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En la actual expansión y transformación que afecta a las ciudades latinoamericanas en general, y las argentinas en particular, los lugares crecen y se multiplican, y como consecuencia cambian y se transforman. Los lugares son porciones de espacio dotadas de historias y significado, y por lo tanto, puntos de referencia de los habitantes con su espacio cotidiano. El patrimonio cultural, como parte constituyente de los lugares y como construcción social, se localiza y construye en relación al espacio, y particularmente a los lugares. Asimismo, el proceso de patrimonialización se constituye como la territorialización de la identidad cultural.
Bajo este marco, en el presente trabajo se analiza el caso de la ciudad de Olavarría, donde la percepción patrimonial de la comunidad se da sobre bienes culturales ubicados extraejidalmente (en el caso del patrimonio minero) o concentrados en el centro de la ciudad (en el caso del patrimonio arquitectónico). Esta distribución contrasta con el actual ejido de la ciudad, el cual, en su expansión, ha dejado gran parte del territorio de la ciudad desvinculado del patrimonio cultural, o, por lo menos, lo que se considera patrimonio. En este contexto, resulta interesante reflexionar cómo influye en la construcción del sentido del lugar un patrimonio cultural con la distribución del caso seleccionado. Este análisis indaga en la búsqueda de categorías patrimoniales más amplias que se adapten a las características de las ciudades actuales.

Patrimonio; sentido de lugar; Olavarría; crecimiento urbano