Reseña de ALABRÚS IGLESIAS, R. M., (Ed.) (2024). Mujeres y ejemplaridad en la historia, Madrid: Cátedra, 222 pp., ISBN 978-84-376-4763-0.

Víctor Burgos Portabella^*

Universidad de Barcelona, España

victorburgosub@gmail.com

Recibido:        15/10/2024

Aceptado:       20/11/2024

Palabras clave: ejemplo; mujeres; imitar; rechazar; misoginia; biografías; valores y contravalores.

Keywords: example; women; imitate; reject; misogyny; biographies; values and countervalues.

El concepto de ejemplaridad pública lo institucionalizó Javier Gomá a partir de la tetralogía que fue Premio Nacional de Ensayo en 2004. El valor del ejemplo como referente a imitar, como paradigma de lo ideal frente al prosaísmo y la mediocridad de la vida ordinaria. Ningún género como la biografía puede reflejar mejor las características que permiten dotar de capacidad referencial unas determinadas conductas. Especial interés suscita este concepto en el mundo femenino. De ser las mujeres meros sujetos pacientes del discurso intelectual y vital generado por los hombres, hoy la historia de la positividad femenina requiere una singular atención porque ésta ya no está tan marcada por los arquetipos tradicionales sobre las personas, sino que son sus propios valores autónomos los que configuran su presunta personalidad modélica. Efectivamente, en la actualidad se estudia el género femenino al margen de los tópicos misóginos que durante tantos siglos los varones atribuyeron a las mujeres.

El libro que aquí reseñamos ha sido coordinado y dirigido por Rosa María Alabrús Iglesias, quien, a través de una abundante producción bibliográfica, ha demostrado un gran conocimiento de la historia de las mujeres, con libros tan significativos como Razones y emociones femeninas. Hipólita de Rocabertí y las monjas catalanas del Barroco (Cátedra, 2019); Juliana Morell: de niña prodigio a maestra de las emociones (Arpegio, 2020); y Las mujeres en el discurso eclesiástico. España, Francia, Portugal e Italia (siglos XVI-XVIII) (Sílex, 2021).

En la obra participan un conjunto de historiadoras e historiadores, cada uno de ellos asumiendo el reto de explorar los signos de positividad que destilan determinadas mujeres, así como su contrario, los valores negativos, aquellos perfiles que las convierten en contraejemplares respecto a lo que deberían ser. Ante nuestros ojos desfilan múltiples casos individuales de apasionantes trayectorias biográficas. Entre las consideradas como ejemplares, brillan con luz propia las religiosas con vidas destinadas a la legitimación final de la santidad tras su muerte. Ahí están personajes tan fascinantes como Teresa de Jesús y sor Juana de la Cruz (estudiadas por Cristina Ríos), Rosa de Lima y Antonia de San José (analizadas por Alicia Fraschina), todas ellas canonizadas, y la catalana Práxedes de Rocabertí (examinada por Rosa María Alabrús), que nunca llegó al reconocimiento de la santidad y a la que le tocó vivir los difíciles años de la secesión catalana entre España y Francia en 1641-1652.

Pero la eminencia femenina no es privativa de los conventos. Un personaje como María Teresa de Austria, desde su condición de esposa y madre, de un gran perfil político, presenta una serie de virtudes que la acercan a los modelos de referencialidad, tal como pone de relieve el estudio de Antonio Fernández Luzón. Fuentes documentales como los necrologios, tal y como refleja en su capítulo Emilio Callado, constituyen auténticas canteras desde donde pueden extraerse infinidad de casos de extraordinarios valores femeninos.

Los ejemplos más significativos de contraejemplaridad son los de Madame Denis, la sobrina de Voltaire, con la que este tuvo singulares relaciones (personaje estudiado por Antonio Gil Ambrona), y la criada malvada Agnès Bou (analizada por Mariela Fargas). Este último capítulo tiene, además, el interés añadido de salirse del mundo de las biografías de las élites para adentrarse en sectores sociales más humildes.

Al lado de las biografías individuales se incluyen reflexiones más globales sobre mujeres ejemplares a través de los procesos inquisitoriales. ¿Qué criterio siguió la Inquisición a lo largo del tiempo para juzgar cuestiones tan complejas como la mística contemplativa o las relaciones personales intraconventuales? ¿Qué se consideró ejemplar y qué suscitó rechazo? El estudio de Ricardo García Cárcel y José Luis Betrán pone en evidencia la oscuridad de las fronteras entre ejemplaridad y contraejemplaridad. Y es que la complejidad de uno y otro concepto va acompañada de una evolución en el tiempo. Sus cánones van oscilando y las categorías morales van certificando su relatividad. El recorrido que desarrolla en su capítulo Marina Caffiero demuestra la transformación de los modelos de santidad del siglo XVI al siglo XIX. Unas veces priman más los criterios locales y autóctonos, otras, los institucionales. Las evaluaciones morales son fruto de los condicionamientos de cada momento histórico. Lo objetivo se mixtifica muchas veces con lo subjetivo.

En cualquier caso, estamos ante un libro que abre un territorio histórico apasionante: el de los valores de los modelos a tener en cuenta a través de las biografías de una serie de personajes femeninos, más conocidos unos, desconocidos otros, pero todos aspirantes inconscientes a pasar a la historia como referentes a imitar o como contrarreferentes a rechazar.