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Retomando a Borges, Ricardo Piglia reinstaló las primeras en Respiración Artificial (1980) sobre las que ha vuelto no pocas veces como lo muestran, entre numerosas intervenciones, las distintas veces que desde fines de siglo a 2014 publicó su artículo “Una propuesta para el próximo milenio”. Destacaba allí la funcionalidad de una focalización desplazada, distanciada, para narrar el horror del Terrorismo de Estado. Transversalmente se ha dedicado a pensar la lectura; El último lector (2005) figuraría a modo de caleidoscopio las correspondencias entre las variaciones de la cuestión. En la medida en que la teoría y buena parte de la literatura contemporánea se conciben recíprocamente, imaginamos un diálogo (verosímil, si no verdadero) centralmente entre dos textos: uno crítico, “Ernesto Guevara, rastros de una lectura” [EGRL] de El último lector [EUL] y un cuento de Borges, “El Evangelio según Marcos” [EEM] de El informe de Brodie (1970) [EIB]. En ese encuentro podría entreverse el perfil político de una teoría de la lectura.

Jorge Luis Borges; Ricardo Piglia; lectura; política