El infortunio del totalitarismo y el desafío de la Pedagogía Crítica
Resumen
Las fuerzas del fundamentalismo del libre mercado están en marcha colocándonos en un plano aterrador; en lo que Hannah Arendt una vez llamó “Tiempo Oscuros”. En todo el mundo, la tensión entre los valores democráticos y el fundamentalismo de mercado han llegado a un punto de quiebre.
El contrato social está bajo amenaza. El Neo-nazismo está en ascenso, el populismo de derecha está llevando a candidatos políticos extremistas y a los movimientos sociales a la línea de batalla de la vida política, posturas anti-inmigrantes se esconden en la lógica malévola del nacionalismo y excepcionalismo. El racismo se ha convertido en rasgo característico de la audacia celebrada y la política de desecho se acerca peligrosamente al fin de la exterminación para aquellos considerados sobrantes.
Bajo tales circunstancias, se hace espantosamente claro que las condiciones del totalitarismo y la violencia estatal siguen acompañándonos reprimiendo el pensamiento crítico, la responsabilidad social, la imaginación ética y la política misma.
En los Estados Unidos, la extrema derecha en ambos partidos políticos ya no necesita la comodidad de una falsa ideología en la cual se recurre al bien común, a la decencia y a los valores democráticos. Por el contrario, el poder está concentrado ahora en manos de relativamente poca gente y en las corporaciones, entendiendo que el poder es global y libre de las políticas limitadas de un Estado democrático. De hecho, el Estado, en todo sentido, se ha convertido en un Estado corporativo.