Última modificación: 2019-12-20
Resumen
Cuentos orejanos (1968) de Luis Franco es una compilación de relatos enmarcados por contextos rurales áridos, a veces inhóspitos, montañosos, y despoblados en su mayoría, en los cuales predomina la presencia de una naturaleza que impone por la fuerza sus leyes y el hombre debe acatarlas. En este trabajo, nos proponemos analizar dos relatos del volumen (“Isidro Sanduay” y “En el principio fue el polvo”) en los que el autor muestra lenguajes, espacios y sujetos marginales que recorren esos paisajes agrestes como modulación de una picaresca rural. Por consiguiente, los desplazamientos espaciales y las estrategias de supervivencia serán los ejes sobre los cuales los personajes se apoyan. Ambos textos están ambientados en el campo –en especial, en el Norte Argentino– y sus personajes responden a los típicos habitantes de esas zonas y sus compañeros inseparables: el caballo, la mula, el perro y/o la guitarra. La tradición popular unida a la recurrente utilización de un lenguaje coloquial cargado de sinestesias son los rasgos que evidencia el narrador quien, en tercera persona, relata y describe las desventuras, la situación desfavorable, las penurias y la explotación de los arrieros pobres por parte de las clases adineradas.