Joseph E. SANZO, Ritual Boundaries: Magic
and Differentiation in Late Antique Christianity, Oakland, University of
California Press, 2024, 188 pp., ISBN 978-0-520-39918-1
ARK CAICYT: https://id.caicyt.gov.ar/ark:/s24516821/jnw4knkat
Fecha de recepción: 19/05/2025
Fecha de aprobación: 22/05/2025
Ritual Boundaries es un texto atípico y muy estimulante en el campo de los estudios sobre la Antigüedad Tardía, que se dedica a la interacción entre las prácticas mágicas, religiosas o cristianas en situaciones cotidianas. Su escritor, Joseph E. Sanzo, conocido por sus estudios metodológicos sobre historia de la magia y papirología cristiana, pone bajo análisis el rol que jugaron algunos objetos rituales, amuletos, códices mágicos e inscripciones protectoras, en la creación de identidades religiosas y en la producción de distinciones normativas situadas en el cristianismo tardoantiguo. Se incorpora así un enfoque que huye de las interpretaciones y descripciones tradicionales, propias o centradas en la heresiología o en la liturgia institucionalizada, y prefiere centrarse en lo que identifica como “religión vivida”, es decir, describir prácticas dispuestas en contextos marginales textuales, materiales y sociales, a partir del discurso normativo.
El tema fundamental de la obra versa sobre las “fronteras rituales” entendidas como construcciones discursivas en base a las cuales los cristianos tardoantiguos delimitaban las prácticas aceptables de las reprochables a la vez que definían la ortodoxia de los demás religiosos (judíos, herejes, paganos). Sanzo se formula la pregunta de cómo se producían esas distinciones no solo en los discursos doctrinales, sino también, más concretamente, en los artefactos rituales tales como códices mágicos, amuletos o inscripciones litúrgicas.
La premisa principal de la obra comienza por restituir la “magia” dentro del campo de estudio de la religión en la Tardoantigüedad, no como un vestigio mínimo, sino como una práctica suficientemente importante portadora de agencia social, de un discurso de enseñanzas normativas capaz de poner al descubierto tensiones entre ortodoxia y práctica popular. Sanzo mantiene que la categoría magia, a pesar de sus múltiples ambigüedades, contiene un valor heurístico siempre que se la utilice desde una perspectiva taxonómica crítica-comparativa, dejando de lado un apego por una definición esencialista.
En este sentido, la idea central del libro es doble: por un lado, que los objetos normalmente calificados como “mágicos” son testimonios que poseen una relevancia considerable para el estudio de la vivencia religiosa cristiana de la Antigüedad Tardía; y por otro, que estas fuentes permiten cuestionar críticamente las fronteras trazadas por la investigación académica entre magia, religión y ciencia y las categorizaciones de ortodoxia y desviación del ámbito de la religión.
La obra se articula en una introducción de carácter teórico, seguida por dos secciones temáticas formadas por cuatro capítulos, organizadas a partir del estudio de diferentes tipos de objetos rituales con todas sus implicaciones religiosas y sociales.
En la introducción, Sanzo presenta las bases teóricas de su postura, el valor de las categorías “magia” o “amuletos” en los estudios tardoantiguos, las críticas actuales a tal noción y la revalorización de la misma desde el enfoque de la religión vivida. El uso crítico de “magia” es defendido no como una categoría empírica sino como herramienta analítica, subrayando que los mismos cristianos se ocupaban de establecer límites entre prácticas “buenas” y “malas”, aunque no concordasen en muchas ocasiones con la taxonomía actual.
“The Discursive Boundaries of Rituals and Groups” (capítulos 1 y 2) presentan la cuestión de los límites de las prácticas religiosas, legales o no, de los cristianos y judíos. En el capítulo 1, se estudia la manera en que algunos textos y elementos diferencian rituales “dañinos” de aquellos adecuados, como las oraciones o los exorcismos, que no pueden ser, según Sanzo, interpretados desde la magia considerada “condenada”. El capítulo 2 hace hincapié en la lectura de un códex copto (Leiden, Ms. AMS 9) de los siglos vi-viii, que vincula textos protectores con marcadores visuales y fórmulas cristológicas. Dicho códex representa de manera explícita un trabajo para garantizar las fronteras de la ortodoxia cristiana y la práctica judía contigua.
La segunda parte, “The Discursive Boundaries of Texts and Traditions” (capítulos 3 y 4), pone un especial énfasis en la naturaleza material de los textos mágicos y su conexión con las tradiciones rituales. El capítulo 3 incide en la interrelación entre palabras, imágenes, cuerpos y objetos en el ámbito de las prácticas mágicas y de la devoción. A través de ejemplos como los amuletos y las estelas, Sanzo demuestra que lo visual y lo performativo se cruzan con los elementos verbales para dar lugar a la eficacia ritual. El capítulo 4 se centra en el modo en que se reconfiguran las tradiciones escriturísticas, sobre todo las tradiciones bíblicas, en el ámbito de las prácticas rituales, lo que permite ver cómo se negociaban las fronteras entre escritura, plegaria y encantamiento.
Los capítulos se ocupan del análisis de artefactos muy concretos, al mismo tiempo que aportan reflexiones metodológicas y comparaciones con literatura patrística, papirácea o arqueológica.
Sanzo trabaja con una notable diversidad de fuentes primarias: papiros, códices, amuletos, inscripciones y gemas mágicas provenientes del Occidente, en particular Egipto y el Levante mediterráneo en los siglos iv al vii. Más en concreto, se fija en piezas como el Leiden Ms. AMS 9, los amuletos del British Museum, fragmentos de los PGM o los textos litúrgicos coptos. Se ocupa de materiales poco trabajados como los objetos protectores que llevaban los textos cristológicos y listas de mártires.
En lo que respecta a la metodología utilizada por el autor, toma una perspectiva interdisciplinar en la que se dan la mano la papirología, la filología cristiana y la historia cultural con la antropología de la religión y la semiótica. Para ello recurre a las teorías de la agencia ritual, la performatividad y la producción de taxonomías religiosas en conexión con autores como Jonathan Z. Smith, Catherine Bell y David Frankfurter. El trabajo se inscribe en el paradigma de la lived religion, que se centra en la forma de ver las religiones como prácticas cotidianas, situadas y materiales y no como sistemas dogmáticos.
Las fuentes secundarias son amplias, actualizadas, mucho más que bien integradas, y son de Bruyn, Frankfurter, Dijkstra, Dosoo, Styers, etc.; se presenta una revisión crítica de las categorías utilizadas por la tradición académica (magia, herejía, amuletos, etc.), la riqueza de la bibliografía queda bien equilibrada al presentarla por áreas en las notas sin perjudicar la legibilidad y comprensión del texto.
El libro surge en un marco de revitalización de los estudios sobre magia y religión en la Antigüedad Tardía, época de reevaluación de las categorías heredadas de la patrística e invocando al colonialismo intelectual del siglo xix. En este horizonte, Ritual Boundaries es una de las más notables contribuciones que permite una forma metodológica de salir de los límites de las dicotomías clásicas: religión/magia, ortodoxia/herejía, elite/popular.
Su máxima contribución se encuentra en el análisis de los objetos como puntos de negociación simbólica y en la relectura de los textos marginales (amuletos, códices mágicos), no como subproducto supersticioso sino como las expresiones de la vivencia válida de la religiosidad cristiana. Esta manera de proceder cuestiona la centralidad del discurso episcopal en la práctica de la normatividad y ofrece una imagen más intervenida, plural y encarnada de la religiosidad cristiana tardía.
Del mismo modo, Sanzo delata una reflexión crítica sobre los mismos valores académicos, mostrando cómo nuestras categorías analíticas son productos históricos, contingentes, permeables a sus contextos. No se limita a subrayar la riqueza que presentan los materiales mágicos-cristianos, sino que, llegado a este punto, aboga por la integración que permite hacerlos coincidir en el centro mismo del objeto de estudio de la historia-religión de la Antigüedad.
Así, por tanto, el libro se hace eco de corrientes historiográficas actuales que abogan por una historia social de la religión que tome en serio materiales visuales o performativos. Este planteamiento metodológico genera implicaciones no solo para los modos de leer la Antigüedad Tardía, sino también para la historia del cristianismo, la antropología de la religión y la teoría cultural.
El estilo de Sanzo es riguroso y claro, con algunas zonas de mucha densidad en la carga teórica y terminológica. La exposición es sistemática, las introducciones y conclusiones en cada capítulo son bien construidas.
El autor es dueño de los términos técnicos sin caer en excesos herméticos y siempre da el marco contextual idóneo de los textos y objetos analizados.
El aparato crítico es extenso, con notas a pie de página que entremezclan referencias bibliográficas, explicaciones filológicas y comentarios de interpretación.
La bibliografía final, que es sistemática, da cuenta de la amplitud y profundidad de su trabajo. La inclusión de imágenes, como la de Ms. AMS 9, contribuye en gran medida a una mejor comprensión de la pauta de análisis visual y material.
También es meritoria la capacidad del autor para fusionar teoría y datos empíricos, sin que uno minimice al otro. Las discusiones teóricas sobre la taxonomía ritual o la performatividad no son disquisiciones abstractas sino instrumentales y aplicadas a objetos concretos. La interpretación de los objetos se realiza con atención filológica, aunque sin aislarlos de su contexto ritual y social.
Ritual Boundaries es un texto de reconocida relevancia académica, que revisa conceptos establecidos sobre la magia cristiana en la Antigüedad Tardía bajo una nueva interpretación de los materiales considerados marginales y que, desde una óptica materialista que es sensible a la religión vivida y crítica con respecto a las categorías analíticas, se convierte en punto de referencia indispensable para historiadores de la religión, papirologistas, filólogos y, en definitiva, para cualquier estudioso de la Antigüedad; sugiere investigar subtemáticas en muy diferentes ámbitos: estudios tardoantiguos, historia del cristianismo o antropología religiosa.
Al ser un texto complejo desde una perspectiva teórica y filológica, puede resultar difícil de leer para quienes no estén familiarizados con el tema abordado, pero constituye un instrumento clave de acceso para una lectura más amplia y matizada del cristianismo a partir de las prácticas que sus miembros llevaron a cabo cotidianamente.
Sus limitaciones radican en su ámbito geográfico relativamente estrecho, básicamente Egipto y Levante, y en la dificultad de la terminología para su eventual recepción más allá del ámbito universitario, pero estas limitaciones no oscurecen el carácter innovador ni el rigor metodológico de la propuesta.
En definitiva, nos encontramos ante una obra que documenta las prácticas religiosas concretas y proporciona un nuevo marco teórico para pensar la religión en la Antigüedad. Al contribuir en reubicar el foco en las fronteras indefinidas entre magia y religión, entre élite y periferia, entre texto y objeto, lo hace además con una erudición y una claridad que deben ser resaltadas.
José Javier Martínez García
Universidad de Murcia
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