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Durante el último medio siglo, hemos asistido a la parábola vital de un movimiento cultural que en Argentina habitualmente es denominado rock nacional. Dicha parábola (que dialoga intensamente con la serie conceptual que Raymond Williams compuso a partir de sus reflexiones sobre la estructura de sentimiento, lo emergente, lo residual, lo dominante y lo arcaico) implica un extenso itinerario, que va de las manifestaciones “contraculturales” que signaron sus comienzos, a la mercantilización, la escolarización, la canonización y el reconocimiento oficial, del que somos estrictamente contemporáneos. Asimismo, lo que hemos llamado movimiento ha terminado por constituirse en un elemento identitario altamente significativo en la constitución subjetiva de amplios grupos sociales y, por ende, en un relato cultural de nuestra historia reciente, que tiene como protagonistas a quienes desarrollaron dentro de su dinámica y de sus prácticas su propia educación sentimental. Sobre ese fondo, proponemos el abordaje de una serie de escenas textuales y sociales, relativas al campo literario, desde las cuales observamos lo modos en que, de manera paulatina y fragmentaria, el relato cultural del rock se expande al interior de cierta producción literaria argentina, desde mediados de los setenta y comienzos de los ochenta hasta nuestros días. Se cruzan, en nuestro itinerario de lecturas Néstor Perlongher, Ricardo Piglia y, en otros trabajos, Fabián Casas, Rodrigo Fresán, Martín Kohan, Leonardo Oyola, entre otros. En el comienzo de ese trayecto, observamos un desplazamiento desde la opresiva y utópica atmósfera de comienzos de los setenta, cuando el imaginario político dominante en los jóvenes está de espaldas al rock -que, al mismo tiempo, le arrebata al campo literario uno de sus espacios de mayor productividad (nos referimos al proyecto editorial de Jorge Álvarez, quién acabará gestando la discográfica Mandioca)-, hacia su puesta en fase con las coordenadas políticas y sociales del momento, a partir del definitivo retorno de la democracia. En una segunda instancia, podemos entrever la incorporación del relato cultural del rock en la producción de varios de autores (muchos de ellos irrumpen en el campo literario hacia los noventa) en cuyas obras se filtra la plasmación de su experiencia y balance generacional. A partir de lo dicho, cabe redundar en que no nos detendremos en la dimensión estrictamente musical del universo rockero, ni en un intento por discernir y valorar la dimensión lírica de las composiciones escritas, sino en el cúmulo de significaciones imaginarias que va trazando en su trayectoria histórica, cuyas marcas parecen encontrar en la literatura una forma específica y concreta.

Literatura; Rock; Piglia; Perlongher