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Magallánica : revista de historia moderna - Año de inicio: 2014 - Periodicidad: 2 por año
https://fh.mdp.edu.ar/revistas/index.php/magallanica - ISSN 2422-779X (en línea)

Éxitos y fracasos de una nobleza efímera "Nicolao Grimaldo, el gran banquero de Felipe II". Reseña de SANZ AYÁN, C., (2022). Éxitos y fracasos de una nobleza efímera: Nicolao Grimaldo, el gran banquero de Felipe II, Valladolid: Universidad de Valladolid (colección “Síntesis” XX, Cátedra “Felipe II”), 170 pp., ISBN 9788413202204.

 

 

 

Benoît Maréchaux*

Universidad Complutense de Madrid, España

bmarecha@ucm.es

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Recibido:        04/01/2024

Aceptado:       15/01/2024

 

 

Palabras clave: Historia Moderna; Génova; banqueros.

 

Keywords: Early Modern History, Genoa; merchant bankers.

 

 

 

 

 

En su nueva monografía publicada en la reconocida colección “Cátedra Felipe II” de la Universidad de Valladolid, la profesora Carmen Sanz Ayán narra los fulgurantes ascenso y descenso sociales de uno de los más importantes financieros genoveses del Rey Prudente. Hasta la fecha, Nicolao Grimaldi era conocido por muchos historiadores por su sobrenombre, il Monarca, que algunos de sus contemporáneos le dieron en referencia tanto al cúmulo de honores y títulos que había recibido como, probablemente, a la forma con la cual ostentaba los signos de distinción social así obtenidos. Si bien, como recuerda la autora, no se sabe si dicho mote hundía sus raíces en la admiración o el sarcasmo, lo cierto es que, más allá de alguna entrada de enciclopedia y de cierta información dispersa en la literatura, hasta la fecha se había escrito tan poco sobre este hombre de negocios que su trayectoria seguía siendo muy mal conocida, tanto en su vertiente financiera como sociocultural. Es precisamente este doble componente el que Sanz Ayán investiga y conecta al reconstruir a la vez los servicios bancarios prestados al rey Felipe II, fundamentalmente a raíz de la suspensión de pagos de 1557, y la manera con la cual este miembro de la antigua nobleza genovesa -junto con su entorno más cercano- afirmó su estatus y lo hizo visible, al menos hasta que tuvo que hacer frente a graves dificultades financieras que le obligaron a renunciar a gran parte del patrimonio y capital simbólico que había acumulado en un período muy breve de tiempo.

Al analizar la trayectoria vital de un banquero genovés que buscó en el servicio al rey una vía de ascenso social, la profesora Sanz Ayán participa de una línea de investigación que ha dado importantes resultados a lo largo de los últimos años. Después de un período durante el cual la historiografía española procuró analizar las actividades de los asentistas genoveses en su conjunto, varios trabajos han escogido más recientemente una escala de estudio de índole más microhistórica para así profundizar en las trayectorias, operaciones y prácticas socioculturales de individuos que, junto con sus redes familiares y profesionales, estuvieron lejos de responder a un único modelo de comportamiento. Sin que sea propio de los estudios genoveses –véase, por ejemplo, el Atila de Madrid de Francisco Andújar Castillo (2021)– este planteamiento ha llevado a la producción de monografías que, sin ser biografías al uso y siendo muy diferentes las unas de las otras, han permitido alcanzar un conocimiento mucho más pormenorizado de agentes cuyas actividades fueron de gran transcendencia para los intereses de la Monarquía Hispánica. A diferencia de trabajos más generales, estos estudios están logrando que se entienda mejor el funcionamiento de la máquina imperial desde la perspectiva de las familias que la operaban, algo de gran relevancia para nuestra comprensión del imperio español. Bien sea desde un planteamiento de Historia económica, sociocultural o global, buenos ejemplos de ello son los excelentes trabajos de Yasmina Ben Yessef Garfia (2022) sobre Battista Serra y su familia, de Alejandro García Montón (2022) sobre Domingo Grillo y los asientos de esclavos, de Carlos Álvarez Nogal (2022) sobre el Factor General Bartolomé Spínola, o de la propia Sanz Ayán (2015) sobre Octavio Centurión. También participó en este esfuerzo la novedosa obra colectiva sobre Ambrogio Spinola coordinada por Silvia Mostaccio, Bernardo García García y Luca Lo Basso (2022).

En relación con estos trabajos, la originalidad del libro sobre Grimaldi es doble: por un lado, tal y como Isabella Iannuzzi señala en el prólogo de la obra, abre una ventana sobre diferentes mundos que -nos permitimos añadir- se estudian muy a menudo de manera separada. En las 170 páginas que componen la monografía, la investigadora Sanz Ayán narra tanto las operaciones de préstamo o la compraventa de juros y de jurisdicciones eclesiásticas en el contexto anterior o posterior a la suspensión de pagos de 1575, como las relaciones mantenidas con élites de poder castellanas y las estrategias de autorrepresentación, que pasaron por la edificación de suntuosos palacios, el patronazgo eclesiástico o la compra de feudos y ciudades. De forma tal vez más novedosa, la investigación se distingue por convertir el fracaso en un objeto de estudio, lo cual es todo menos anecdótico si se considera que la gran mayoría de las monografías sobre élites nobiliarias se centran en carreras exitosas que no siempre resultan ser muy representativas. Si bien el libro no busca analizar un caso intermedio o representativo como tal –Nicolao Grimaldi ofrece todo menos el ejemplo de un banquero ordinario, si es que este concepto tiene alguna validez–, sí que permite detenerse en un fenómeno, el descenso social, sin el análisis del cual existe el riesgo de normalizar el éxito de las élites financieras del rey y minimizar los elevados riesgos que muchas de ellas corrían al invertir en la deuda a corto plazo emitida por la Real Hacienda.

En su conjunto, el trabajo narra así elementos clave de la vida trepidante de un individuo que, siendo a la vez miembro de la nobleza vieja genovesa, asentista de dinero en Castilla y señor feudal de nueva extracción en el reino de Nápoles, llegó en apenas una generación a alcanzar un reconocimiento social que tuvo como único equivalente la magnitud de su caída posterior. El mayor interés de la obra radica en la narración y explicación de esta trayectoria insertándola continuamente en el contexto de la Monarquía Hispánica de Felipe II y haciendo uso de un conocimiento muy agudo de las prácticas socioculturales de las élites en la sociedad del Antiguo Régimen. Una sociedad del Antiguo Régimen que, bajo la influencia de la circulación monetaria y analizada desde la perspectiva de sus élites, aparece como todo menos inmóvil a la luz del trabajo aquí reseñado. Para realizar esta tarea, la investigadora moviliza un amplio abanico de fuentes. A las procedentes del Archivo General de Simancas –mayoritarias y fundamentales para los asuntos financieros–, la autora ha sumado documentación del Archivo Histórico de Protocolos de Madrid, del Archivo de la Casa Ducal de Albuquerque, del Archivo Simón Ruiz y del Archivo General de Indias, entre otros, localizando de esta manera fuentes de gran utilidad para realizar el retrato de un individuo que no se limitase a su oficio de financiero.

Como difícilmente podía ser de otra manera, es a partir de los asientos de dinero y la relación de Grimaldi con la Real Hacienda que la monografía inicia su relato, cuya primera parte tiene un triple interés. En primer lugar, al analizar las circunstancias del ascenso de Grimaldi, Sanz Ayán pone el énfasis en los factores y tesoreros generales cuya función fue tradicionalmente analizada al margen de los asientos o como una manera de buscar una alternativa a los asentistas. El motivo de tal elección radica en el hecho de que, según argumenta la autora, el hijo de Agostino Grimaldi debió gran parte de su éxito como banquero a la relación que supo tejer con algunos de ellos. Después de haber suministrado dinero en Toscana en el tramo final de las Guerras Italianas, Grimaldi se consolidó como importante asentista de dinero a raíz de la suspensión de pagos de 1557. Lo hizo primero “de la mano” (p. 44) de Hernán López del Campo, uno de los factores generales del rey en Castilla, antes de encontrar en el Tesorero General Melchor de Herrera a otro intermediario de mucho peso para conseguir contratos con la Real Hacienda mediante el nexo directo que este tenía con el secretario Francisco de Eraso. Al examinar el papel de “conseguidor” (p. 55) del segundo, Sanz Ayán contribuye a explicar mejor algo todavía mal conocido, concretamente la manera mediante la cual, en tiempos de los Habsburgo, se atribuían los asientos de dinero a un financiero u otro. El argumento que presenta y documenta –el papel determinante de las relaciones privilegiadas, y tal vez personales, tejidas entre algunos responsables de la Hacienda Real y determinados banqueros– resulta tan interesante como muy sugerente para investigaciones futuras acerca de otros reinados, administradores y asentistas. 

En segundo lugar, la investigación se adentra en el complejo engranaje financiero del que participaba Grimaldi y revela algunas de las condiciones que este último negociaba con la Real Hacienda para que los servicios prestados le resultasen lo más beneficioso posible. Particularmente relevante es su interés por obtener juros para así comercializarlos y lucrarse sobre la diferencia entre su valor nominal y su valor de mercado. Al proceder de este modo, el banquero genovés, como muchos de sus contemporáneos, prestaba dinero a corto plazo obteniendo ingresos de la compraventa de títulos de deuda a largo plazo. De forma más general, la obra también analiza la venta de jurisdicciones, la realización de descuentos o el transporte de plata en el Mediterráneo, todas operaciones que formaban parte del día a día de un banquero en tiempos de Felipe II.

En tercer lugar, el relato confiere gran relevancia a la suspensión de pagos de 1575, que se analiza con el fin de examinar la manera en la que afectó a uno de los banqueros genoveses más poderosos del momento. Aunque se ha afirmado que Grimaldi había intuido y anticipado el futuro decreto de suspensión de pagos, lo cierto es que no había dejado de firmar asientos en los meses anteriores, e incluso había llegado a comprometerse por un millón de ducados en uno de ellos. Siendo el principal acreedor del rey en la fecha del decreto, este le golpeó de lleno. Con todo, y tal y como lo explica la autora, Grimaldi no solo sufrió la decisión del rey porque no pudo hacer frente a sus obligaciones financieras a lo largo de los años siguientes, sino porque, a raíz de la suspensión de pagos, el soberano abrió investigaciones que afectaron a varios ministros con los que Grimaldi había colaborado de forma muy estrecha hasta entonces.

Lejos de limitarse a un análisis de la trayectoria vital de Grimaldi como financiero, la monografía reconstruye también cómo, al mismo tiempo que multiplicaba los servicios bancarios en la corte de Madrid, il Monarca se esforzó en construir una imagen principesca en la república de Génova, en Castilla y en el reino de Nápoles, tres espacios de poder que en tiempos de Felipe II no eran precisamente periféricos para la proyección social de las élites imperiales. Fiel a una metodología que le permitió alcanzar notables resultados acerca de otros clanes financieros, Carmen Sanz Ayán analiza con este propósito fuentes históricas y obras de la literatura secundaria muy variadas que, por muy alejadas que parezcan del mundo financiero, resultan de gran utilidad para reconstruir la proyección social de un individuo tan poliédrico como Grimaldi. La autora demuestra de este modo que, desde Castilla, aquel miembro de la más antigua nobleza genovesa no solo hizo visible su nueva preeminencia social al construir el palacio más fastuoso de Strada Nuova, en Génova, hoy en día sede del ayuntamiento, sino que, con el fin de construir su identidad nobiliaria fuera de Liguria, también adquirió a partir de la década de 1560 importantes feudos, así como la ciudad de Salerno en el reino de Nápoles, convirtiéndose en duque de Éboli y príncipe de Salerno, además de una larga serie de otros títulos nobiliarios. Si en Castilla Grimaldi solo fue un “señor de vasallos” efímero, pues obtenía jurisdicciones del rey con el fin de convertirlas en liquidez, en cambio su hija Cassandra se empleó en la década de 1580 para hacer perdurar la visibilidad del linaje en Madrid mediante el patronazgo sobre la iglesia del convento de la Victoria que llevó a la edificación de una fastuosa capilla en honor al linaje. Al operar a esta doble escala local y transnacional gracias a su capacidad de tejer relaciones sociales y económicas entre Génova, Madrid y Nápoles, Grimaldi se comportó de un modo parecido a muchos de sus homólogos ligures, aunque el alcance de su éxito y de su reconocimiento social le situó en la cúspide de un sistema de relaciones de poder a la que muy pocos eminenti originarios de Génova llegaron. 

Con todo, el interés de la autora por Grimaldi no está solo motivado por los éxitos acumulados por este último, sino también y sobre todo por el hecho de que, apenas unos años después, el banquero genovés se enfrentó al descenso social como resultado de graves dificultades financieras derivadas de la suspensión de pagos de 1575. Sanz Ayán muestra que la caída no fue inmediata, sino que se fraguó a lo largo de los años posteriores a la crisis y se plasmó en diferentes niveles. Antes que nada, Grimaldi experimentó ciertos problemas para llevar a cabo los suministros de dinero a los que se había comprometido en el contexto del Medio General; si bien hubiera resultado de interés analizar esta cuestión desde la perspectiva de las operaciones financieras de Grimaldi y de su relación con los mercados de crédito, algo muy difícil de hacer en ausencia de archivos privados, lo que resulta claro es que al banquero le perjudicaron las dificultades que tuvo a la hora de hacer efectivas las consignaciones prometidas por la Real Hacienda.

En este apartado también, la mayor aportación del libro consiste en relacionar las finanzas con cuestiones de índole social y político: al examinar el nuevo entorno administrativo en el que Grimaldi se movía entonces, la autora observa que, después de la investigación de varios ministros y administradores, este era ya mucho menos favorable a un banquero que estaría de hecho un tiempo encarcelado por no haber respetado la legislación sobre las ferias de cambio de Medina del Campo. Ante la pérdida de su reputación, posiblemente tanto en los mercados financieros como en la corte de Madrid, el banquero tuvo graves dificultades para hacer frente a obligaciones financieras diversas, cuyo necesario cumplimiento le obligó a vender, ya entrada la década de 1580, varias de sus tierras y señoríos y hasta el suntuoso palacio de Strada Nuova, que terminaría en las manos de un rival tan poderoso como Juan Andrea Doria. De hecho, Grimaldi apenas tuvo tiempo de disfrutar del palacio, visto el ritmo frenético de una vida que acabaría en 1595, lo cual no impidió que la memoria de su linaje perdurase y que su descendencia persistiera en el servicio a la Monarquía Hispánica. Como se señala en el epílogo, la hija de Nicolao, Polissena, fue la madre de otros dos nobles genoveses bien conocidos por sus actividades en Flandes: concretamente, Ambrogio y Federico Spinola. No es un mérito menor haber dado a conocer una trayectoria tan poliédrica, ni haber explicitado la carrera de un hombre de negocios a la luz de su entorno social y político, en lo que constituye un fascinante y ejemplar relato de historia sociocultural de la banca genovesa en tiempos de Felipe II.

 

 

Bibliografía

ÁLVAREZ NOGAL, C., (2022). El banquero real. Bartolomé Spínola y Felipe IV, Madrid: Turner.

ANDÚJAR CASTILLO, F., (2021). El Atila de Madrid: La forja de un banquero en la crisis de la monarquía (1685-1715), Madrid: Marcial Pons Historia.

BEN YESSEF GARFIA, Y. R., (2022). Los Serra entre la República de Génova y la Monarquía Hispánica. Servicio, redes y espacios de identidad (1576 ca.-1650 ca.), Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

GARCÍA MONTÓN, A., (2022). Genoese Entrepreneurship and the Asiento Slave Trade, 1650–1700, Nueva York: Routledge.

MOSTACCIO, S., GARCÍA GARCÍA, B. J., y LO BASSO, L., (Eds.) (2022). Ambrogio Spinola between Genoa, Flanders, and Spain, Lovaina: Leuven University Press.

SANZ AYÁN, C., (2015). Un banquero en el Siglo de Oro. Octavio Centurión, el financiero de los Austrias, Madrid: La esfera de los libros.

 



* ID ORCID: 0000-0002-2722-1618

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