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Cuba es materia de debate económico y político hace muchas décadas. En los discursos dominantes en medios de comunicación y círculos políticos e intelectuales, predominan dos enfoques opuestos pero que comparten una misma lectura de la realidad actual de Cuba. Esta lectura asume que se trata de un país pobre en términos económicos, producto en buena medida -o incluso totalmente- de las políticas implementadas desde la Revolución Cubana. Asimismo, ambos enfoques reconocen la existencia de buenos indicadores sociales -especialmente en salud, educación y desigualdad- en la isla, producto de la acción estatal. Sobre este núcleo básico de acuerdo, las posiciones más “progresistas” hacen una valoración positiva de su realidad social y cultural, quitándole importancia al pobre desempeño en materia económica. La postura contraria, en su esquema valorativo, no acepta que la dimensión económica sea sacrificable en función de las dimensiones socioculturales.
El propósito del presente trabajo es demostrar la falsedad de la hipótesis compartida por ambas posturas: la idea de que Cuba es un país económicamente pobre.
Se parte del enfoque del análisis crítico del discurso para identificar las distintas posiciones sobre el tema y el núcleo discursivo compartido. Luego, para cumplir con el objetivo se utiliza el método histórico-estructural. Se realiza un análisis de desarrollo económico comparado, en términos diacrónicos y sincrónicos, según corresponda. Además, se evidencian los errores metodológicos en el estudio del desarrollo que conducen a las afirmaciones de ambas posturas, incluso en la literatura académica.

Cuba; Desarrollo Económico; Desarrollo Comparado; Análisis Crítico del Discurso