveles bajos de calidad de vida mientras que el centro de la ciudad y el sur tenían valores altos a muy altos. Es decir, de la población urbana, solo un sector céntrico cuenta con niveles altos del ICV. Estos sectores conforman el centro histórico de la ciudad, mientras que el resto se ubica en áreas de expansión aún poco consolidadas.

 

Figura 3.  Ciudad de Lobería: ICV, año 1991

 

 

Para los pueblos pequeños, el ICV arroja valores altos, excepto en Tamangueyú y Pieres, al sur del territorio loberense. En estos los niveles de calidad de vida son muy bajos. La actividad agrícola y ganadera, pero también la estación de ferrocarril y la línea férrea que recorría todo el territorio del partido, fueron los promotores de la consolidación de estos poblados. El cierre definitivo de los ramales ferroviarios del Ferrocarril Sud en la década de 1990 (Granero y Rizzo, 2008) impactó en las condiciones de vida por la pérdida de fuentes de trabajo. También se debe pensar en la incorporación de innovaciones tecnológicas, en la necesidad de mano de obra con mayor calificación, en la búsqueda de mejoras en la dimensión educativa y de accesibilidad a bienes y servicios.

En Pieres y en Tamangueyú durante décadas predominaron las viviendas precarias, sin energía eléctrica, red de agua y cloacas. En términos demográficos, Tamangueyú ha estado caracterizado por familias vecinas y emparentadas entre sí y muchos de los avances de las condiciones materiales de vida, como el arribo de servicios, fueron logrados por el trabajo colectivo de los vecinos. De manera similar sucedió en San Manuel a través de la cooperativa eléctrica y servicios anexos.

Por otra parte, si bien la población de Tamangueyú en el periodo no superó los mil habitantes, en este territorio se puede encontrar una diferenciación social entre quienes viven en “la villa de Tamangueyú” y quienes están en “Tamangueyú”. Esta distinción se debe a las actividades productivas que son características del pueblo. Inicialmente en “la villa de Tamangueyú” vivían los empleados rurales, con condiciones de vida deficitaria y en “Tamangueyú”, los ferroviarios, con mejores condiciones de vida. 

En las zonas rurales del norte del partido predominan los niveles altos del ICV. Sin embargo, hacia el sur, son notables los niveles bajo y muy bajo. Los indicadores de vivienda adecuada, tenencia en propiedad de la vivienda, agua dentro de la vivienda y educación superior son los que muestran, en esta zona, los desempeños más bajos, siendo, por tanto, los que más inciden en la configuración de situaciones negativas.

Estos resultados pueden entenderse por las características del empleo rural. Tradicionalmente, a la población rural empleada le proveían la vivienda, cuestión que incide en los valores del indicador tenencia en propiedad de la vivienda, al no ser propietarios, y con elevadas probabilidades de que la vivienda otorgada no sea adecuada (vivienda adecuada), con servicios (agua dentro de la vivienda) o espacio suficiente para todos los habitantes. Otra cuestión para señalar es la problemática del empleo rural no registrado (Neiman et al., 2023), que se traduce en bajos niveles de cobertura médica -apreciable a través del indicador obra social-, con cifras inferiores a las de la ciudad de Lobería. 

Estas cartografías son una foto de un momento histórico, resultado del entrecruzamiento de las dimensiones elegidas. Al respecto, es interesante analizar cómo se comportan todos los indicadores que constituyen el ICV, cuáles tienen mayor peso en el valor final y qué diferencias hay entre los guarismos más altos y bajos de cada uno.

En primer lugar, se observa que -de acuerdo al ICV-, en términos porcentuales, el 46,8 % de la población en 1991 presentaba niveles bajo y muy bajo, y el 53,2 % niveles alto y muy alto. Los bajos valores de los indicadores tenencia en propiedad de la vivienda y educación superior son fundamentales para entender esta distribución porcentual, ya que inclusive persisten los valores inferiores en el nivel alto. Son indicadores que muestran una problemática del partido. En este sentido, Velázquez y Gómez Lende afirman:

 

Durante el período intercensal 1991-2001, en el marco de una lógica de ajuste y “retiro” del Estado, la vivienda y la infraestructura han devenido inexorablemente en meras mercancías. Esta suerte de mercantilización perversa, ligada, claro está, a la interdependencia funcional tejida entre el poder estatal y los capitales hegemónicos, produjo un agravamiento de la situación habitacional en la Argentina. En el marco de esta racionalidad excluyente se redujo ostensiblemente la intervención del Estado en el mercado inmobiliario, particularmente en detrimento de la clase media (2005, p. 10).

 

El fracaso neoliberal y el regreso a los tiempos de crisis (2001)

El siglo XX concluye mostrando un escenario donde un porcentaje elevado de los habitantes de Argentina tiene dificultades para satisfacer las necesidades básicas, cuestión que reviste mayor o menor gravedad de acuerdo con la región y localidades del país que se analicen.

En ese contexto de crisis económica, política, institucional y social, diferentes investigaciones muestran la importancia de los grupos poblacionales con niveles de calidad de vida bajos como consecuencia de la desregulación de la economía, la escalada inflacionaria, el desfinanciamiento en las áreas de salud y educación, como del creciente desempleo y flexibilización laboral (Velázquez, 2001; Lucero et al., 2015). Respecto a la región Pampeana en 2001, Velázquez afirmaba que esta se encontraba en una posición intermedia del ICV: “Al igual que en los noventa, las condiciones parecen empeorar hacia los bordes de la región” (2001, p. 9).

La profundización de las políticas de corte neoliberal caló en la estructura económica y social de la Argentina, deteriorando cada vez más la situación de la población. En 2001, en consecuencia, el 17,7 % de la población tenía necesidades básicas insatisfechas (NBI) y en la Provincia de Buenos Aires esta cifra alcanzaba al 15,8 % de los habitantes (INDEC, 2001). En cambio, la medición a través de los ingresos mostró en 2001 que un 47 % de la población de Argentina se encontraba bajo la línea de pobreza, valor que en la región Pampeana fue del 42 %. En cualquier caso, se debe tener presente que estos valores refieren únicamente a la población urbana donde se releva la EPH, pero ayudan a delinear el contexto reinante.

Aun en ese escenario, para el año 2001 el ICV muestra una mejoría con respecto a 1991, situación visible tanto en las zonas rurales y urbanas del partido. La Figura 4 manifiesta la casi desaparición del nivel muy bajo y el predominio de población en los niveles alto y muy alto. Concretamente, es interesante ver cómo el mapa va mostrando la creciente extensión territorial de los grupos en mejores condiciones.

 

Figura 4. Partido de Lobería: ICV, año 2001

 

 

La población urbana de la ciudad de Lobería experimentó un incremento de los pobladores con niveles alto y muy alto de calidad de vida objetiva en comparación con 1991, cuando sólo un pequeño sector de la ciudad estaba en esos rangos. En la Figura 5 se advierte la disminución de áreas, en el centro de la ciudad principal, con niveles bajos del ICV. Para los pueblos pequeños, el índice exhibe valores muy altos del ICV, excepto para Tamangueyú que continúa con guarismos muy bajos.

 

Figura 5. Ciudad de Lobería: ICV, año 2001

 

Por otra parte, zonas rurales que en 1991 presentaban niveles muy bajos en el ICV, en 2001 ostentan valores altos y muy altos. Sobre el particular se puede indicar que entre 1991-2001 hubo cambios en la composición de la producción agropecuaria y la propiedad de la tierra. Son rasgos característicos de este período la explotación a gran escala y la consecuente reducción de los pequeños establecimientos rurales, caracterizados por ser unidades de producción familiares (Chazarreta y Rosatti, 2016; Gras y Hernández, 2013; Wahren, 2016), concomitantemente con la disminución de la población rural dispersa (tasa de crecimiento en 1991-2001 de -52.4 %).

En términos porcentuales, para 2001 el 22,38 % de la población presentaba niveles bajo y muy bajo del ICV y el 77,62 % estaba en las categorías de ICV alto y muy alto. En los avances se advierte que hay mejoras en los indicadores tenencia en propiedad de la vivienda, vivienda adecuada, agua dentro de la vivienda y espacio suficiente. Son avances vinculados con las políticas públicas en torno a la construcción de viviendas sociales iniciadas durante la década de 1990.

Por otra parte, las cifras bajas de los indicadores empleo, obra social y educación superior pueden estar en relación con la situación de crisis económica que atravesaba el país, el creciente desempleo, la flexibilización y precarización laboral, junto con la disminución del presupuesto educativo durante la década de 1990.

 

Los persistentes problemas en un nuevo modelo (2010)

Luego del gobierno de la Alianza (Unión Cívica Radical-Frente País Solidario), que interrumpió su mandato nacional por la crisis generalizada que atravesaba el país, se inició una etapa de sucesivos gobiernos que pusieron en práctica políticas de corte redistribucionista, buscando favorecer el aumento y activación del mercado interno, a partir del control de los niveles de inflación, el estímulo a la industria nacional, como así también desde las negociaciones colectivas de los salarios de los trabajadores. Este proceso de reindustrialización no se limitó a los sectores basados en la explotación de ventajas comparativas naturales, sino que también crecieron algunas ramas metalmecánicas o intensivas en tecnología, como la fabricación de maquinaria y equipos e instrumental médico, junto a algunos sectores intensivos en trabajo, como en la producción textil y el crecimiento del sector automotriz (Alonso, 2013). Sin embargo, los niveles de pobreza y desempleo, entre otros, continuaron en valores críticos (Piovani y Salvia, 2018).

De acuerdo con los indicadores seleccionados, la calidad de vida en el partido de Lobería evidencia mejoras en el lapso 2001-2010. Las Figuras 6 y 7 demuestran que en 2010 predominan los niveles alto y muy alto en todo el territorio.

 

Figura 6. Partido de Lobería: ICV, año 2010

 

Para la ciudad de Lobería, se aprecia que continúa el incremento de los niveles de calidad de vida (Figura 7). De este modo, radios censales que en 2001 tenían nivel alto del ICV pasan al rango de calidad de vida muy alto en 2010. El núcleo histórico de la ciudad cabecera, pero también los sectores situados en la periferia y alrededores, presentan mejoras en los niveles del ICV frente a los periodos anteriores, en los cuales solo el área céntrica se encontraba en las mejores situaciones.

 

Figura 7. Ciudad de Lobería: ICV, año 2010

 

 

Para los pueblos pequeños, el índice expresa que en ellos eran comunes los niveles altos de calidad de vida. Sobresale Tamangueyú, que pasa de un índice muy bajo en los periodos anteriores a un ICV alto en 2010.

Las zonas rurales, al igual que en 2001, ostentan valores altos y muy altos del ICV. En este sentido, es importante recuperar la vinculación con la dinámica demográfica ya que se trata de áreas con sostenida disminución de la población, expresada en una tasa anual de crecimiento negativa (-11,5 ‰) en 2001-2010 (De Andreotti, 2025). En cuanto a la distribución de los indicadores al interior del índice, se nota que la tenencia de la vivienda en propiedad, el logro de elevados niveles educativos y el empleo eran los que mayor influencia ejercían en la configuración de situaciones adversas. En términos porcentuales, el 10,05 % de la población presentaba niveles bajo y muy bajo del ICV y el 89,95 % niveles alto y muy alto. Estos guarismos, que dan cuenta de una mejora de la calidad de vida, se ven en casi todos los pueblos del partido, la ciudad cabecera y las zonas rurales. En los cambios positivos del ICV hay continuidad de los avances en la tenencia en propiedad de la vivienda, la vivienda adecuada, el acceso al agua dentro de la vivienda y el espacio suficiente. Estos cambios, iniciados en las décadas precedentes, se vinculan con la continuidad de las políticas públicas para la construcción de viviendas sociales, pero también la política de refacción y mejoramiento de viviendas, así como de las líneas de otorgamiento de créditos para la construcción de vivienda.

Por otra parte, se refleja una mejora de los indicadores empleo y obra social, que en 2001 eran bajos, fundamentalmente en la categoría muy bajo del ICV. Al respecto Velázquez indica:

 

A pesar del declamado dinamismo y prosperidad que generaría el campo, el nivel de creación y la calidad de los empleos siguen siendo muy bajos. Si no fuera por la resistida intervención estatal, la remuneración y las condiciones de los trabajadores rurales permanecerían en niveles más bajos aún. También en otras actividades urbanas (tanto públicas como privadas) persiste alta proporción de clientelismo por sobre la idoneidad e igualdad de oportunidades (2016, p. 46).

 

Por último, el indicador educación superior refleja recuperación, significando un aumento del porcentaje de población de 25 años o más que logró completar el nivel superior.

 

Entre el neoliberalismo tardío y la pandemia (2022)

El 11 de marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que la humanidad estaba en situación de pandemia por el virus SARS-CoV-2. En Argentina coincidió con los primeros meses del gobierno de la coalición Frente de Todos (FdT) (2020-2023). En este escenario, el Poder Ejecutivo Nacional dictó, desde el 20 de marzo, el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO), que limitaba el transporte y la circulación de personas, permitiendo sólo el funcionamiento de actividades consideradas esenciales. Dicha medida -prevista para extenderse por 15 días- se fue prorrogando por sucesivos decretos presidenciales, con modificaciones que acompañaban el devenir de la pandemia. Este conjunto de disposiciones impactó en gran parte de la actividad económica, debido a que la apertura de las actividades económicas se fue dando de forma paulatina y limitada.

La compleja condición económica y social que significó la pandemia se sumó a las ya deterioradas condiciones de vida de amplios sectores sociales, agravadas aún más como resultado de la ejecución de políticas de corte neoliberal durante el gobierno de la alianza Cambiemos (2015-2019). Durante ese período se adoptaron políticas similares a las implementadas en décadas anteriores tales como emisión de deuda, apertura de la economía, suba de tarifas de servicios públicos y de tasas interés. Como consecuencia de estas decisiones, hubo transformaciones negativas en la sociedad debido a la crisis del sector industrial, retracción del mercado interno, aumento del desempleo, pérdida de poder adquisitivo de los salarios, devaluación e incremento de la inflación. Sobre el particular, Cantamutto y Schorr afirman:

 

(…) el gobierno del FdT recibió un país en recesión, con elevada inflación y un marcado deterioro de los indicadores sociales. Esto significa que existían múltiples demandas sociales pendientes de resolución, con sus respectivas urgencias. Sobre todo lo anterior, recaía una pesada deuda de compleja resolución y de pago imposible (2022, p. 70).

 

Respecto a la situación de la población del partido de Lobería, las Figuras 8 y 9 advierten que, durante este periodo, y a pesar de las fluctuaciones y crisis que imperaron en el país, la evaluación de la calidad de vida basada en los indicadores propuestos refleja que continúa la tendencia de incremento de la cantidad de habitantes que logran ubicarse en los niveles alto y muy alto. Este mejoramiento abarca a todo el partido: la ciudad cabecera, los pueblos y las áreas rurales.

En 2022, el comportamiento más relevante observado en el índice es que, por los valores mínimos que presenta, ha desaparecido el intervalo de calidad de vida muy bajo. La peor situación quedaría comprendida en el intervalo de 0,46 puntos, lo que da cuenta de un incremento de los niveles de calidad de vida de la población, a la par de una tendencia a la concentración de la población en las categorías de calidad de vida alto y muy alto (85,96 %). La falta de la categoría de ICV muy bajo, puede interpretarse como un aumento “del piso” de calidad de vida en esta población. 

 

Figura 8. Partido de Lobería: ICV, año 2022

 

Figura 9. Ciudad de Lobería: ICV, año 2022

 

 

Otro hecho para destacar es que el ICV registra avances, como el mencionado, pero al mismo tiempo se reducen las brechas en la mayor parte de los indicadores. Los únicos que no muestran adelantos son población con obra social y población en viviendas con espacio suficiente. Además, en ambos se puede reconocer una menor disminución de las distancias entre los que estaban en peor y en mejor condición.

En cuanto a los progresos, es notoria la mejoría en la dimensión vivienda, especialmente en el indicador vivienda adecuada. Para este año censal, el indicador presenta valores cercanos a 1, en las tres categorías del ICV, es decir, se aproxima a la mejor situación relativa. Estas mejoras se pueden vincular con la continuidad de las políticas públicas en torno a la construcción de viviendas sociales, refacción y mejoramiento, así como de las líneas de otorgamiento de créditos para la construcción de vivienda.

También es notable la mejoría en el indicador educación superior, en comparación con los anteriores años. Por otra parte, un rasgo destacable es que los valores son semejantes en las tres categorías del ICV. Estos cambios pueden tener relación con la consolidación de la Institución que brinda formación superior en el distrito, logrando el alcance y accesibilidad de mayor cantidad de residentes, e incluso vecinos de municipios cercanos. También se relaciona con el incremento del presupuesto en educación, lo cual se vio reflejado en nuevas ofertas educativas, ya sea de modalidad virtual/a distancia o presencial, así como en el incentivo a la finalización de estudios en todos los niveles educativos, por medio de becas como las Progresar y Manuel Belgrano.

 

Cambios, logros y deudas

Como se indicó en los apartados precedentes, desde 1991, el valor promedio del ICV fue en aumento. Es decir, ha mejorado la calidad de vida objetiva del partido de Lobería con el transcurrir del tiempo, acercándose a una mejor situación relativa, con cierto estancamiento general entre 2010 y 2022.

Para el año 1991, si bien el ICV tenía un valor promedio de 0,55 puntos, se observa que solo el 25 % de la población tenía calidad de vida muy alta y un 19 % muy bajo. La distribución de la población en los extremos de los niveles de calidad de vida era cercana. Es decir, ambos tenían un peso relativo significativo, aunque la suma de sendas categorías (44 %) no es superior a la población ubicada en los restantes intervalos.

Los cálculos del ICV en 2001 expresan que el valor promedio mejoró levemente y que se incrementó el porcentaje de población con calidad de vida muy alta, pasando del 25 % al 60 %. De este modo, los valores relativos de población en las categorías extremas persisten, pero con una reducción en las cifras correspondientes al ICV muy bajo, categoría que disminuye su participación al 14 % de la población. Asimismo, puede afirmarse que hay una polarización social significativa, debido a que la mayor parte de la población se ubica en estos extremos (74 %), con evidente incremento poblacional hacia la categoría muy alta del ICV.

En 2010, se mantuvo una mínima mejora del valor promedio del ICV. Sin embargo, se puede identificar que la polarización social se atenúa y pasa a tener extremos menos significativos. Así, el porcentaje de población con ICV bajo disminuye a 0,5 % y el 76 % de la población presenta un ICV alto.

Finalmente, en 2022 hay un estancamiento en el valor promedio del ICV (0,62 puntos), sin embargo, debido al comportamiento del índice, se suprime el rango muy bajo, pasando a estar constituido el grupo de peor desempeño por el 14 % de la población con calidad de vida bajo y el 32 % con ICV muy alto. 

Cabe aclarar que la situación del 2022, si bien registra una variación escasa en el valor promedio en comparación con el ICV del año 2010, no es totalmente representativa de lo ocurrido. Se destacan dos aspectos: a) la desaparición de la categoría muy bajo; y b) la reducción de las brechas en todos los indicadores (Figura 10). Sobre este último aspecto sólo los de obra social y espacio suficiente muestran menor reducción de las distancias entre los que estaban en peor y mejor situación.

 

Figura 10. Partido de Lobería: brechas absolutas por indicador, 1991-2022

Fuente: Elaboración de la autora

 

Este análisis temporal permite vislumbrar que la población del partido de Lobería ha ido concentrándose en los intervalos de mejor calidad de vida, fundamentalmente en los períodos abarcados por el censo de 2010 y 2022 (Cuadro 4). Este hallazgo coincide con los resultados de Sagua et al. (2009), quienes afirman que el partido de Lobería y los distritos aledaños presentan un nivel bajo de precariedad en sus condiciones de vida respecto a la media regional.

 

Cuadro 4. Partido de Lobería: evolución de los valores de porcentaje de población de las categorías extremas del ICV (1991-2022)

 

Categoría ICV

1991

2001

2010

2022

Muy bajo

19,0 %

14,0 %

0,5 %

 

Bajo

 

 

 

14,0 %

Muy alto

25,0 %

60,0 %

76,0 %

32,0 %

 

Fuente. Elaboración de la autora

 

Los valores promedios del ICV han fluctuado entre los valores extremos de 0,28 puntos y 0,68 puntos. Es decir, en los cuatro periodos censales bajo estudio, la peor situación relativa del índice es de 0,28 puntos y la mejor situación relativa 0,68 puntos. En el análisis se nota que los valores extremos, como el de los intervalos intermedios, se mantuvieron más bien estables.

De acuerdo con Velázquez (2008, 2016), el sudeste pampeano es de las regiones de Argentina que mejores condiciones de vida presenta. Respecto a los territorios rurales de la Provincia de Buenos Aires, sin embargo, el análisis puntual de la población rural muestra que el bienestar, hacia 2010, era mayoritariamente desfavorable (Mikkelsen et al., 2018). En este punto, es importante destacar la diferencia con la región: los resultados de esta investigación muestran que la población rural del partido de Lobería sigue la tendencia de los otros pueblos pequeños y va adquiriendo niveles que reflejan mejoras en cada año censal.

 

Conclusiones

Como el enfoque de calidad de vida mide los logros y expectativas de vida de una sociedad, se puede decir que, en el partido de Lobería, en el periodo bajo estudio y con los indicadores elegidos, se incrementó el porcentaje de población que logró mejorar su situación.

En 1991 el porcentaje de población que se ubicaba en los niveles alto y muy alto era del 53,2 %, con una distribución porcentual cercana entre ambas categorías. En 2001 el porcentaje de población que se ubicaba en los niveles alto y muy alto pasa a ser del 77,62 %, hallándose un incremento de población muy importante en la categoría muy alto (60 %). En 2010 se pasa del 77,62 % al 89,95 % de la población con niveles alto y muy alto, continuando el incremento poblacional en la categoría muy alto (76,55 %). Para esta fecha ya se puede comenzar a apreciar la desaparición de la categoría muy bajo, debido a que menos del 1 % de la población (0,49 %) se ubicaba en esta categoría. Finalmente, en 2022 el porcentaje de población que se concentra en las mejores categorías de calidad de vida disminuye, pasando a ser el 85,96 %. Desaparece el intervalo muy bajo y a diferencia de los periodos anteriores la mayor parte de la población (53,75 %) se concentra en el intervalo alto.

De esta manera, la población del partido de Lobería ha ido concentrándose en los intervalos de mejor calidad de vida, fundamentalmente en los períodos abarcados por el censo de 2010 y 2022 (De Andreotti, 2025).

Los resultados obtenidos permitieron identificar cómo vive la población del partido de Lobería. En términos demográficos, en el periodo analizado se evidenció un estancamiento general, retracción de la población en algunas de sus aglomeraciones y un marcado envejecimiento poblacional. Este análisis resulta fundamental para comprender cuáles son las áreas del partido con mayor bienestar, cuáles las más desfavorecidas y cuáles son los niveles de desigualdad en el partido.

Quedará para futuras investigaciones continuar con la reflexión sobre la metodología empleada en la construcción del ICV, como de otras dimensiones e indicadores que se deben considerar para dar cuenta de los cambios sociales y los nuevos contextos.

 

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