En este trabajo, nos proponemos abordar el análisis de la configuración de un “espacio autobiográfico” (Lejeune) en la ficción de la escritora británica Jeanette Winterson (Manchester, 1959) y relacionar la construcción de la figura autoral que se observa en su opera prima, la novela autobiográfica Oranges are not the only fruit (1985) y en las memorias Why be happy when you could be normal? (2011) con el diseño de los protagonistas de dos de sus novelas, The Powerbook (2000) y Lighthousekeeping (2004), algunas de las obras en las que esta cuestión adquiere mayor presencia. Tomaremos como eje de análisis la aparición de ciertas temáticas recurrentes como la orfandad, la excentricidad y la importancia de la narración de historias para examinar las relaciones entre estos diferentes “niveles de emergencia del yo” en la escritura. En primer lugar, retomaremos los planteos del español del Prado Biezma (1994), quien propone una definición del espacio autobiográfico como “lugar de convergencia de múltiples huellas, susceptible de configurar, en relieve, ciertamente, la presencia de un yo-autor, causa sustancial de la escritura, al margen de toda coincidencia en relación con el nombre y, por supuesto, de la historia vivida.” (220). Por otra parte, nos interesa problematizar la noción de “novelas del yo” propuesta por Manuel Alberca (2007), las cuales invitan a “un movimiento de identificación del narrador o del personaje con el autor” (62), generando un “espacio inestable” en el que el lector se ve instado a “moverse en dos planos y en dos direcciones” entre los polos de la literatura y la vida. Por último, observaremos que frecuentemente la propia Jeanette Winterson reconoce la presencia fragmentaria de ciertos hitos autobiográficos en sus novelas. En Why be happy…, por ejemplo, explica la configuración tanto temática como estructural de Lighthousekeeping a partir de una metáfora geológica, aludiendo a la aparición de una capa de su propia historia entre las múltiples capas que componen el texto. Consideramos que esas “capas fósiles” se revelan en una lectura capaz de generar, como solicita la escritora, un efecto de “luz ultravioleta” (Winterson, 2011) que permita rastrear las huellas de esa identidad fragmentaria que se diseminan en las novelas y reenvían a la figura autoral. A partir del análisis de las ficciones seleccionadas, advertiremos que su narrativa se conforma como una red de espacios, tiempos y personajes que constituye, a su vez, una forma de entender la propia subjetividad.