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Las máximas nacionalistas que pretendían consolidar una identidad nacional en continua construcción emergieron con una marcada intensidad, desconocida hasta el momento en los ámbitos educativos, en el Centenario de la Revolución de Mayo. Las gestiones de José María Ramos Mejía y Ricardo Rojas pusieron en marcha una maquinaria de herramientas en pos del tan pretendido adoctrinamiento patriético. Las recomendaciones para los docentes, los libros escolares y las cartillas patriéticas circulantes, simbolizaban los síntomas de un sector de la sociedad que se encontraba atemorizado por el carácter cosmopolita que iba identificando a la urbe porteña. En el transcurso de la segunda década del siglo XXI, algunas experiencias con estudiantes y profesores de institutos superiores de formación docente -tanto de Historia como de Educación Primaria- permiten reconocer la pervivencia de una vinculación con la historia argentina en clave nacionalista. Las categorías estancas de identificación que pretende imponer todo Estado Nación parecieran operar con fuerza en los futuros colegas a partir de los sedimentos asimilados en sus propios procesos de escolarización. Este trabajo pretende reflexionar sobre esas prácticas a partir de las investigaciones históricas realizadas en torno a los libros de textos y las fiestas patrias en la construcción de la identidad argentina.

Identidad Nacional; libros de texto; procesos de escolarización