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Producto del denominado New Public Management que se impuso en el último tramo del siglo pasado -que significó un nuevo modo en el manejo de lo público caracterizado por la implementación de discursos y prácticas propias del mundo empresarial- se experimentó en el sistema de justicia criminal un período de constantes reformas acordes a esa novedosa forma de gobernar la actividad estatal toda. Una de las mayores implicancias de la introducción de la lógica gerencial en el sistema penal ha sido, pues, la proliferación de herramientas procedimentales tendientes a una veloz conclusión del proceso penal, a fin de satisfacer los nuevos objetivos y metas de producción intrasistémica. En el trabajo que aquí se presenta, se analizará el impacto concreto de una de esas vías alternativas de resolución del conflicto. Específicamente, y a través de un amplio estudio de campo, nos abocaremos al estudio del juicio abreviado y su concreta utilización en el Departamento Judicial Mar del Plata durante el bienio 2015-2016. Por medio de ello, se pondrá en evidencia el exacerbado uso de dicha herramienta procesal en detrimento del juicio oral (único modo legítimo de imponer una condena penal). Analizaremos las tensiones que ello provoca, en tanto pareciera que la “celeridad” y la “eficiencia” son el nuevo norte que guía función judicial, por encima de los tradicionales objetivos que orientaban su actuación.