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Cuadernos Medievales - Año de inicio: 2015 - Periodicidad: 2 por año
http://fh.mdp.edu.ar/revistas/index.php/cm - ISSN 2451-6821 (en línea)

EL TRABAJO FEMENINO EN LA INDUSTRIA CERÁMICA BAJOMEDIEVAL. CONSTANÇA, MUJER DEL MAESTRO NICOLAU REINER Y OTRAS TRABAJADORAS DEL SECTOR EN LA CIUDAD DE BARCELONA (1514-1519)

FEMALE LABOUR IN LATE MEDIEVAL CERAMIC INDUSTRIES. CONSTANÇA, WIFE OF THE MASTER NICOLAU REINER, AND OTHER WOMEN LABOURERS OF THE TRADE IN THE CITY OF BARCELONA (1514-1519)

Luis Almenar Fernández[1]

Universidad Complutense de Madrid

almenar@ucm.es

Fecha de recepción: 14/07/2023

Fecha de aprobación: 07/08/2023

Resumen

En este artículo se aborda el trabajo femenino en la industria cerámica bajomedieval a través del estudio de varias empresas del sector en la Barcelona de principios del siglo xvi. Su actividad puede conocerse de manera detallada gracias a una fuente extraordinaria, un libro de deudas del maestro ceramista Nicolau Reiner, manuscrito conocido historiográficamente como Llibre de les fornades. El registro muestra la activa implicación de su mujer, Constança, en la gestión del negocio, así como la presencia de un amplio abanico de mujeres (esposas, madres, suegras, mozas, etc.) vinculadas con esta y otras empresas cerámicas del momento.

Palabras clave

Cerámica - Trabajo femenino – Crédito – Mujeres - Empresa

Abstract

This essay addresses female labour in the Late Medieval ceramic industry through the case of various businesses of this trade in the city of Barcelona during the early sixteenth century. Their activity can be known in detail relying on an exceptional source, the debt registry of a ceramicist master, Nicolau Reiner. In historiography, this book is known as Llibre de les fornades. This document reveals the active involvement of his wife, Constança, in the business management, as well as the presence of a wide range of women (wives, mothers, mothers-in-law, maids, etc.) linked to this and other ceramic businesses active at the moment.

Keywords

Ceramics - Female labour – Credit – Women - Business

Introducción

En el año 2021, se organizó desde Manises, localidad valenciana cuya cerámica fue afamada por toda la Europa medieval, y que ha mantenido hasta el presente su vinculación con este sector, la exposición Les dones a la indústria ceràmica de Manises. Entre otras cosas, en ella se mostraron fotografías de principios del siglo xx de mujeres de todas las edades participando de la industria, muy especialmente en las labores de pintado. Un eslogan del momento, fechable en 1920, definía la artesanía como “Arte femenino. Pocas actividades más apropiadas para la mujer que esta de la cerámica, que con tan excelentes artistas cuenta entre las valencianas”[2]. Y es que, aunque no sea demasiado conocido, la presencia de mujeres en la industria cerámica ha sido frecuente históricamente. La historiografía, con todo, no ha prestado mucha atención a la relevancia de estas trabajadoras, con la excepción de algunos estudios dedicados a los primeros siglos de la era capitalista.[3]

Cuando abordamos la época medieval, la ausencia de referencias a mujeres en este ámbito artesanal parece casi absoluta en los trabajos que consideran las fuentes escritas. Un breve recorrido por la historiografía de la cerámica bajomedieval de los territorios de la Corona de Aragón, basada total o parcialmente en documentación textual, hace muy evidente esta realidad. La riqueza de las fuentes conservadas en los archivos catalanes, valencianos, aragoneses y baleares, que abarcan desde las normativas a las notariales, fiscales y judiciales, ha hecho posible desde hace mucho tiempo tratar todo tipo de cuestiones que han permitido conocer en profundidad esta industria. Y así, desde inicios del siglo xx los trabajos sobre el tema se interesaron por aspectos fundamentalmente artísticos, decorativos y terminológicos, sobre los que se profundizó ya en la década de 1980-1990.[4] Desde los años 2000 y, sobre todo, desde los 2010 y 2020, el interés por la investigación de archivo para abordar este sector artesanal ha ido creciendo en conexión con nuevos intereses, como la organización del trabajo y de los negocios cerámicos, los conflictos entre ceramistas, la comercialización y consumo de las piezas o la proyección política de los artesanos en sus municipios o comunidades.[5] Se ha ido consolidando así una mirada más amplia, sobre todo social y económica, no tan interesada en la propia cerámica como en los artesanos que la fabricaban y vivían de ello. Esta palabra, “artesanos”, en efecto, ha de dejarse escrita en masculino, dado que las referencias a mujeres ceramistas en estos trabajos son casi nulas, a pesar de basarse en fuentes muy variadas. No las encontramos en los contratos de compraventa entre ceramistas y mercaderes, ni en los procesos judiciales estudiados, y apenas alguna mención consta de ellas en fuentes normativas.[6]

¿Significa esto que no había mujeres en los talleres cerámicos de la Edad Media? Desde luego que las había, solo que la mayor parte de las fuentes de las que disponemos para conocer la industria de la época no pretendían reflejarlas en su contexto laboral. Esta ausencia es más un producto de la conocida invisibilización del trabajo femenino en las fuentes medievales que una realidad histórica. El propósito de este trabajo es mostrar que, en realidad, fueron muchas las mujeres involucradas en los talleres cerámicos bajomedievales y, además, en todo tipo de actividades, algunas de ellas relacionadas directamente con la gestión y financiación de la empresa familiar. Para ello estudiamos un conjunto de negocios cerámicos establecidos en Barcelona al menos en los siglos xv y xvi, a través del análisis cuantitativo y cualitativo de los 1.069 asientos contables de un registro inédito y excepcional. Se trata de un cuaderno de deudas de un ceramista de Barcelona, el escudeller (“fabricante de platos”) Nicolau Reiner, redactado entre 1514 y 1519. Este registro, llamado Llibre de les fornades, es conocido historiográficamente por ser el manuscrito europeo más antiguo que ofrece una receta de reflejo metálico.[7] Fue Joan Ainaud de Lasarte quien dio a conocer la fuente hace ochenta años y abordó el registro parcialmente y desde una óptica fundamentalmente artística, interesada en las tipologías y decoraciones cerámicas.[8] Ainaud de Lasarte interpretó que la fuente recoge sumas adelantadas por Reiner por encargos de hornadas de cerámica a varios ceramistas.[9] La revisión exhaustiva y completa del registro revela que, en realidad, el Llibre de les fornades es un libro de deudas. En él se registraron préstamos sin interés y sin plazo fijo de devolución concedidos por Nicolau Reiner o por su mujer, Constança, a otros ceramistas, así como compras de cerámica con pago aplazado (a crédito) a estos últimos. La pareja proporcionaba préstamos de diversa envergadura, casi siempre orientados a financiar el ejercicio de la actividad profesional de otros ceramistas. Estos acumulaban la deuda a lo largo de meses o incluso años, en vistas de la compra de una gran hornada que Reiner acabaría encargándoles tarde o temprano.[10]

Cada ejercicio contable del registro corresponde a un ceramista, siguiendo el sistema de deu e deg (“debe y debo”): cuando se abre el cuaderno, el vuelto del folio izquierdo corresponde a lo debido a Reiner, mientras que el recto del folio derecho corresponde a sus propias deudas.[11] Los ejercicios se saldaban con la entrega a Reiner de hornadas de piezas cerámicas, cuyo valor era estimado y restado al valor de los créditos prestados al ceramista deudor hasta el momento. La diferencia entre una cosa y la otra (resta deu) podía abonarse a quien correspondiera y saldar la cuenta definitivamente o, por el contrario, seguir acumulando deudas a posteriori en vistas de futuras hornadas.[12] Los ejercicios de varios individuos se iniciaron traspasando la deuda acumulada de años anteriores a 1514, cuando comienza el registro, la cual estaba anotada en llibres de fornades previos no conservados. Por tanto, no se trata de un libro de ingresos y gastos del negocio de Reiner, sino de deudas entre ceramistas. El registro permite así aproximarnos al conjunto de empresas cerámicas de su entorno, concretamente, a un total de veintiséis artesanos del sector (escudellers, ollers, gerrers)[13] con cuentas abiertas en el registro y que fueron deudores de Reiner (Tabla 1). La fuente arroja información sobre el trabajo en los talleres y sus producciones cerámicas, las colaboraciones entre artesanos del sector, el endeudamiento empresarial y el papel financiero de Reiner y de Constança.

La riqueza del registro es tal que permite muchas posibilidades de estudio, entre ellas, abordar la agencia económica de las mujeres en este sector. Y algo que salta a la vista a la hora de estudiar el Llibre de les fornades, es la importante presencia de mujeres operando en estos talleres, desde las mozas hasta las madres, hermanas y esposas de los ceramistas. De todas estas hay una fundamental, Constança, la mujer del propio Nicolau Reiner, que fue la responsable de una parte muy significativa de la concesión de estos créditos, tanto a los propios ceramistas colaboradores de su marido como a trabajadores y trabajadoras dependientes. Es llamativa la ausencia de mención a todas estas mujeres en el estudio llevado a cabo por Ainaud de Lasarte y, muy especialmente, a Constança quien, como veremos en este trabajo, tuvo una participación activa en la gestión del negocio y en la financiación de los obradores vecinos a través de la concesión de créditos.

Así pues, en este trabajo se abordan dos aspectos fundamentales. El primero es la participación de Constança en la empresa cerámica de la que formaba parte junto con su marido, Nicolau Reiner. El segundo es la presencia de otras mujeres en los talleres cerámicos de su círculo de colaboradores, algunas de las cuales podrían haber tenido un alto grado de participación en la gestión de los obradores, similar al de Constança.

Tabla 1. Ceramistas con cuentas abiertas con Nicolau Reiner entre 1514 y 1519

Escudellers

Gerrers

Ollers

Otros

Jaume Calbo

Joan Moret

Benet Prats

Blai Fabugades, compare de Constança

Gabriel Serra

Jaume Mercer

Climent Sili

Joan, obrer de Antoni Rovell, escudeller

Gaspar Vidal

Pere Damià

Gabriel Sacalell

Joan Codina

Pere Matés

Mateu Àlies

Joan Guimerà Montsoliu

Pere Arnau

Pau Llagostera

Joan Paul

En Ferran

Pere Dalmau

Nofre Espelta

Rafel Marqués

Antoni Calbo

Nofre Segarra

Pere Roig

Joan Trulles

Fuente: ACB-E-LLCNR. La ocupación de Rafel Marqués no consta en el registro, sino que se ha interpretado como posible descendiente del gerrer Bernat Marqués[14]

Constança: acreedora, trabajadora, gestora… ¿Empresaria?

El manuscrito arroja algunos datos que permiten prosopografiar a Constança. En el conjunto de actividades relacionadas con los talleres, participaban familiares como su madre y un compare (¿padrino?), Blai Fabugades.[15] Existen referencias también a su posible hermano, un notario llamado En Safont, apellido que habría sido propio, pues, de la misma Constança.[16] La existencia de algunos olleros Safont en la documentación notarial barcelonesa de la segunda mitad del siglo xiv sugiere una vinculación de larga tradición de la familia de Constança con el trabajo cerámico.[17] Esto resultaría coherente con otros casos de endogamia profesional de la época, siendo algunos llevados a cabo precisamente por artesanos de esta industria.[18]

El lenguaje utilizado en los asientos contables del manuscrito indica que todos ellos fueron escritos por Reiner. Las expresiones usadas siempre son “doní”/“prestí”, cuando quien concedía el préstamo era Reiner, o “donà ma muller”/“prestà ma muller”, cuando lo hizo Constança. No hay evidencias directas de que esta registrara los movimientos de su puño y letra, aunque en el registro se identifica con claridad más de una mano, quizás de ella y/o de otros trabajadores del taller. Algunas mujeres del ámbito artesanal de la Barcelona del momento sabían escribir y registraban movimientos en libros de contabilidad, como Sança, mujer del apotecario Francesc ses Canes.[19] De ser así también en este caso, ha de asumirse que los préstamos aportados por Constança habrían sido aún mayores que los que podemos conocer, dado que Constança habría optado por no hacer explícito que era ella quien realizaba algunas anotaciones.

El análisis cuantitativo de los asientos del Llibre de les fornades revela la participación continuada de Constança en la actividad crediticia de la empresa cerámica familiar. La Tabla 2 recoge todos los préstamos concedidos por uno u otro miembro del matrimonio a lo largo de los años, clasificados por número y valor monetario. Así pues, entre 1514 y 1519 se otorgaron un total de 912 empréstitos por valor de 21.153,9 sous.[20] De estos créditos, 102 fueron concedidos por Constança, y el resto fueron otorgados por Nicolau Reiner. Se trata, pues, de algo más de un 11% del total que, en cuanto a su valor, suponía un 5% del volumen de todo el capital prestado (1.076,2 sous). En general, Constança concedió anualmente entre dos y seis préstamos, lo cual suponía entre un 2 y un 19,5% sobre el total de los otorgados en cada anualidad. Una excepción es el año 1517, cuando sus créditos llegaron a constituir el 50% del total, aunque este dato se ve distorsionado por la baja cantidad de asientos que han podido atribuirse a esta anualidad.

Tabla 2. Préstamos concedidos por Constança y Nicolau Reiner

 

1514

1515

1516

1517

1518

1519

Sin año

Total

Constança

 

 

 

 

 

 

 

 

Créditos (N.)

2

6

2

3

34

6

49

102

Valor (sous)

4,5

25

10

8

152,8

25

850,9

1.076,2

Media (sous)

2,3

4,2

5

2,7

4,5

4,2

17,4

10,6

Nicolau Reiner

 

 

 

 

 

 

 

 

Créditos (N.)

89

118

11

3

140

62

387

810

Valor (sous)

3.207,5

4.005

348,2

202

3.025

2.180,9

7.109,1

20.077,7

Media (sous)

33

28,3

22,6

32,3

13,8

28,2

0,9

24,8

Total

 

 

 

 

 

 

 

 

Créditos (N.)

91

124

13

6

174

68

436

912

Valor (sous)

3.212

4.030

358,2

210

3.177,8

2.205,9

7.960

21.153,9

Media (sous)

35,3

32,5

27,6

35

18,3

32,4

18,3

23,2

Proporción Constança sobre el total (%)

 

 

 

 

 

 

 

 

Créditos (N.)

2,2

4,8

15,4

50

19,5

8,8

11,2

11,2

Valor (sous)

0,1

0,6

2,8

3,8

4,8

1,1

10,7

5,1

Fuente: Base de datos del autor basada en los asientos contables del Llibre de les fornades (ACB-E-LLCNR).

Es observable una mayor concentración de la actividad crediticia de Constança durante el año 1518, tanto por lo que respecta al número de préstamos otorgados (34) como a su valor total, que llegó a los 152,8 sous. Sus créditos entonces representaron el 19,5% de todos los concedidos. Este es también el año en el que se concedió el mayor número de préstamos por parte de Reiner, lo que lleva a plantear que el ritmo de concesión crediticia de Constança se incrementaba a la vez que había necesidad general en el conjunto de la empresa cerámica. Esto es una idea tentativa, dado que es difícil establecer tendencias ante la distorsión que ocasiona el alto número de créditos cuya anualidad no ha podido ser determinada (436 de los 912, casi la mitad). Más claro resulta observar que los préstamos de Reiner eran más altos que los concedidos por Constança. Y así, si los de esta oscilaron entre los dos y los cinco sous por crédito, los de Reiner lo hicieron entre los 13,8 y los 32,3 sous. Abarcando globalmente toda la cronología, la media por préstamo concedido por el artesano habría sido de 24,8 sous, más del doble de la media correspondiente a los créditos otorgados por su esposa, 10,6 sous (véase Tabla 2, “Total”, “Media”).

El objetivo de estos préstamos era financiar todo tipo de operaciones relacionadas con el trabajo cerámico desarrollado por los artesanos que acudían a la pareja. Constança prestaba dinero a estos ceramistas para la adquisición de combustible, como las haces o sarmientos (garbons) y la leña necesarios para las cocciones, así como para la compra de materas primas, como la arcilla, la galena (gleva) para los vidriados de plomo y la tinta, esta última quizás para los pigmentos.[21] Otro concepto anotado como crédito lo constituía la entrega de piezas de cerámica por parte de Constança a estos ceramistas, normalmente unos pocos enseres de alfarería basta, que estaría encaminada más a labores en los talleres que a la venta.[22] Y, finalmente, algunos empréstitos no tenían una finalidad profesional, sino doméstica, al utilizarse por los ceramistas para adquirir alimentos. En ocasiones, la esposa del escudeller les entregaba harina, vino o ajos, anotándolos como una deuda más.[23]

Los deudores de Constança fueron siete de los veintiséis de Reiner, la mayor parte de ellos escudellers, profesión compartida con la de su marido. Como puede observarse en la Tabla 3, el principal deudor fue Nofre Espelta, quien recibió casi la mitad de todo el valor de los créditos de Constança a través de once préstamos que no hemos podido fechar. Mucho más habituales fueron las deudas contraídas por parte de Joan Guimerà Montsoliu, cuarenta y nueve créditos a lo largo de tres años, y del gerrer Joan Moret, treinta préstamos concedidos durante los siete años abordados por el registro. Puede observarse así una cierta especialización al lidiar Contança con deudores concretos, particularmente con Espelta, Montsoliu y Moret.

Tabla 3. Deudores de Constança

Deudor

Oficio

Cantidad (sous)

Créditos (N.)

Valor por crédito

Nofre Espelta

Escudeller

518,3

11

47,1

Joan Guimerà Montsoliu (1517-1519)

Escudeller

286,3

49

5,8

Joan Moret (1514-1519)

Gerrer

174,8

30

5,8

Blai Fabugades

Compare

60

1

60,0

Gaspar Vidal

Escudeller

28

7

4,0

Climent Sili (1514)

Oller

8,1

3

2,7

Nofre Segarra (1515)

Escudeller

0,7

1

0,7

Total

1.076,2

102

10,6

Fuente: Base de datos del autor basada en los asientos contables del Llibre de les fornades (ACB-E-LLCNR).

Las deudas adquiridas por estos artesanos, con todo, no se contraían siempre de tú a tú, es decir, entre ellos y Constança. Esta última en ocasiones abonaba los capitales prestados a trabajadores y trabajadoras dependientes de los primeros. En estos casos Constança pagaba a quien correspondiera en lugar de al ceramista, registrándose la cantidad como deuda en la cuenta del artesano. Estos individuos eran, en muchas ocasiones, mujeres, a las que dedicamos de manera íntegra el próximo punto de este artículo. En lo que respecta a los trabajadores masculinos con los que lidiaba Constança, se observa un contacto fluido con los mozos, particularmente con el de Joan Guimerà Montsoliu quien fue el escudeller al que más créditos otorgó.[24] Otros trabajadores a los que Constança concedía empréstitos eran profesionales externos a los talleres, como trajineros y picadors de terra. Con estos tuvo trato en menos ocasiones, de nuevo, para pagar operaciones vinculadas a las actividades del escudeller Joan Guimerà Montsoliu y del gerrer Joan Moret.[25]

Los lugares en los que se concedían estos préstamos no suelen especificarse. Hay que asumir que se trataría, por lo general, del propio taller de Reiner, algo que en ocasiones se hace explícito en el manuscrito al identificar las circunstancias en las que se concedía el capital. Y así, algunas cantidades se prestaron cuando se estaban realizando tareas habituales, como cuando “aplicaban el dorado”, “cocía el horno de dorado” o se acudía por algo a casa de Reiner, como para adquirir vino.[26] Otros créditos fueron concedidos fuera del espacio del taller, a veces en las viviendas de los propios ceramistas y, en otros casos, en espacios urbanos. Reiner prestó a Joan Moret 28 sous “a la fira”, así como 36 sous “a casa sua, per leyna”. En otra ocasión fue Constança quien dio al oller Climent Sili “roca ravanadora” estando delante de “lo Carrer dels Cans” por un sou y siete diners.[27] El registro de las deudas, por tanto, abarcaba aquello prestado más allá del espacio inmediato del taller, revelando que los contextos en los que se actuaba como acreedor eran diversos tanto para Reiner como para su esposa.

Una cuestión aparte son los créditos adquiridos por la pareja. La mayor parte de estos estaban configurados por grandes adquisiciones de cerámica a los mencionados artesanos, así como por el recurso a estos para labores de pintado y cocciones. Tanto el precio del producto adquirido como el del trabajo se abonaría con pago aplazado y, por tanto, a crédito. Todos los préstamos aparecen clasificados en la Tabla 4. En comparación con la Tabla 2, salta a la vista que el negocio de Reiner prestaba anualmente más de lo que tomaba en préstamo. Raramente fue necesario, pues, devolver lo debido a estos artesanos, dado que se descontaba el valor de la cerámica adquirida a la deuda que acumulaban hasta el momento. Lo más llamativo es observar que Constança nunca aparece como deudora, sino solo Reiner. Nunca consta su presencia en las secciones de deg del registro, ni aparece en ninguna ocasión la expresión “deu ma muller”. Su implicación en la empresa cerámica habría tenido lugar, pues, como acreedora y no como prestataria. El momento de excepción es el año 1519, tras la muerte de Nicolau, tras lo cual Constança asumió la gestión del taller al menos unos meses. La cerámica adquirida a crédito por la esposa del escudeller en ese año representó casi el 85% del total de las deudas contraídas, y el 80% del valor de las mismas.

Tabla 4. Créditos adquiridos por Constança y Nicolau Reiner

 

1514

1515

1516

1517

1518

1519

Sin año

Total

Constança

 

 

 

 

 

 

 

 

Créditos (N.)

0

0

0

0

0

11

0

11

Valor (sous)

0

0

0

0

0

1.308,9

0

1.308,9

Media (sous)

0

0

0

0

0

119

0

119

Nicolau Reiner

 

 

 

 

 

 

 

 

Créditos (N.)

29

27

3

0

10

2

83

154

Valor (sous)

2.074,8

1.758

584,4

0

572,3

335,3

1.285,4

6.610,2

Media (sous)

71,5

65,1

194,8

0

57,2

167,7

15,5

42,9

Total

 

 

 

 

 

 

 

 

Créditos (N.)

29

27

3

0

10

13

83

165

Valor (sous)

2.074,8

1.758

584,4

0

572,3

1.644,2

1.285,4

7.919,1

Media (sous)

71,5

65,1

194,8

0

57,2

126,5

15,5

48

Proporción Constança sobre el total (%)

 

 

 

 

 

 

 

 

Créditos (N.)

0

0

0

0

0

84,6

0

6,7

Valor (sous)

0

0

0

0

0

79,6

0

16,5

Fuente: Base de datos del autor basada en los asientos contables del Llibre de les fornades (ACB-E-LLCNR)

La actividad crediticia de Constança fue, en definitiva, regular y considerable, dentro y fuera del espacio del taller artesano. Cabe plantearse, pues, hasta qué punto estos préstamos representaban para ella un acto de verdadera agencia económica: ¿prestaba libremente lo que ella consideraba oportuno o, por el contrario, estaba limitándose a actuar siguiendo los dictámenes de su marido? Es posible que estas dos realidades coexistieran y que algunos asientos fueran actos puramente delegados del escudeller, mientras que otros no. Como mínimo, parece evidente la existencia continuada de un diálogo fluido entre los cónyuges que afectaba a la gestión del negocio, necesario a la hora de volcar en estos libros de deudas la totalidad de los empréstitos dispensados. Había consciencia de las actividades desarrolladas por parte de cada uno. Reiner anotaba lo que había prestado Constança y esta, por su parte, conocía plenamente las actividades del marido. Esto lo observamos con claridad en los asientos en los que el escudeller especificaba que la mujer le recordaba los créditos que había concedido, como en una ocasión en la que prestó cuatro reales a En Perot, “segons diu ma muller”[28]. Algunos préstamos, además, parecen haberse concedido de manera simultánea o quizás conjunta, como en una ocasión en la que a Nofre Espelta se le dieron, “yo e ma muller”, 18 sous y 6 diners.[29]

La coordinación entre los cónyuges hubo de ser fundamental, pues, para el funcionamiento ordinario de la empresa cerámica. Con todo, aún hubo momentos en los que Constança hubo de dar un paso más allá y actuar como plena gestora del taller, asumiendo responsabilidades de calado, tomando decisiones y actuando de manera independiente. Esto tenía lugar cuando Reiner se ausentaba, lo cual ocurrió en diversas ocasiones, en lo que parece haber sido una práctica habitual entre el círculo de ceramistas con los que colaboraba. Estos muestran una movilidad de radio medio que los llevaba a diferentes espacios no solo de Cataluña, sino también de la Corona de Aragón, como a Valencia y a Mallorca. Reiner se desplazaba a localidades costeras y cercanas a la ciudad de Barcelona seguramente para comercializar las piezas, como a Vilanova i la Geltrú, así como a otras de interior como Urgell y Falset.[30] Constança asumía entonces la concesión de préstamos, como vemos tanto en estos viajes como en otros cuyo destino no fue especificado por Reiner, más allá de escribir que “estaba fuera” o que “acababa de volver”[31].

El momento más decisivo para Constança fue el fallecimiento de su esposo, lo cual tuvo lugar entre principios de mayo y mediados de junio de 1519.[32] Las mujeres de los maestros artesanos afrontaban un período de incertezas tras la muerte del marido. Algunas conocían el negocio y tenían nociones de contabilidad y de escritura. Con todo, las aptitudes de estas mujeres, ahora viudas, no era suficiente, dado que existían condicionantes familiares, económicos, institucionales y, desde luego, ideológicos que podían desalentar tomar las riendas del negocio. Los estudios de Mireia Comas muestran los diferentes rumbos que seguían los talleres tras la muerte del maestro y las opciones de continuidad que se abrían para las viudas catalanas. La solución quizás más buscada, siguiendo la mentalidad patriarcal de la época, era que el taller pasara a ser dirigido por un hijo varón del fallecido. Si el hijo era menor, y si las normativas gremiales lo permitían, la viuda podía dirigir el taller temporalmente, hasta que el joven alcanzara la mayoría de edad. En algunos oficios, como entre los calceters y apotecaris, esta práctica no se aceptaba, de manera que tras la muerte del maestro la gestión del taller se confiaba a un joven artesano para que lo gestionara hasta la mayoría de edad de un descendiente varón. Las posibilidades de gestión y liderazgo de las viudas, por tanto, estaban limitadas institucionalmente.[33] Se trataba, en realidad, de un proceso de exclusión laboral generalizado a nivel europeo desde finales del siglo xiv, que buscaba limitar la competencia y la asunción de cargos gremiales por parte de las mujeres, en definitiva, de su proyección política e institucional. A medida que las corporaciones de oficio se definían en la Europa medieval, se limitaba el acceso de las mujeres al rango de maestro y a los órganos representativos de las cofradías.[34] Solo en el caso de algunos gremios, como el de cotoners y el de teixidors de vels de seda de Barcelona, se permitía a las viudas continuar con la gestión del taller e, incluso, contratar a aprendices, actuando plenamente como maestras.[35]

Con todas estas limitaciones, muchas viudas sin hijos volvían al mercado matrimonial en busca de un marido que continuara el negocio o, en el peor de los casos, optaban por cerrarlo definitivamente.[36] El caso de Constança podría haberse situado en alguno de estos desenlaces tras la muerte de Reiner, quien posiblemente falleciera sin hijos. Su apellido, no demasiado habitual, no se localiza en los estudios sobre ceramistas barceloneses entre los siglos xiv y xvi basados en documentación notarial ni municipal.[37] Es llamativo que, en un modelo de negocio tan marcadamente familiar, no haya referencia alguna en el Llibre de les fornades a hijos o hijas colaborando en el taller. Fuera como fuera, Constança asumió la gestión del taller tras morir el escudeller, tal y como reflejan dos actas notariales copiadas en el propio registro. Estas fueron elaboradas por el notario Joan Martorell, y muestran cómo Constança tramitó la recepción de dos hornadas pendientes de entrega del gerrer Joan Moret. La primera tuvo lugar el 14 de junio de 1519 cuando recibió piezas por valor de más de 11 lliures. Siguiendo el procedimiento acostumbrado, esta cantidad fue descontada a la deuda acumulada por Moret hasta el momento, remanente de cuando Reiner vivía. El saldo dio como resultado que Moret siguiera debiendo más de dos lliures y, además, quedandoba otra hornada pendiente por entregar.[38] Este segundo lote de cerámica fue recibido por Contança dos meses después, el 11 de agosto del mismo año. El valor de la cerámica entregada descontado de la deuda pendiente de Moret resultó una vez más a favor de la viuda. En este caso, sin embargo, no se optó por continuar encargando hornadas y acumulando deudas, como era la práctica habitual llevada a cabo por Reiner. Por el contrario, se saldaron cuentas de manera definitiva, anotando la cantidad final debida por Moret a Constança, estableciendo el “fi del compte, finit lo present die”[39].

Una vez enviudada, por tanto, optó por clausurar completamente la cuenta abierta con Moret, con el cual había tenido un trato continuado durante años. Aunque no podamos estar seguros, es posible que este proceso tuviera lugar con el resto de colaboradores del negocio. Las ordenanzas y reglamentaciones relativas a los diferentes oficios cerámicos de la Barcelona del momento no revelan ninguna prohibición para el acceso de las mujeres a la dirección de los talleres cerámicos similar a la presente en otros oficios.[40] Con todo, y a pesar de la inexistencia de limitaciones de carácter institucional en lo que refiere a este colectivo artesanal, da la sensación de que Constança no continuó con la gestión del taller de manera independiente tras pasar unos meses de la muerte de Reiner.

La ubicuidad del trabajo femenino en la industria cerámica

El registro estudiado constata la presencia de diversas trabajadoras en el taller de Reiner y en el de sus colaboradores, aparte de la propia Constança. Desde luego, la presencia de mujeres en el sector cerámico no era una novedad de inicios del siglo xvi, sino que debió de haber sido constante desde mucho tiempo atrás. Una muestra directa de ello es una normativa del Consell de Cent de mediados de 1355. Esta iba encaminada a limitar la actividad de los ollers barceloneses y de sus mujeres, quienes tiraban el barro, lo amasaban y lo preparaban en diversas calles de la ciudad, fuera de sus obradores, donde además dejaban material secándose. De ahí la prohibición impuesta entonces de que artesanos y artesanas del sector trabajaran la arcilla en los espacios públicos, debiendo circunscribir su actividad al ámbito de los talleres.[41]

Las actividades en las que estaban implicadas estas trabajadoras, con todo, no se limitaban a estos procesos de preparado del barro. El Llibre de les fornades revela la presencia de muchas mujeres trabajando en todo tipo de operaciones. La Tabla 5 presenta una recopilación de todas las mujeres identificadas en el registro. Se trata de una veintena, siendo la práctica totalidad referidas por su relación familiar con los varones: hermanas, suegras, madres y, sobre todo, esposas, habiendo también mozas, trabajadoras externas y otras. Desconocemos el nombre propio de prácticamente todas, con la excepción de la propia Constança, mujer de Reiner, y de Esperança, moza del mismo. Otros nombres propios eran tomados del marido, como el de la hornera “na Monera”, seguramente el nombre feminizado del que pudo haber sido su marido, Madó Monera.[42]

Tabla 5. Mujeres mencionadas en el Llibre de les fornades

Familiares

Esposas

Na Monera (¿mujer de Madó Monera?), Constança (mujer de Nicolau Reiner), mujer de Joan Moret, mujer de Joan Paul, mujer de Pere Damià

Hermanas

Hermana de Gaspar Vidal

Madres y suegras

Madre de Joan, obrer de Toni Rovell; suegra de Nicolau Reiner (madre de Constança), suegra de Joan Guimerà Montsoliu

Servicio doméstico

Mozas

Moza de Mossén Satorres, moza de Nicolau Reiner (Esperança), moza de Climent Sili, moza de la suegra de Joan Guimerà Montsoliu

Trabajadoras externas

Señora Torrent

Otras mujeres

Hija de En Brufal, sobrina de Nicolau Reiner, “la comara”

Fuente: ACB-E-LLCNR

Pueden distinguirse, pues, colectivos de mujeres de edades y vinculación diversa con los propios ceramistas. El más visible en el registro son las familiares de estos artesanos, fueran mujeres más jóvenes, como sus esposas o hermanas; o más mayores, como madres o suegras. Sus actividades se concretaban en cuatro ámbitos fundamentales. El primero era recibir los préstamos de Reiner o de Constança para entregárselos a los ceramistas. Y así, la madre de Joan, obrer del escudeller Antoni Rovell, tomó de Reiner un ducado, mientras que la mujer del escudeller Joan Paul, obtuvo seis diners de la misma Constança.[43] Algunas de estas familiares recibieron varios créditos en períodos de tiempo muy concentrados, como la hermana de Gaspar Vidal, que tomó cinco préstamos solo en septiembre de 1517 de Reiner o de Constança, por un valor total de 18 sous.[44]

Un segundo aspecto del que se encargaban estas mujeres era de la compra de materias primas. De ello se encargó en dos ocasiones la madre de Constança (identificada por Reiner como “ma sogra”). Esta adquirió vidriado en una ocasión para el gerrer Joan Moret, y algo llamado gou, que no hemos podido identificar, por valor de seis sous, en esta ocasión para el oller Climent Sili.[45]

Un tercer ámbito de actuación de estas trabajadoras era la entrega o retirada de cerámica en los talleres. Se trata de algunas pocas piezas de alfarería basta, quizás orientadas a labores internas. La esposa del gerrer Pere Damià, por ejemplo, entregó cerámica (“hobra de terra”) a Reiner por valor de dos sous y siete diners.[46] Por su parte, la mujer del escudeller Joan Moret tomó piezas del obrador de Reiner en al menos dos ocasiones, llevándose una vez una olla, una cazuela y una cobertora, y otra, una ensabonadora y varios cántaros.[47] Las mujeres de los ceramistas, pues, transitaban con asiduidad los talleres de los colegas de profesión. De este tipo de trasiegos no solo formaban parte las esposas, sino también los niños. El mismo hijo de Moret, llamado Benet, aparecía por el taller de Reiner de vez en cuando, tomando cazuelas y anbòrnies.[48] Donde no vemos a estas mujeres es en las grandes entregas de cerámica, esas hornadas o fornades que dan nombre y sentido al manuscrito, que eran gestionadas directamente por los ceramistas que las produjeron. Reiner se desplazaba a sus casas a por las piezas, como a la del oller Gabriel Sacalell, aunque la mayoría de las hornadas de gran envergadura eran entregadas en el obrador de Reiner, como hizo en una ocasión el escudeller Nofre Espelta.[49]

Finalmente, algunos hornos cerámicos eran regentados por mujeres. La mayor parte de las cocciones debían de llevarse a cabo en los mismos talleres, aunque en algunos casos los ceramistas cocían piezas en los hornos de otros colegas de profesión, como el escudeller Joan Paul, que fabricó cerámica para Reiner en el obrador de Nofre Espelta, del mismo oficio.[50] Esta práctica llevó al también escudeller Joan Guimerà Montsoliu a cocer piezas para Reiner en un horno llamado “de na Monera”, seguramente la mujer de Madó Monera, individuo de quien Montsoliu adquirió vidriado en una ocasión, pagado con un préstamo de Reiner de cinco ducados.[51]

Además de las familiares directas de los ceramistas, las jóvenes mozas estaban bien presentes en estos talleres. Han de entenderse estas trabajadoras como sirvientas unidas al núcleo familiar de sus amos, en cuya vivienda cohabitaban durante años hasta obtener una soldada.[52] En el Llibre de les fornades se pueden identificar al menos a cuatro mozas distintas. Una de ellas era la moza de Mossèn Satorres, aparente cliente del taller de Reiner. Las otras tres tienen una vinculación más directa con el conjunto de negocios cerámicos: la moza de la suegra del escudeller Joan Guimerà Montsoliu, la moza del oller Climent Sili y, por último, la moza del mismo Nicolau Reiner, la única cuyo nombre es revelado al referirla en una ocasión como “la mia mossa, na Esperanssa”[53]. Las labores desarrolladas por ellas no diferían demasiado de las desarrolladas por las trabajadoras ligadas familiarmente a los ceramistas. También observamos a estas jóvenes recibiendo pagos, como la moza de Satorres, la cual recibió cinco sous y seis diners, cargados como deuda a Moret, o la moza de la suegra de Joan Guimerà Montsoliu, a la cual Constança entregó un préstamo de dos rayals.[54]

El otro conjunto de operaciones de las mozas eran las relacionadas con el transporte de las piezas entre talleres. La moza de Sili cogió cerámica del obrador de Reiner, concretamente una gerra y dos berengueres. Mientras, Esperança se llevó piezas del taller del gerrer Pere Arnau por valor de ocho sous.[55] Lo que no se detecta a través del registro es a estas mozas realizando compras, labor que sí observamos por parte de las mujeres más mayores y relacionadas familiarmente con los ceramistas, como acabamos de mostrar y, sobre todo, por parte de los mozos. Las referencias a estos son mucho más habituales que a las mozas, ya que aparecen como intermediarios en todo tipo de pagos entre ceramistas, y entre ellos y otros trabajadores.[56] Podemos ver así a mozos de ceramistas recibiendo dinero de Reiner o de Constança para comprar materias primas. Reiner prestó al mozo del escudeller Joan Guimerà Montsoliu cuatro sous en una ocasión para que comprara óxido de cobalto (safra) para su maestro.[57] También observamos a mozos adquiriendo sal, harina y algunos enseres personales para sus amos.[58]

Aparte de las mujeres vinculadas a la unidad familiar de los ceramistas, fueran familia directa o mozas, existían trabajadoras externas, vinculadas con aspectos como el abastecimiento de combustible o de materias primas. El registro únicamente refiere a una, la senyora Torrent. Esta se dedicaba a vender las haces o sarmientos (llamados garbons) a los ceramistas, un producto necesario para asegurar los niveles de calor requeridos por las cocciones cerámicas. Los escudellers Joan Guimerà Montsoliu y Nofre Espelta fueron asiduos clientes de la senyora Torrent, quien quizás distribuyera los sarmientos con carromatos, dado que disponía de unas mulas.[59]

Finalmente, hay que referir a otras mujeres recogidas en el manuscrito. Estas no constan como receptoras de pagos o como trabajadoras, sino de manera más bien anecdótica, aunque bien podrían haber tenido alguna vinculación laboral con los talleres. Observamos que Reiner tenía una sobrina, que murió un sábado de 1517, evento anotado por él en su cuaderno para poder fechar uno de sus préstamos.[60] Joan Paul tenía, por su parte, una hija que enfermó y finalmente falleció a lo largo del verano de 1514. Este caso lo conocemos porque Reiner le prestó dinero para adquirir medicinas y, poco después, para costear el funeral.[61] Este tipo de préstamos, de carácter más solidario que profesional, también revela la presencia de la hija de un tal En Brufal, a la cual Joan Guimerà Montsoliu compró un anillo de oro para su boda, financiado con un préstamo de Reiner.[62] Y, además de estas mujeres, ha de decirse que, sin duda, debían de existir trabajadoras comprometidas con la comercialización de las piezas. En ese sentido, el registro no permite identificar el contacto con mercaderes o revendedoras, que debieron de actuar colocando estas piezas en el mercado. Estas, en todo caso, serían rastreables a partir de otro tipo de documentación, más abordada por la historiografía.[63]

Conclusiones

La presencia de mujeres fue habitual en el círculo de negocios cerámicos del que formó parte Nicolau Reiner y la veintena de artesanos del sector con la que colaboraba, fueran escudellers, ollers o gerrers. Se trataba de trabajadoras de edades diversas y con una vinculación fundamentalmente familiar o doméstica con los maestros ceramistas, que incluía a mozas, hermanas, madres, suegras y, desde luego, a las esposas, como la propia Constança. El Llibre de les fornades abre así la ventana de manera excepcional a las actividades laborales de todas estas mujeres, invisibilizadas por la inmensa mayoría de las fuentes textuales disponibles. La idea más sugerente propiciada por el registro es que la presencia femenina en la industria cerámica no fue algo solo de este conjunto de talleres o de la Barcelona de inicios del siglo xvi ni, desde luego, de la época contemporánea, como mostrábamos al inicio de este artículo. La imagen historiográfica de un sector artesanal aparentemente masculino es, muy seguramente, un espejismo documental extrapolable a otros espacios hispánicos y europeos. Ignoradas en la mayor parte de los registros y apartadas de la memoria escrita, las mujeres trabajaron activamente en los negocios cerámicos medievales, en aspectos que abarcaban desde la compra de materia prima en el mercado hasta la recepción o abono de créditos para financiar las operaciones de los talleres. El caso de Constança, que bien podría haber sido extrapolable a las esposas de los otros ceramistas en sus respectivos talleres, es además, revelador de la confianza financiera y económica en las mujeres de la época, acorde con la que se aprecia también cuando actuaban como procuradoras de mercaderes, artesanos y asalariados.[64]

La implicación de estas trabajadoras en la industria cerámica parece haber sido indispensable en un modelo productivo y empresarial con un carácter familiar. Y es que todo el núcleo doméstico estaba involucrado, fueran ascendientes o descendientes, hombres o mujeres, incluyendo también a los mozos y mozas que cohabitaban con los ceramistas y sus familias. Partiendo de que la mayor parte de negocios medievales estaban conformados de esta manera, los casos estudiados invitan a descartar paradigmas de análisis habituales, como el del binomio maestro-taller. Parece más útil asumir una visión poliédrica, en la que participaron muchos más actores (y actrices) en el contexto de una empresa artesana en la que había preocupaciones más allá del propio trabajo físico, como el suministro, la financiación y la comercialización del producto.[65] Y en todos estos ámbitos, desde luego, encontramos a las mujeres.

El caso de Constança es el de una mujer implicada en los muchos rostros del negocio cerámico durante años, ya en vida de su marido ceramista. A través de la concesión de préstamos, Constança interactuó con un alto número de trabajadores de su entorno, desde maestros artesanos hasta trabajadores dependientes y familiares, entre ellos, muchas mujeres involucradas en operaciones dentro y fuera de los talleres. Esto lleva a matizar la idea tradicional de que las mujeres medievales tomaban las riendas de su negocio al enviudar, siendo su protagonismo ocasional hasta entonces.[66] Lo que sugiere este caso es la existencia de un diálogo fluido con su esposo en el devenir de la empresa que, siendo legalmente de Reiner, debía sentir emocionalmente también como suya.[67] La capacidad de agencia económica, pues, podía darse asimismo mientras el marido vivía. Sobre esta base, Constança adquirió un conocimiento empresarial que le permitía gestionar el taller cuando Reiner lo abandonaba para comercializar las piezas. Estos eran momentos en los que actuaba con plena autonomía como empresaria. Tras la muerte del ceramista, Constança asumió la gestión del taller un tiempo, parece que en vistas de saldar las cuentas pendientes y cerrar el negocio. Las circunstancias concretas las desconocemos. Lo que resulta innegable es que no fue la falta de capacidad, aptitudes o experiencia lo que precipitó el desenlace. Habría sido, más bien, una situación de vulnerabilidad, como la que atravesaban muchas viudas del momento, que las llevaba a vender sus posesiones y a abandonar tantos otros proyectos. Frustraciones que hay que explicar desde las limitaciones de progreso social y económico impuestas por un sistema patriarcal que buscaba proteger los privilegios de los artesanos varones.


[1] El autor forma parte de los proyectos del Ministerio de Innovación y Ciencia del Gobierno de España: “Mercados, instituciones e integración económica en el Mediterráneo occidental (siglos xiii-xvi)” (PID2021-128038NB-I00, Universitat de València, IP Antoni Furió) y “Pacto, negociación y conflicto en la cultura política castellana” (1230-1516) (PID2020-113794GB-I00, Universidad Complutense de Madrid, IPs Óscar Villarroel González y José Manuel Nieto Soria). Abreviaturas utilizadas: ACB-E-LLCNR= Arxiu Capitular de Barcelona, Extravagants, Llibre de Comptes de Nicolau Reiner, 1514-1519; L=lliura/es; S=sou/s. En las transcripciones en notas al pie: “[…]” = texto ilegible; “(…)” = el texto continua pero no se ha transcrito. De igual manera, la presencia de texto entre corchetes se corresponde con una transcripción posible por deterioro del documento o por lectura complicada.

[2] La exposición tuvo lugar entre el 8 y el 15 de septiembre de 2021, se celebró en el Museu Comarcal Josep Ferrís March de Torrent (Valencia). Fue organizada por el Ayuntamiento de Manises.

[3] Jacqueline SARSBY, “Sexual Segregation in the Pottery Industry”, Feminist review, 21 (1985), pp. 67-93. Cheryl BUCKLEY, Potters and Paintresses. Women Designers in the Pottery Industry, 1870-1955, Londres, The Women’s Press, 1990.

[4] Guillermo Joaquín de OSMA, Los maestros alfareros de Manises, Paterna y Valencia. Contratos y ordenanzas de los siglos xiv, xv y xvi, Hijos de Manuel Giner Hernández, 1908. Marçal OLIVAR DAYDÍ, La vajilla de madera y la cerámica de uso en Valencia y en Cataluña durante el siglo xiv (según los inventarios de la época), Valencia, Patronato José María Quadrado, 1950. Marçal OLIVAR DAYDÍ, La cerámica trecentista en los países de la Corona de Aragón, Barcelona, Seix Barral, 1952. Pedro LÓPEZ ELUM, Los orígenes de la cerámica de Manises y Paterna (1285-1335), Ateneu Cultural i Recreatiu “Cant i Fum”, 1985. Maria BARCELÓ y Guillem ROSSELLÓ, Terrissa. Dades documentals per a l’estudi de la ceràmica mallorquina del segle XV, Palma, Canon, 1996.

[5] Julián ORTEGA ORTEGA, Operis terre Turolii. La cerámica bajomedieval en Teruel, Teruel, Museo de Teruel, 2002. Concepción VILLANUEVA MORTE, “Estudio de la producción y comercialización de la cerámica bajomedieval entre los reinos de Aragón y Valencia”, Anales de la Universidad de Alicante. Historia Medieval, 14 (2006), pp. 249-287. Josep M. VILA I CARABASA, “La participació de l’estament artesanal en el Consell de la ciutat (segles xiii-xvi): l’exemple dels terrissers”, Barcelona: Quaderns d’Història, 4 (2001), pp. 183-192. Mª Carmen RIU DE MARTÍN, “Ceramistas y vidrieros de Barcelona a través de los testamentos: aspectos socioeconómicos, siglos xv-xviii”,  Estudis històrics i documents dels arxius de protocols, 21 (2003), pp. 227-266. Mª Carmen RIU DE MARTÍN, “Onomástica y localización de algunos ceramistas y vidrieros barceloneses de los siglos xiv al xvii”, Acta historica et archaeologica mediaevalia, 25 (2003-2004), pp. 1045-1069. Mª Carmen RIU DE MARTÍN, “La producción y comercio de la cerámica barcelonesa de los siglos xv-xvi: algunas modalidades contractuales”, Acta historica et archaeologica mediaevalia, 26 (2005), pp. 1095-1105. Mª del Carmen RIU DE MARTÍN, “El obrador y la vivienda de un ceramista barcelonés de fines del siglo xv y principios del siglo xvi. Joan Feliu. Estudio comparativo”, Boletín de arqueología medieval, 13 (2007), pp. 323-341. Mª Carmen RIU DE MARTÍN, “Los negocios, la vida social y familiar de los ceramistas barceloneses del primer cuarto del siglo xv”, Acta historica et archaeologica mediaevalia, 30 (2009-2010), pp. 261-305. Mª Carmen RIU DE MARTÍN, “Economía y organización del trabajo de los ceramistas (olleros, jarreros y escudilleros) barceloneses (s. xv)”, Acta historica et archaeologica mediaevalia, 32 (2015), pp. 479-524. Rafael NARBONA VIZCAÍNO, “Competencia, conflicto y violencia en la manufactura cerámica valenciana del siglo xv”, en Paulino IRADIEL, Germán NAVARRO, David IGUAL y Concepción VILLANUEVA MORTE (eds.), Identidades urbanas. Corona de Aragón-Italia. Redes económicas, estructuras institucionales, funciones políticas (siglos xiv-xv), Zaragoza, Prensas de la Universidad de Zaragoza, 2016, pp. 45-59. Antoni LLIBRER, “Relaciones protoindustriales en la producción cerámica. Manises y Paterna en la segunda mitad del siglo xv”, Medievalismo, 24 (2014), pp. 213-239. Luis ALMENAR FERNÁNDEZ, “Consumir la obra de terra. Los orígenes de la cerámica valenciana por el lado de la demanda (1283-1349)”, Hispania, LXXVIII, 258 (2018), pp. 69-101. Antoni LLIBRER, “Pequeña y mediana empresa en el mundo rural medieval. Formas de organización de la producción. Ejemplos del País Valenciano (Siglo xv)”, Medievalismo, 30 (2020), pp. 301-329. Antoni FURIÓ y Luis ALMENAR FERNÁNDEZ, “Land, Ceramics and Seigniorial Rents: The Manor of Manises in the Kingdom of Valencia, c. 1400-1575”, Historia Agraria, 90 (2023), pp. 39-69.

[6] Véase OSMA, Los maestros alfareros de Manises, Paterna y Valencia, op. cit. LÓPEZ ELUM, Los orígenes de la cerámica de Manises y Paterna, op. cit. NARBONA VIZCAÍNO, “Competencia, conflicto y violencia en la manufactura cerámica valenciana del siglo XV”, op. cit. RIU DE MARTÍN, “Economía y organización del trabajo de los ceramistas (olleros, jarreros y escudilleros) barceloneses (s. xv)”, op. cit., pp. 482-483.

[7] Véase, por ejemplo, Alan CAIGER-SMITH, Lustre Pottery: Technique, Tradition and Innovation in Islam and the Western World, Londres, Faber and Faber, 1985, pp. 210-220.

[8] Joan AINAUD DE LASARTE, “Loza dorada y alfarería barcelonesa: siglos xv-xvi”, Anales y Boletín de los Museos de Arte de Barcelona, 1, 2 (1942), pp. 89-104.

[9] AINAUD DE LASARTE, “Loza dorada y alfarería barcelonesa”, op. cit., pp. 90 y 93.

[10] El estudio integral del manuscrito, desde una perspectiva económica y empresarial, se lleva a cabo en Luis ALMENAR FERNÁNDEZ, “Molding Clay, Making Gold. Credit, Labor and Demand in Ceramic Businesses from Late Medieval Barcelona”, en evaluación en revista.

[11] El sistema fue habitual también entre mercaderes. Para una revisión reciente sobre este véase Jesús BENAVIDES HELBIG e Iván CASADO NOVAS, La memoria del mercader. El “Manual honzè” de la compañía Torralba (1434-1437), Barcelona, Edicions de la Universitat de Barcelona, 2019, pp. 26-28.

[12] Un ejemplo entre muchos: “Deu lo senyor en Nofra Sagara, escudeller, vam vanir a comta ell e yo a 21 dell mes de march 1515, ell ma davia 14 L 4 S 7, e yo li devia de la fornada, buydà a 19 de dit mes, 10 L 16 S 4. Resta deu 3 L 8 S 3” (ACB-E-LLCNR, fol. 4v).

[13] Literalmente, “escudilleros”, “olleros” y “jarreros”, aunque, en este último caso, el término gerra era empleado para definir tinajas de almacenamiento.

[14] Mª Carmen RIU DE MARTÍN, “Ceramistas y vidrieros de Barcelona a través de testamentos. Aspectos socioeconómicos, siglos xv-xvii”, Estudis històrics i documents dels arxius de protocols, 21 (2003), pp. 232-233.

[15] “Ítem, per a varnís comprà ma sogra” (ACB-E-LLCNR, fol. 79v). “Deu lo senyor en Blay, compara de ma muler, Fabugades” (ACB-E-LLCNR, fol. 86v).

[16] “Ítem, doní al notari En Safont (...)” (ACB-E-LLCNR, fol. 4v). “Deg-li a dit mon compara, donà a mon cuyat, senyor En Safont (...) (ACB-E-LLCNR, fol. 57r).

[17] Está documentada la actividad de un ollero llamado Bartomeu Safont en el tercer cuarto del siglo xiv, y de un Bernat Safont en el último cuarto de la misma centuria, en este caso, un aprendiz de ollero. Mª Carmen RIU DE MARTÍN, “Onomástica y localización de algunos ceramistas y vidrieros barceloneses de los siglos XIV al XVII”, Acta historica et archaeologica mediaevalia, 25 (2003-2004), pp. 1050-1051. Por otra parte, el registro del fogatjament de la ciudad de Barcelona de 1496 documenta la presencia de un notario llamado En Safont. Lluís SALES I FAVÀ, La ciutat de Barcelona segons el fogatjament de 1496, Barcelona, MUHBA-Ajuntament de Barcelona-Institut de Cultura, 2021, p. 69.

[18] Véase RIU DE MARTÍN, “Ceramistas y vidrieros de Barcelona a través de los testamentos”, op. cit., pp. 227-266. RIU DE MARTÍN, “Los negocios, la vida social y familiar de los ceramistas barceloneses del primer cuarto del siglo xv”, op. cit., pp. 261-305.

[19] Carles VELA AULESA, L’obrador d’un apotecari medieval, segons el llibre de comptes de Francesc ses Canes (Bacelona, 1378-1381), Barcelona, CSIC, 2003, p. 28.

[20] El sistema monetario usado por el registro es el de la libra (lliura) barcelonesa (1 lliura = 20 sous = 144 diners). Se refiere además al ducat d’or (24 sous) y al real o rayall (2 sous).

[21] “Ítem, donà ma muler per tera a ell, IIII S (ACB-E-LLCNR, fol. 58v, cuentas de Joan Moret). “Ítem, li donà ma muler a Monzoliu, XII S” (ACB-E-LLCNR, fol. 37r). “Ítem, danà (sic) ma muler a Nofra, VIII S (ACB-E-LLCNR, fol. 37v). “Ítem, dit dia donà ma muler a·n Nofra Espellta, I rayal” (ACB-E-LLCNR, fol. 35r).

[22] “Ítem, donà ma muler una barangera, S IIII” (ACB-E-LLCNR, fol. 37v). “Ítem, li prestà ma muler 8 S e 8 dinés d’obra [...], VIII S VI” (ACB-E-LLCNR, fol. 86r).

[23] “Ítem, li donpà (sic) ma muler com yo no hera II rayals [e] un forch d’als per 6 dinés” (ACB-E-LLCNR, fol. 91r).

[24] “Ítem, donà ma muler al moso d’en Monzoliu, un sou (ACB-E-LLCNR, fol. 35r). “Ítem, donà ma muler al moso per en Pau, VIIII S”. “Ítem, doní al mosso 3 rayalls” (ACB-E-LLCNR, fol. 45v, cuenta de Joan Guimerà Montsoliu). “Ítem, donà ma muler al mosso 6 rayals” (ACB-E-LLCNR, fol. 46r, cuenta de Joan Guimerà Montsoliu). “Ítem, li donà ma muler al moso, IIII S”. “Ítem, donà ma muler al moso, II S” (ACB-E-LLCNR, fol. 47r, cuenta de Joan Guimerà Montsoliu). “Ítem, donà ma muler al mosso per en Nofra Espellta per senyor en Miquell picador, II S (ACB-E-LLCNR, fol. 37r, cuenta de Joan Guimerà Montsoliu)”.

[25] “Ítem, donà ma muler a mestra Jauma Picador, S VIII” (ACB-E-LLCNR, fol. 80v, cuenta de Joan Moret). “Ítem, li prestí per a portar lo varnís del [clot], 12 S 9, e li donà ma muler al traginer per a portar lo varnís, 1 S 8” (ACB-E-LLCNR, fol. 28v, cuenta de Joan Guimerà Montsoliu). “Ítem, ha dat ma muler a senyor en Miqué, VI S” (ACB-E-LLCNR, fol. 33v, cuenta de Joan Guimerà Montsoliu).

[26] “Ítem, li doní yo com cogé lo forn del daurat, I L IIII S” (ACB-E-LLCNR, fol. 37r). “Ítem, li doní per lo picador com cogé lo forn del daurat, VIII S” (ACB-E-LLCNR, fol. 45v). “Ítem, doní al mosso com tiraven lo daurat, VIII S” (ACB-E-LLCNR, fol. 46r). “Ítem, donà ma muler com prés lo [vi], II [S]” (ACB-E-LLCNR, fol. 90v).

[27] ACB-E-LLCNR, fols. 62v y 71v.

[28] “Ítem, doní a·n Parot com En Nofra tenia [...] 4 rayals, segons di[u] ma muler” (ACB-E-LLCNR, fol. 38r, cuenta de Nofre Espelta).

[29] “Ítem, li prestí 6 rayalls e ma muler 2 rayals, són 8 rayals, per tot 16 S(ACB-E-LLCNR, fol. 85r).

“Deu en Nofra Espellta, li prestí yo e ma muler per tot, 18 S 6 diners defora” (ACB-E-LLCNR, fol. 38v).

[30] Véase ALMENAR FERNÁNDEZ, “Molding Clay, Making Gold”, op. cit. para un análisis completo de la movilidad de este conjunto de artesanos.

[31] “Ítem, li donà ma muler com yo hera en Hurgell e a Falcet segons ell matex diu, 5 L” (ACB-E-LLCNR, fol. 35v). “Ítem, donà ma muler com era a Vilanova, I L IIII S” (ACB-E-LLCNR, fol. 33v). “Ítem, com yo hera a la Vilanova, V S” (ACB-E-LLCNR, fol. 29r). “Ítem, li donà ma muler com yo hera defora (...)” (ACB-E-LLCNR, fol. 36v). “Ítem, li doní com fuy vangut, I L IIII S” (ACB-E-LLCNR, fol. 90v). “Ítem, li donà ma muler com yo no hera, II rayals” (ACB-E-LLCNR, fol. 91r).

[32] En una cuartilla suelta con cuentas llevadas a cabo entre Moret y Constança, incluida al final del registro, se refiere a un memorial de piezas entregadas entre el día de Santa Cruz (5 de mayo) y el día del fallecimiento de Reiner: “Ítem, per un memorial en lo qual són compreses moltes menuderies del die de Sancta Creu fins lo die del òbit del dit defunct” (ACB-E-LLCNR, Documento suelto 2r). Dado que la muerte de Reiner se produjo con anterioridad al 14 de junio de 1519, como muestra un acta notarial escrita en el manuscrito (ACB-E-LLCNR, fol. 59v), la muerte del escudeller hubo de producirse entre esos dos días.

[33] Mireia COMAS VIA, Les dones soles a la Baixa Edat Mitjana: una lectura sobre la viduïtat, tesis doctoral inédita, Universitat de Barcelona, 2012, pp. 234-250.

[34] Mireia COMAS VIA, Carme MUNTANER, Teresa VINYOLES, “Elles no només filaven: producció i comerç en mans de dones a la Catalunya baixmedieval”, Recerques, 56 (2008), pp. 41-42, p. 41, n86. Véase también Martha HOWELL, “The Problem of Women’s Agency in Late Medieval and Early Modern Europe”, en Sarah Joan MORAN y Amanda PIPKIN (eds.), Women and Gender in the Early Modern Low Countries, Leiden, Brill, 2019, pp. 30-31.

[35] COMAS VIA, Les dones soles a la Baixa Edat Mitjana, op. cit., p. 248.

[36] Esto no ha de llevar a pensar en estas viudas como pasivas. Mujeres de todo tipo de extractos sociales eran activas defendiendo sus derechos de viudedad y los de sus hijos ante los tribunales, como para reclamar las restituciones de las dotes o los salarios debidos a los maridos. Mireia COMAS VIA, “Requeriments i viduïtat femenina: un exemple de l’activitat notarial a la Barcelona del segle XIV”, SVMMA. Revista de cultures medievals, 12 (2018), pp. 28-41.

[37] No consta ningún Reiner en los trabajos de Mª Carmen Riu ni de Josep M. Vila i Carabasa citados en este artículo, con excepción de RIU DE MARTÍN, “Onomástica y localización de algunos ceramistas y vidrieros barceloneses de los siglos xiv”, op. cit., p. 1058, donde se identifica al propio Reiner (“Nicolau Rayner”), aunque no se aporta referencia a la fuente de origen. Tampoco hemos localizado a potenciales descendientes en Josep CAPDEFERRO PLA, “Mujeres y trabajo en Barcelona a través de procesos judiciales inéditos (1560-1710)”, en Àngels SOLÀ PARERA (ed.), Artesanos, gremios y género en el sur de Europa (siglos xvi-xix), Barcelona, Universitat de Barcelona-Icaria editorial, 2019, pp. 77-100.

[38] Así lo especifica el notario Joan Martorell: “A XIIII de juny, any de XVIIII, fosent Pere Genovés e Johan Martorell, notari, vingueren a compte la muller dell dit deffunct e lo dit Johan Moret, e fonch vist tots comptes fets entre dit deffunct e dit Johan Moret y, per lo semblant, compresa una fornada que la dona, na Constança, muller del dit defunct, ha rebuda, que ha muntat onze lliures, desset sous y dos diners e mig ducat, que dita dona ha fet d’esmena al dit Moret, estat trobat dit Moret reste debitor dues lliures, setze sous y nou diners, II L XVI S VIIII, per ço se fa la present memòria scrita de ma del dit Johan Martorell e sotzscrita de ma del dit Pere Janovés, die e any demuntdits” (ACB-E-LLCNR, fol. 59v).

[39] “Ítem, dit die donà al dit Johan Moret, per bestreta de la fornada té de fer e aquella ha tenuda, e dita vídua li donà dita dita vídua (sic), cinq ducats, ço és, dos en or e dos mig ducats e dos ducats en rayals, que per tot és, VI L (...). Die jovis a XI de agost mil cinchcents y denou, vinguí a compte ab dit Johan Moret en tots comptes fets fins a dita jornada compreses les partides fo dites que prenen compte de desset liures, vuyt sous y la fornada que de ell, lo die present, ha rebuda, que ha muntat onze liures, tres sous y nou diners, és stat trobat dit Johan Moret, per tot dit compte fins la present jornada de XI de agost dit any, és stat tornador dit Moret VI L IIII S VIIII diners, sis liures, quatre sous y nou, e dit compte fonch fet present mossèn Miquell Cuberta, prevere, e Pere Dalmau, oller (...). Deu dit Moret, per resta y fi del dit compte finit lo present die, VI L IIII S VIIII” (ACB-E-LLCNR, fol. 60r).

[40] Josep M. VILA I CARABASA, “La participació de l’estament artesanal en el Consell de la ciutat (segles xiii-xvi): l’exemple dels terrissers”, Barcelona: Quaderns d’Història, 4 (2001), pp. 183-192. Mª Carmen RIU DE MARTÍN, “Les ordinacions i l’evolució del gremi de terrissers a Barcelona”, Pedralbes: revista d’història moderna, 10 (1990), pp. 67-97.

[41] RIU DE MARTÍN, “Economía y organización del trabajo de los ceramistas (olleros, jarreros y escudilleros) barceloneses (s. xv)”, op. cit. pp. 482-483.

[42] “Ítem, més li doní per pagar lo varnís de Madó Monera, 5 ducats” (ACB-E-LLCNR, fol. 47r).

[43] “Deu en Johan, hobrer del senyor en Toni Rovell, escudeller, li prestí a sa mara lo dia aprés de Sent Johan de Golas, un ducat” (ACB-E-LLCNR, fol. 12v). “Ítem, li prestà a sa muler lo dia de Sent Lop, S VI” (ACB-E-LLCNR, fol. 8v, cuenta de Joan Paul).

[44] “Ítem, li doní a sa germana, 2 rayalls”. “Ítem, li donà ma muler a sa germana, IIII S”. “Ítem, li donà ma muler a sa germana, IIII S”. “Ítem, doní a sa garmana la vagilia de Santa Creu, 2 rayalls” (ACB-E-LLCNR, fol. 91r, cuenta de Gaspar Vidal).

[45] “Ítem, per a varnís comprà ma sogra, I L XIIII S” (ACB-E-LLCNR, fol. 79r, cuenta de Joan Moret). “Ítem, per los VI S del gou tenia dar a ma sogra ma sogra (sic) a dit, sien de ma muler, VI S” (ACB-E-LLCNR, fol. 72v, cuenta de Climent Sili).

[46] “Deg-li, me donà hobra de tera sa muler per II S VII” (ACB-E-LLCNR, fol. 27r).

[47] “Ítem, més deu en Moret, prés sa muler una hola de tres e una casola de dos e una cubartora” (ACB-E-LLCNR, fol. 59v). “Ítem, prés sa muler més a de tres fornades una ensabonadore de per dos e cantes de dos” (ACB-E-LLCNR, fol. 88r, cuenta de Joan Moret).

[48] “Ítem, prés son fill ara una casola de quotra dinés e una anbòrnia, S VIII” (ACB-E-LLCNR, fol. 88r, cuenta de Joan Moret). “Ítem, prés son fill 2 anbòrnies” (ACB-E-LLCNR, fol. 88r, cuenta de Joan Moret). “Ítem, li prestí a·n Banet, son fill, VI S” (ACB-E-LLCNR, fol. 79v, cuenta de Joan Moret).

[49] “Deg al senyor en Grabriell Sacalell, me’n aportí de cassa sua a 21 de abrill 1515 (...)” (ACB-E-LLCNR, fol. 32r). “Ítem, comtà lo Jaume Calbo e lo senyor en Grabriell Sera, escudellés, la hobra [crua] lexà dit Espelta a l’obrador (...)” (ACB-E-LlCNR, fol. 3r).

[50] “Ítem, més ha feta la hobra desosdita lo senyor en Johan Pahul, escudeler, a l’obrador d’en Nofra Espellta” (ACB-E-LLCNR, documento suelto 3r).

[51] “Deu en Johan Mozoliu, comtarem ell e yo la fornada buydà al forn de na Monera a 27 del mes de mag 1519, és ma tornador, XXIIII L” (ACB-E-LLCNR, fol. 47v). “Ítem, més li doní per pagar lo varnís de Madó Monera, 5 ducats” (ACB-E-LLCNR, fol. 47r, cuenta de Joan Guimerà Montsoliu).

[52] Véase Ana del CAMPO GUTIÉRREZ, “Mozas y mozos sirvientes en la Zaragoza de la segunda mitad del siglo xiv”, Aragón en la Edad Media, 19 (2006), pp. 97-112.

[53] “Ítem, donà hobra a la mia mossa, na Esparanssa, per 8 S” (ACB-E-LLCNR, fol. 57r).

[54] “Ítem, prés la mosa de Mosèn Satores, V S VI” (ACB-E-LLCNR, fol. 84v, cuenta de Joan Moret). “Ítem, li donà ma muler la vagilia de Sent Bartomeu a la mosa de son sogra, 2 rayalls” (ACB-E-LLCNR, fol. 33r).

[55] “Ítem, donà hobra a la mia mossa na Esparanssa per 8 S” (ACB-E-LLCNR, fol. 57r, cuenta de Pere Arnau). “Ítem, 12 dinés de [...] e 4 aportà la mossa, IIII S” (ACB-E-LLCNR, fol. 74r, cuenta de Climent Sili). “Ítem, prés la mossa del senyor en Sitzi les una gera per V S e mon compara en Cili 2 barangeres (...)” (ACB-E-LLCNR, fol. 74v).

[56] “Ítem, donà ma muler al moso per en Pau, VIIII S”. “Ítem, doní al mosso 3 rayalls, VI S” (ACB-E-LLCNR, fol. 45v, cuenta de Joan Guimerà Montsoliu). “Ítem, doní al mosso d’en Monzoliu per a Pau, XVI S”. “Ítem, doní al mosso d’en Monzoliu per a Nofra, II S” (ACB-E-LLCNR, fol. 33v). “Ítem, donà ma muler al mosso per en Nofra Espellta per senyor en Miquell, picador, II S” (ACB-E-LLCNR, fol. 37r).

[57] “Ítem, doní al moso per safra, IIII S” (ACB-E-LLCNR, fol. 37r).

[58] “Ítem, li prestí al seu moso a 17 del mes de agost any 1514, quorza rayalls per a farina, VIII S” (ACB-E-LLCNR, fol. 8v).

”Ítem, doní al moso per safra, IIII S” (ACB-E-LLCNR, fol. 47r). “Ítem, li doní al mosso per a sall, I rayal” (ACB-E-LLCNR, fol. 34v). “Ítem, doní all mosso lo dia cougé lo daurat per comprar un gipó, un ducat e mig” (ACB-E-LLCNR, fol. 47v).

[59] “Ítem, per a garbons per la sanyora Torent, VIII S” (ACB-E-LLCNR, fol. 33r, cuenta de Joan Guimerà Montsoliu). “Ítem, dit dia li doní 2 ducats per garbons de la [sanyora] Torent e per a [...], II L VIII S”. “Ítem, li doní per a garbons per na Torent” (ACB-E-LLCNR, fol. 33v). “Deu en Johan Monzoliu e Nofra espelta espelta (sic) per a garbons de la sayora Torent, XVI, e li dat 24 S” (ACB-E-LLCNR, fol. 34r). “Ítem, doní a·n Nofra per a garbons a la sayora Torent, I L X S” (ACB-E-LLCNR, fol. 36v). “Ítem, li donà ma muler per a farar les mules de la senyora Torrent, S VI” (ACB-E-LLCNR, fol. 28v).

[60] “Ítem, li donà ma muler disabta morí ma naboda (…) (ACB-E-LLCNR, fol. 86r, cuenta de Joan Moret).

[61] “Ítem, li prestí la vagilia de Sent Lop per madasines per sa fila, IIII S”. “Ítem, li doní per sotarar sa filla (...)” (ACB-E-LLCNR, fol. 8v, cuenta de Joan Paul).

[62] “Ítem, li doní com fuy vangut, 1 L 4 S per comprar un anell d’or per una esposada fila d’en Brufall, I L IIII S” (ACB-E-LLCNR, fol. 36v, cuenta de Joan Guimerà Montsoliu).

[63] COMAS VIA, MUNTANER, y VINYOLES, “Elles no només filaven”, op. cit., pp. 21-25. Véase Mª Ángeles MARTÍN ROMERA, “Mujeres de mercaderes, mujeres mercaderes. Testimonios de iniciativas femeninas en el ámbito comercial a finales del siglo xv”, En la España medieval, 32 (2009), pp. 273-296, especialmente las pp. 274-285 para una revisión historiográfica sobre los diferentes niveles del comercio desarrollado por mujeres en contexto hispánico y europeo. Véase también Antonio ORTEGA VILLOSLADA, “El trabajo femenino en Mallorca. La labor de la mujer en la actividad marítima de la primera mitad del siglo xiv”, Espacio, tiempo y forma. Serie III, Historia medieval, 17 (2004), pp. 461-469 y, en un ámbito más general, Teresa Mª VINYOLES, “L’esdevenir quotidià. Treball y lleure de les dones medievals”, en Mary Josephine NASH (ed.), Més enllà del silenci. Les dones a la història de Catalunya, Barcelona, Generalitat de Catalunya, 1988, pp. 73-89. Mª ASENJO GONZÁLEZ, “Las mujeres y el trabajo en las ciudades de la Corona de Castilla (siglos xiii-xv). Integración y marginación”, en Simonetta CAVACIOCCHI (ed.), La donna nell’economia secc. xiii-xviii. Atti della Ventunesima Settimana di Studi, Prato 10-15 aprile 1989, Florencia, Le monnier, pp. 553-562.

[64] Paulino IRADIEL, “Familia y función económica de la mujer en actividades no agrarias”, en Yves-René FONQUERNE (ed.), La condición de la mujer en la Edad Media, Madrid, Universidad Complutense de Madrid, 1986, p. 258.

[65] Véanse las reflexiones en Paolo MALANIMA, “Tipi d’impresa prima della crescita moderna”, Annali di Storia dell’Impresa, 14 (2003), pp. 159-175.

[66] Carmen BATLLE I GALLART, “Noticias sobre la mujer catalana en el mundo de los negocios (siglo xiii)”, en Cristina SEGURA GRAÍÑO y Ángela MUÑOZ FERNÁNDEZ (coords.), El trabajo de las mujeres en la Edad Media hispana, Madrid, Asociación cultural Al-Mudayna, 1988, pp. 201-222.

[67] Existe el referente explícito de Esclarmonda, en cuyo testamento se refería al taller de candelas que había regentado junto con su marido en Barcelona como “nostre obrador”. COMAS VIA, MUNTANER, y VINYOLES, “Elles no només filaven”, op. cit., p. 36.

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